Crónicas Fantasiosas De Nuestro Universo

Capítulo 12 Viaje furtivo a Monte Roraima y Juramento

Recuerdo que esa noche empaque en una inmensa maleta: un vestido de fiesta azul marino, unas cómodas sandalias de fiesta, hermosos accesorios en oro 18 kilates, ropa deportiva, zapatos de goma, unos alimentos no perecederos y una de mis mochila de hidratación, mi pijama abrigado e incluso añadí al equipaje una carpa pues dado el lugar al que íbamos a ir, cabía la posibilidad de que estableciéramos un campamento; el equipaje era inmenso, realmente ignoraba cómo sería la dinámica…, lamenté en ese momento no haberle preguntado a Gladys más detalles de cómo llegaríamos al sitio y cuál sería la naturaleza del evento en sí, pero, creía que había hecho un buen trabajo y que nada me faltaría.

Esa noche apenas dormí y cuando lograba conciliar el sueño, soñaba con aquella nueva realidad para mi: que durante años había trabajado sin saberlo para una familia alienígena. En un momento determinado mi mundo onírico me llevó de vuelta a aquella habitación secreta donde Xinuel me revelaba su verdadera identidad, para luego desaparecer y entonces un manto nebuloso cubría mis recuerdos…, imágenes de sus ojos coloridos de pupilas triangulares me llenaban de cierta inquietud al principio, pero luego se revelaba en el fondo de las mismas infinita bondad y sobre todo amor.

Recuerdo haberme levantada a las 5:30 después de una noche de sueño intranquilo y cayendo en cuenta de mi nueva realidad pensé impresionada: «Caramba, ayer en la mañana era Alicia la querida niñera de mi adorada Rina una preciosa niñitas como cualquier otra, pero hoy amanecí bajo la sabiduría de una realidad diferente que apenas ayer me fue revelada…, imagínate nada más y nada menos trabaje para una familia extraterrestre durante 4 años y hoy por la noche viajaré al Monte Roraima a un evento especial de cuidadores de niños extraterrestres…, Dios como es la vida, absolutamente impredecible». A esa hora me levanté de mi cama asomándome enseguida por la ventana de mi habitación y miré aquel cielo estrellado que pronto daría paso al crepúsculo matutino y pensé por un instante en el hecho cierto de la existencia de vida extraterrestre, cada una de esas estrellas era potencialmente habitable por civilizaciones desconocidas por la mayoría de los seres humanos, sólo una élite privilegiada conocía la verdad y estaba obligada a guardar silencio por razones diversas y desconocidas…, dentro de esa élite ahora me encontraba yo Alicia Salas…, aún no lo podía creer, que yo hubiera sido una de las escogidas.

En la mañana me levanté llena de emociones contradictorias e incluso vi a mis padres bajo una óptica diferente, como si aquel secreto me hubiese hecho al instante una persona diferente, sin embargo, comprendía que jamás podría revelar el secreto que hasta hoy he guardado celosamente y del cual hasta hace muy poco me decidí a escribir sobre todo para que en un futuro aún indefinido este escrito quede como prueba fehaciente de la existencia de seres alienígenas que forman parte activa de nuestra sociedad, bajo el consentimiento y sabiduría de una élite muy escogida que tiene tal conocimiento.

Haciendo un gran esfuerzo antes de partir me despedí cariñosamente de mis padres, le dije a mi mamá:

—Mamita linda, no me esperen esta noche como te comenté ayer al llegar a casa, la señora Laura tiene un evento importante en su empresa y debo cuidar a Rina.

Ella tomándose un café con leche y distraída viendo las noticias en su dispositivo móvil en X me sonrió apenas viendome y me dijo:

—Esta bien hija, de verdad la señora Laura es un encantó, dile que muy pronto voy a hacer la receta de tarta de manzana que me envió vía whatsApp el día de tu graduación, la verdad es una lástima que regresen a Estados Unidos tan pronto, seguro que las vas a extrañar.

Papá me miró y me dijo apurado:

—Muy bien mi amor, nos vemos mañana…, ahora tengo que correr al trabajo —salió rápidamente por la puerta de la casa rumbo a su oficina y yo le seguí, tomando mi mochila inmensa de la cual nadie se percató y montándome enseguida en mi carrito, partí de inmediato rumbo a casa de Los Harris.

***

Al llegar a casa de Los Harris, el señor Clemente, Gladys y Laura me recibieron en la entrada entre estruendosas carcajadas, debido a que me vieron llegar con aquella maleta inmensa que apenas podía arrastrar por su enorme volumen y peso, yo también me eché a reír junto a ellos, luego me explicaron que sólo necesitaría unas pocas cosas.

En horas de la tarde, después una metódica preparación donde me explicaron bien la naturaleza del evento, la familia al completo y mi persona entramos a la habitación secreta ascendiendo por las escalera, llegando al desconocido tercer piso y de allí ascendimos por una puerta contigua a una aeronave cubierta bajo el manto de invisibilidad, penetrando enseguida en su interior, demás está decir mi amplia impresión al ser testigo de una tecnología que parecía la propia de las novelas de ciencia ficción al muy estilo de la serie de Star Trek: The Next Generation.

Ya en la nave todos bien acomodados en nuestros asientos, el tiempo parecía un concepto ficticio pues en cosa de segundos y sin sentir el despegue e incluso el descenso de la aeronave de pronto nos vimos en Monte Roraima…, debo decirles que yo jamás había estado en ese majestuoso lugar y quedé extasiada con aquel imponente paisaje y en especial El Salto Ángel con aquella caída de agua infinita y grandiosa…, ¡Dios qué maravilla!, jamás podré olvidar aquel mágico momento en mi vida.

Al descender de la aeronave me ví caminando en el terreno escarpado de la meseta entre rocas y lagunas de un color verde-azulado característico, al mirar al cielo crepuscular quede impactada por la presencia repentina de algunos muy diminutos puntos de luz apenas perceptibles en el firmamento que descendían gradualmente: eran naves espaciales de alta tecnología, una tecnología aún fuera del alcance de nosotros los seres humanos.

De estas aeronaves salieron algunos jóvenes como yo con sus respectivas familias de diversas razas extraterrestres, todas los jóvenes que pertenecían a la raza humana éramos niñeros y por nuestro amor y dedicación la Organización llamada Alianza Humano Alienígena había decidido crear el primer cónclave humano-extraterrestre cuyo fin era velar, educar y proteger a los bebés, niños y jovencitos de las diversas razas que habitan el universo conocido.




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