Crónicas del abismo: La hechicera prohibida

Capítulo 18

El mundo humano seguía moviéndose con su ritmo tibio y torpe, sin saber que, bajo la superficie, la historia acababa de romperse.

En los territorios ocultos por el Velo, ningún clan dormía.

Porque el pulso que habían sentido —ese latido ancestral que no debía existir— provenía claramente de una magia que se creía extinta:

Nocthara.

Y eso era suficiente para desatar paranoia, política, hambre, ambición, miedo y esperanza en partes iguales.

VAMPIROS ANTIGUOS

Fortaleza de Ereshen — Sangre Pura

El trono oscuro respiraba tensión.

La Reina Mydrienne, inmóvil como una estatua de obsidiana viva, sostenía su copa con tanta fuerza que la sangre vibraba dentro.

A su alrededor, sus consejeros la observaban con un silencio lleno de nerviosismo.

—Hablen —ordenó ella finalmente, sin levantar la voz.

El Consejero Elaros carraspeó, intentando no demostrar miedo.

—Majestad… el pulso fue claro. La magia es… Nocthara.

Una de las consejeras, una vampira de mirada seca y filosa, chasqueó la lengua.

—Pensábamos que el linaje se extinguió en la masacre del Abismo. ¿Cómo es posible que quede uno?

Mydrienne apoyó lentamente la copa.

—No lo sé. Y detesto no saberlo.

El silencio volvió… más pesado.

—¿Qué desea hacer, Majestad? —preguntó otro consejero, casi temblando.

Mydrienne clavó sus ojos rojos en ellos, uno por uno.

—Lo que corresponde.
Localicen el epicentro.
Encuentren al portador.
Y tráiganlo vivo.

La consejera frunció el ceño.

—¿Vivo? ¿No sería más seguro… eliminarlo?

La Reina sonrió de forma lenta, como una cuchilla deslizándose.

—Si realmente es Nocthara… no podremos matarlo tan fácilmente.
Y prefiero tener un arma en mis manos… que ver a otro clan apropiarse de ella.

Nadie se atrevió a cuestionarla.

Decisión del clan Sangre Pura:

Buscar, capturar y controlar al heredero Nocthara antes que cualquier otro clan.

Sombras Carmesí — Catacumbas Rojas

Miles de espectros vibraban en la penumbra, ansiosos como depredadores recién olfateando sangre.

El Guardián Carmesí caminaba entre ellos con paso lento.

—Ese eco… los ha despertado más de lo normal —dijo uno de sus asistentes.

El anciano tocó una de las paredes rojizas, que palpitaron como si tuvieran sangre propia.

—No es normal. Es una llamada en el idioma perdido del linaje que nos condenó.

El asistente lo miró horrorizado.

—¿Los Nocthara… regresan?

El Guardián inclinó la cabeza.

—Alguien, en algún lugar, respira su misma sangre.

Los espectros comenzaron a moverse en círculos, hambrientos.

—¿Qué haremos? —preguntó el asistente.

—Seguiremos la sangre —respondió el anciano—.
Siempre lo hacemos.

Decisión:

Liberar espectros rastreadores para encontrar al portador Nocthara y reclamarlo como energía pura… o destruirlo.

Espectros Rojos — Cripta del Silencio

El eco de los chillidos seguía retumbando cuando la Voz del Sepulcro emergió de la oscuridad como una sombra retorcida.

Un subalterno se inclinó.

—Maestro… ¿atacaremos?

—No todavía —gruñó la Voz—. Primero debemos ver quién pretende desafiar a la muerte misma.

—¿Es una amenaza?

La Voz sonrió, con un sonido seco como huesos quebrándose.

—Todo lo desconocido es una amenaza.
O una oportunidad.

Decisión:

Espiar desde el Velo y medir la fuerza del heredero antes de actuar.

LOBOS OSCUROS

Lycans de la Luna Negra — Bosque Letal

La manada entera rodeó al Alfa, quien mantenía el hocico elevado como si aún oliera el pulso.

—Nocthara… —masculló un lobo joven—. ¿Qué significa eso para nosotros?

El Alfa clavó sus ojos amarillos en él.

—Significa que lo que creíamos muerto… no lo está.

Una loba mayor gruñó inquieta.

—¿Es un enemigo?

—Podría serlo.
Podría ser peor —respondió el Alfa—.
Los Nocthara alteran el Velo. Donde caminan, la luna cambia.

—¿Y qué haremos? —preguntó otro.

El líder exhaló un suspiro áspero.

—No atacar.
No todavía.
Pero vigilaremos.
De cerca.

Decisión:

Rastrear desde las sombras. Observar. Determinar si deben proteger o destruir según quién llegue primero: la luna… o la sangre.

Ulframir — Montañas del Eco Lunar

Los colosales seres lunares debatían entre retumbos que sacudían la piedra.

—El Velo se rompió —dijo uno.

—Una señal prohibida —añadió otro.

—¿Actuamos? —preguntó un tercero, inquieto.

El anciano Ulframir, tan grande como un monolito, gruñó:

—No caeremos en pánico.
Pero si un Nocthara vuelve, también vuelve la guerra.

Todas las criaturas callaron.

Decisión:

Convocar al Consejo Lunar para decidir si actuarán como protectores ancestrales… o como verdugos.

Sombras Lupinas — Frontera del Abismo

Las sombras susurraban versos antiguos entre ellas:

—La luna perdida camina…
—El abismo respira…
—Uno abrió los ojos…

Los líderes de las Sombras Lupinas se reunieron en un claro oscuro.

—¿La buscamos? —preguntó una sombra más pequeña.

—No.
Aún no —respondió la figura gigante.

—¿Por qué?

—Porque lo que despierta… puede venir hacia nosotros.
Y prefiero estar listo cuando llegue.

Decisión:

Esperar, ocultarse y leer el movimiento del Velo antes de actuar.

SOMBRAMANTES

Ilusionistas — Ciudad Velada

Las ilusiones parpadeaban mientras los Maestros se reunían alrededor del Gran Espejo Fracturado.

—¿Alguien aquí puede hacer temblar una ilusión mayor? —preguntó un maestro, indignado.



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En el texto hay: vampiros, lobos, hechiceros

Editado: 13.12.2025

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