Crónicas del Fénix del Mar

Capítulo 15. Una Larga Hora

WingzemonX & Denisse-chan

CRÓNICAS del FÉNIX del MAR

CAPÍTULO 15
UNA LARGA HORA

La capitana Bulrskraistain había sentido una pesada, y muy evidente, presión en los hombros desde que fue asignada a esa su, aparente, “gran” misión. Quería hacer las cosas bien y rápido para honrar así el nombre de su padre, su nave, su tripulación y sus superiores. Y claro, como había dicho el almirante Lupin aquella tarde en su despacho: llenar de gloria a su familia entera.

Bajo esa situación, la joven capitana esperaría sentirse contenta y emocionada ante la idea de que había encontrado su objetivo tan rápido, así como el hecho de que lo tenía en la mira de sus cañones y sin ninguna escapatoria o escondite a la vista al que pudiera correr. Pero todo había ocurrido tan repentino, y de una manera tan irreal y extraña, que una parte de Clarissa no podía evitar sentir que se trataba de algún tipo de trabajado engaño.

—Están aquí —murmuró despacio, apretando un poco su catalejo entre sus dedos—. Justo donde dijiste que estarían. Estoy realmente impresionada…

Se viró entonces en ese momento a su diestra, en donde esa chica que se había identificado como “Pandora” se hallaba de pie, con un porte claramente lleno de orgullo y prepotencia.

—Me complace impresionarte, Clariss —masculló la mujer pelirroja, acomodándose sus grandes anteojos. Se podía percibir una pizca de sarcasmo aderezando sus palabras—. Debo aceptar que hasta yo estoy sorprendida por la exactitud de mis cálculos. Al parecer debo aprender a no subestimarme a mí misma.

Aquello era apenas un pequeño ejemplo de todo lo que habían tenido que ir soportando de esa presuntuosa durante todo el viaje; y eso que no había sido muy largo en realidad. Ya algunos se habían cansado de ella, incluidos la contramaestre Jeannette; o, más bien, en especial la contramaestre Jeannette.

—Esperen, ¿están totalmente seguros que es el barco que buscamos? —masculló la mujer rubia con desconfianza, y rápidamente se aproximó a su capitana, prácticamente arrebatándole su catalejo para poder ver el mencionado barco a través de él—. Me es muy difícil creer que en serio los hayamos encontrado tan fácil.

—Pues la descripción concuerda —señaló Clarissa—, y la bandera en su mástil principal es muy notoria.

Jeannette enfocó el catalejo justo en la parte superior del barco, donde apenas lograba apreciarse con ayuda del instrumento de visión la bandera negra con la luna y las alas; justo como decían los reportes que la Guardia Naval les había proporcionado.

—Una bandera personalizada que lucen con orgullo en lo alto, como en las historias que se cuentan de los piratas de antaño —masculló Clarissa, sonando incluso un poco maravillada por la idea.

—Y si aún lo dudas, Jeaniss —intervino Pandora, abriendo en ese momento la carpeta de cuero que traía consigo, y sacando de ésta un papel de pergamino rectangular, con un boceto a carbón en él—. He estudiado meticulosamente cada declaración existente de todos los incautos testigos que han visto al Fénix del Mar al menos una vez. Y juntando todas ellas como un rompecabezas, pude hacer este bosquejo.

Le extendió el papel a Jeannette para que lo tomara y lo pudiera ver ella misma. Algo molesta, la mujer rubia aproximó su mano izquierda al dibujo. Al hacer dicho movimiento, sin embargo, su mano cubierta por completo con un guante blanco se quedó casi paralizada delante del papel por unos segundos, y sus dedos temblaron un poco como si fueran incapaces de cerrarse. Aquello no pasó desapercibido para Clarissa y Pandora a su lado, aunque cada una mostró una emoción diferente en sus respectivos rostros.

—¿Todo bien? —preguntó Pandora, un poco irónica

Los labios de Jeannette se apretaron con frustración, y entonces rodeó su muñeca con los dedos de su mano derecha y la apretó con fuerza. Su mano izquierda volvió a cerrarse abruptamente como una pinza, tomando el papel pergamino y prácticamente arrebatándoselo a Pandora de un tirón.

—Sí —respondió la oficial secamente, y se viró de inmediato a revisar el dichoso dibujo. Pandora sólo sonrió, curiosa aunque no demasiado.

El papel en efecto tenía el dibujo de un barco de madera con tres mástiles, velas y bandera negra. Y, en apariencia, era bastante similar al barco delante de ellos. De hecho, era en realidad casi idéntico…

—Una vez más, me impresiono a mí misma —farfulló Pandora con presunción—. Es justo y como lo imaginaba. O, ¿tú qué opinas, Jeaniss?

—Coincidencia —murmuró Jeannette con molestia, y sin decir más le regresó su dibujo de mala gana a la agente de inteligencia. Posteriormente le pasó su catalejo de regreso también a Clarissa y se alejó de ambas un par de pasos.

A pesar de la renuencia de Jeannette a aceptarlo, o al hecho de que la propia Clarissa tampoco tenía tan buena opinión de la tal Pandora como compañía… todos debían aceptar que había cumplido su palabra, y los había llevado directo a los delincuentes que estaban buscando. El cómo había descubierto, o prácticamente adivinado, que los encontrarían ahí, era algo que la capitana Bulrskraistain no entendía, y quizás no se encontraba en su capacidad comprender. De momento lo único que importaba era una cosa…



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En el texto hay: piratas, sirenas, princesas

Editado: 03.03.2024

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