Crónicas de una tragedia (+15)

Capítulo 4

No recuerdo bien cuánto tiempo estuve sin ir a la escuela por mis heridas pero sí recuerdo como Jay me las curaba para que no se vieran tan feas.
Era un día como cualquiera cuando el verdadero infierno empezó. Me alisté y desayuné con mi familia, Jay me llevó a la escuela y Maripaz solía tirarme papeles con cosas escritas.
En el recreo siempre me quedaba sola, de vez en cuando notaba que un compañero me miraba pero yo hacía que no lo veía.
 


 

–Hola–alejé mi vista de mi dibujo para ver a quien tartamudeaba.
 


 

–¿Hola?
 


 

–Soy Joshua.
 


 

–Anahí–seguí dibujando.
 


 

–Sos muy buena–se sentó a mi lado.
 


 

–Gracias.
 


 

–Me gustaría ser tu amigo.
 


 

Volví a verlo, me estaba sonriendo y por primera vez sentí seguridad con alguien que lo era Jay.
 


 

–Es trágico que tengamos que hacer el trabajo con Maripaz.
 


 

–Bastante–suspiré.
 


 

–No te preocupés, te defenderé.
 


 

–Gracias–no supe que decir, me sentía avergonzada.
 


 

–Nunca te abandonaré. Sé que es raro que diga esto pero no me agrada ver como sufrís, todos lo ven y nadie hace nada, no quería ser parte de ellos por eso quiero estar a tu lado.
 


 

–No debiste preocuparte.
 


 

Era un niño muy extraño pero me agradaba. Siento que todo está mejorando.
 


 

•••
 


 

La noche rápidamente cayó, era hora de dormir y me lavaba los dientes al lado de Jacob, él parecía estar preocupado. Suspiró y preguntó:
 


 

–Anny, ¿soy lindo?
 


 

Enjuegué mi boca y lo abracé.
 


 

–¡Sos el chico más guapo del mundo!
 


 

Él se rió y luego suspiró.
Se veía muy triste.
 


 

–Quisiera que él pensara lo mismo.
 


 

–Seguro que lo piensa. 
 


 

–¿Vos crees?
 


 

–Cuando vinieron por mí no dejaba de verte, si lo veías apartaba la vista. ¡Estaba súper avergonzado!
 


 

–Es verdad.
 


 

–Tal vez está esperando la pregunta.
 


 

–¿La pregunta?–parecía confundido.
 


 

–"¿Querés ser mi novio?"–imité su voz y él rió.
 


 

–Yo no hablo así–me despeinó y me quejé.
 


 

•••
 


 

Un golpe me despertó, encendí la luz y miré la puerta dudosa, no sabía si era buena idea salir o si debía esperar a Jacob. Me senté en mi cama y esperé, probablemente no pasó más de dos minutos pero lo sentí como una eternidad.
Me puse de pie y salí a buscar a Jay, cuando llegué a su puerta recordé que él se escaparía para quedarse en la casa de su novio.
Otra vez se escuchó ese golpe, veía de la sala así que fui ahí. Me encontré con mi madre tirada en el piso así que corrí hacia ella para ayudarla.
 


 

–¡Quitate!–me empujó.
 


 

Volví a ayudarla pero ella se quejaba. Mi madre se había golpeado la cabeza, lo supe porque tenía sangre en su cabeza.
 


 

–Mama, traeré algo para curarte.
 


 

–¡Vete mocosa!
 


 

Al tratar de apartarme cayó nuevamente al suelo.
Sé que mamá es mala en ocasiones pero verla en esta condición me hacía sentir muy triste.
 


 

–Mamá, por favor...
 


 

De la nada comenzó a vomitar, creo que estuvo tomando.
Ay Jay, justamente hoy decidiste irte con él.
 


 

–Vení mamá.
 


 

–¡Que te largués!
 


 

Me empujó tan fuerte que me hizo caer hacia atrás. Una vez más me encontraba inconsciente.
 


 



#18076 en Otros
#1315 en No ficción
#6820 en Joven Adulto

En el texto hay: historia corta, perseverancia, vida dificil

Editado: 27.09.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.