El mundo humano continuaba su curso sin notar nada extraño. Pero bajo su superficie, en territorios ocultos por el Velo, en fortalezas milenarias, bosques prohibidos, catedrales vacías, ruinas ancestrales y grietas donde el tiempo se desdoblaba… algo se había movido.
Un pulso.
Una vibración antigua.
Un despertar que muchos habían creído imposible.
Y todos, absolutamente todos los clanes, lo sintieron.
Sin saber que ese eco provenía de una chica en una cafetería humana
—una chica llamada Alina que aún no recordaba que en realidad se llamaba Nyxara—
cada uno de ellos levantó la cabeza al mismo tiempo.
Como animales percibiendo el primer temblor antes de un cataclismo.
VAMPIROS ANTIGUOS
Sangre Pura — Fortaleza de Ereshen
El castillo subterráneo vibró como si un corazón gigantesco despertara bajo la tierra.
En el salón del Trono Oscuro, la Reina Mydrienne abrió los ojos de golpe.
Su copa de sangre tembló.
Las brasas se apagaron sin viento.
Las sombras se retorcieron como vivas.
La reina apretó la mandíbula.
—…No puede ser.
Un murmullo recorrió el salón. Al instante, los guardianes de Sangre Pura se arrodillaron, aterrados, porque reconocían esa vibración.
Un eco que sus ancestros describían como “el latido del linaje extinguido”.
—Busquen el epicentro —ordenó Mydrienne—.
Si un Nocthara ha despertado… la guerra será inevitable.
Nadie se atrevió a contradecirla.
Sombras Carmesí — Las Catacumbas Rojas
Los Espectros Carmesí, criaturas sin dolor y casi sin voluntad, dejaron de moverse.
Uno por uno, miles de cuerpos rojo oscuro se quedaron inmóviles como estatuas.
Y luego, todos miraron hacia el mismo punto en la distancia oscura.
—Esa energía… —susurró el Guardián Carmesí, un anciano con cicatrices de magia quemada—.
No la sentía desde la Caída Nocthara…
Los espectros comenzaron a vibrar, hambrientos.
La sangre ancestral los llamaba.
Espectros Rojos — La Cripta del Silencio
Los Espectros Rojos atravesaron paredes aullando.
Sus chillidos atravesaron kilómetros, paralizando incluso a criaturas hechas de niebla.
—Algo despertó —roncó la Voz del Sepulcro—.
Algo que puede matarnos… o liberarnos.
Y todos volvieron la vista hacia el mundo humano.
LOBOS OSCUROS
Lycans de la Luna Negra — Bosque Letal
La manada entera levantó el hocico al mismo tiempo.
Un olor.
Un aroma que no debía existir.
Como si la luna misma hubiera sangrado.
El Alfa gruñó:
—Nocthara…
Pero están muertos.
El bosque tembló con un aullido que partió ramas y agitó brumas.
Ulframir — Las Montañas del Eco Lunar
Un aullido gigantesco retumbó entre los picos.
Las criaturas colosales alzaron la vista con temor y reverencia.
—El Velo se agrieta —rugió uno—.
Lo que sea que despertó… no es humano.
Sus ojos brillaron con luz lunar.
Sombras Lupinas — Frontera del Abismo
Las sombras en forma de lobo se arrastraron entre árboles secos, susurrando frases en lenguas antiguas.
—Ha vuelto…
—La luna perdida…
—La marca olvidada…
Y desaparecieron sin dejar rastro.
SOMBRAMANTES
Ilusionistas — Ciudad Velada
Las ilusiones que cubrían una ciudad entera parpadearon como si el mundo glitchara.
Los maestros quedaron paralizados.
—¿Quién tiene poder para romper una ilusión mayor… sin siquiera intentarlo?
Nadie respondió.
Solo temblaron.
Sombras Vivientes — Corredores de Humo
Las sombras se retorcieron, multiplicándose sin control.
Risas infantiles resonaron entre los pasillos.
—Un eco puro…
—Un nacimiento imposible…
El miedo las alimentaba.
Y ahora estaban saciadas como nunca.
Los Siseantes — Salas del Murmullo
Cada uno de ellos abrió los ojos vacíos.
Sus voces resonaron como cuchillos en la mente:
—Una Nocthara respira.
—Una Nocthara piensa.
—Una Nocthara despierta.
Y todos desaparecieron.
MAGOS DE SANGRE
Hechiceros del Pacto — Santuario Escarlata
Los cálices estallaron.
Los sellos sangraron solos.
El Archimago cayó de rodillas, con manos temblorosas.
—Este poder… este pulso…
¿Quién se atreve a trastornar los Pactos?
Un aprendiz murmuró, temblando:
—¿Es una advertencia?
El Archimago respondió con voz quebrada:
—Es… un regreso.
Golemios Rojos — Cámara del Corazón Hueco
Los golemios se despertaron simultáneamente.
Sus ojos se encendieron.
Su sangre interior hirvió.
Un rugido retumbó como un terremoto.
Adivinos Carmesí — Torre del Augurio
Los adivinos cayeron al suelo con los ojos sangrando.
Uno de ellos lloró:
—El futuro… está roto.
Viene algo que no debía existir…
NOCTURNOS
Sombras de Luz
Las criaturas lumínicas dejaron caer lágrimas de luz.
El Velo titiló.
Algo las estaba llamando desde un punto exacto del mundo humano.
—Un faro oscuro —dijeron—.
Tan brillante que quema.
Errantes — Plano Onírico
Decenas de Errantes despertaron de un salto sin explicación.
—Un sueño prohibido… —musitó uno.
—Una magia que no debe respirar —dijo otro.
Todos se marcharon en direcciones distintas.
Ojos Vacíos — Horizonte del Velo
Miraron hacia la Tierra.
Y vieron algo que los asustó por primera vez.
—Un alma… doble.
Una que nació dos veces y murió cero.