Crónicas del Quinto Sol: La diosa negra

26. ¿Qué hicimos?

Antes del mediodía, Frey, Kousei y Cristian se encontraban camino a Cholula, Puebla. Cris se despidió con un fuerte abrazo de su abuelo, y prometió volver para ser él quien ahora contará sus propias aventuras. Don José los despidió con la mano alzada desde la puerta de la casa. El amigo del abuelo era un señor robusto y moreno que rondaba la edad de Don José. Era comerciante y cada semana transportaba a la capital parte de su mercancía.

Con amabilidad había aceptado llevar a los niños, pensando que tenían familia esperándolos allá. Se llamaba Manuel y solo porque se trataba de su viejo amigo es que había aceptado.

Acomodó la parte trasera y descubierta de su camioneta para que los niños viajaran sentados. Hizo espacio entre las cajas y guacales con artículos como cerámica y otras artesanías que hacían viaje cada semana. Frey los apreció y Kou los conoció por primera vez.

Los niños tuvieron que decir una mentira piadosa; ella había dicho que se reuniría con sus padres, que Kou era parte de su familia. También dijo que acababan de visitar a Cris quien, por cierto, era un muy amigo suyo y se reunirían los tres con la familia de la niña en Puebla. Don Manuel no preguntó más.

El camino era poco largo, pero bastante caluroso. La distancia desde el poblado hacía su destino, para ser de un mismo estado, era poca pero significativa.

Ya estaban en camino cuando el sol empezaba a quemar sus cabezas. Los tres se cubrían con cartones. El aire pegaba en sus nucas y sus cabellos se alborotaban, pero al menos no iban cansados, ni incómodos, ni con hambre.

A la mente de Frey una duda surgió, con esto rompió el silencio del camino.

—Antes mencionaste algo de la "Era del Quinto Sol". ¿Qué significa?

Cristian volteó a ver a Frey, está pudo observar brillo en los ojos del niño, estaba por explicar algo que le emocionaba.

—Se dice que antes de la era en la que vivimos ahora mismo, existieron cuatro eras más. Hoy en día se cree que es un mito, pero es la historia de la creación del mundo como lo conocemos: se habla de que la tierra ha pasado por cinco etapas diferentes desde el principio, regidas cada una por un sol distinto.

»El primer Sol fue Tezcatlipoca; en esa época los dioses crearon a los gigantes como habitantes de la tierra. Cuando su era acabó comenzó el segundo Sol; el sol de Quetzalcóatl. Se dice que fue habitada por hombres-mono que se alimentaban de piñones. Este periodo se acabó con un fuerte viento que se llevó a Quetzalcóatl y los hombres-mono.

» En la tercera era, Tláloc se convirtió en el Sol. Los hombre-mono volvieron a ser los habitantes. El mundo terminó tras una fuerte lluvia de fuego, entonces a Tláloc lo sustituyó su esposa quien se volvió en el cuarto Sol. Chalchiuhtlicue convirtió a los hombre-mono en hombre-pez, sin embargo, su época no duró mucho y finalizó cuando los cielos se cayeron y sus habitantes los arrastraron las aguas y todos se transformaron en peces.

» Por último, llegaron a la conclusión de rehacer la tierra y con ellos crear a la humanidad. Esta era comenzó cuando una deidad llamada Nanahuatzin se lanzó al fuego como sacrificio, subiendo al cielo y convirtiéndose en Tonatiuh; el Dios del Sol. Así nació nuestra actual era; la era del Quinto Sol y es él quien lidera.

—El Sol que ahora mismo tenemos sobre nosotros ¿Es Tonatiuh? —preguntó Frey con curiosidad.

—Así es —respondió Cristian sonriente.

—Interesante... —agregó Kou.

—Tengo otra duda —volvió a preguntar la niña—. Cuando estábamos en la pirámide dijiste algo que Itzpapalotl había alterado la "dualidad" ¿A qué te referías con eso?

—No hay blanco sin negro, ni luz sin oscuridad, vida sin muerte, agua sin fuego —explicó Cristián—; el sol no se alza sin antes ocultarse de la luna. La dualidad era muy importante para los mexicas. Permitía sostener la vida del cosmos, nada funciona solo, siempre necesita un complemento. Incluso existió un dios llamado Ometéotl, quién podía dividirse en dos; hombre y mujer y fue el padre y madre de los dioses Quetzalcóatl y Tezcatlipoca. Se considera el dios creador; su poder es superior al de cualquier otra deidad del panteón mexica.

—¿Participó en batalla contra Mariposa de Obsidiana? —interrogó Kou.

—No, desapareció antes de lo sucedido. Nadie sabe a dónde fue y porque no volvió para ayudar.

Frey se acomodó en su lugar. Sin duda este viaje en busca de su hermana le enseñaría muchas cosas nuevas. No obstante, una parte de ella no terminaba de sentirse a gusto con todo esto.

—La Mariposa de Obsidiana, la Mariposa de Obsidiana —farfulló Frey con una risa falsa—. Hablamos de eso y ni siquiera sabemos que tan real es. Nila solo mencionó que obedecía órdenes de su "señora", pero ¿Cómo estamos seguros de que su señora es la Mariposa de Obsidiana?

—¿Quién es Nila? —preguntó Cris.

—La persona que me encomendó está misión. —Frey abrazó sus rodillas antes de hundir su cabeza en ellas— Hace dos años, cuando nuestros poderes surgieron, ella también apareció de la nada. Se presentó ante nosotros como una "maestra". —La niña levantó el rostro e hizo comillas con sus dedos— Dijo que éramos especiales y teníamos un propósito más grande del que conocíamos. Nos enseñó a dominar nuestras habilidades y también nos entrenó y así como a pelear ¡Entre nosotros!... —Frey alzó los brazos haciendo más dramático su relato, después los bajo y su mirada paso a una de desconcierto— A mí me entrenó más que a mis primos, pero fue porque yo se lo pedí. Ella decía que éramos los elegidos de algo y que debíamos competir entre nosotros. Por eso nos entrenaba; el ganador conservaría su poder y el de los demás. Los otros cuatro volveríamos a ser normales.

Cristian y Kousei escuchaban el relato, era algo que ni el niño nipón conocía y para Cris era importante, ya que significaba que había más personajes además de los nombrados por las leyendas.




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