Capítulo 15 Rina se comunica

Son las tres de la mañana y mis ojos casi se cierran por lo que me dispongo a cerrar la laptop después de haber escrito durante al menos dos horas seguidas. Ya mi esposo y mis hijos duermen y una vez más pienso en Rina en lo grande que está, no pasa mucho tiempo en el que mi dispositivo holográfica hace la señal secreta de estar recibiendo una llamada. Voy a la caja de seguridad oculta entre las paredes del estudio y tomó el dispositivo con mis dos manos y aprieto el icono de contestar, enseguida la voz tan querida de mi Rina y su imagen tridimensional se me presentan, yo sonrío y le digo:

—Hola niña bella…¿cómo has estado? —ella enseguida me responde en tono alegre:

—Estoy muy bien, mi nueva sala de estudios es muy agradable, querida Alicia tienes que conocer el asentamiento Persepolis donde vivimos, es que tienes que venir a conocer como ustedes llaman a mi planeta Próxima Centauri b, es un planeta muy bonito lleno de hermosos lagos y montañas.

Me emociona ver a mi niña tan grande y espabilada y le contestó enseguida:

—Pronto mi amor, pronto nos volveremos a ver y así conocerás en persona a Marcel y a mis hijos, pero todo a su debido tiempo… — mis ojos amorosos ven con profundo afecto a aquella otra hija de mi corazón y estiro mi mano intentando tocarla más allá de la distancia en años luz que hoy nos separa, creo que lo más importante es que nuestros corazones siguen muy conectados.

Por un rato Charlamos detenidamente de su mundo juvenil, y de pronto se conectan Xinuel (Clemente), Laura y Gladys, entonces todos nos enfrascamos en una emotiva conversación de 2 horas en tiempo humano. Nos despedimos con mucho afecto y bajo la firme promesa de muy pronto volver a comunicarnos, la emoción nos embarga… Les envío saludos de parte de mi esposo Marcel a quien conocí justamente en una de las reuniones del cónclave alienígena y que es un terrícola comprometido con la custodia del secreto de presencia alienígena en las diversas ciudades y puntos estratégicos del planeta, en cuanto a mis hijos aún son muy pequeños para conocer el secreto y ya les llegará su hora de saber la verdad, pero todo a su debido tiempo.

Pero, con respecto a ese tórrido romance entre Marcel y yo, así como las dificultades con las que debimos lidiar en un principio, constituyen una historia muy larga de contar, y será motivo de las páginas de un nuevo capítulo de mi vida que en un futuro próximo me dedicaré a escribir apasionadamente.

Por ahora para culminar este relato, les digo que al mirar el cielo cada noche de sus vidas, tengan la plena certeza de que más allá del cielo conocido hay una inmensa cantidad de vida que trasciende a nuestro maravilloso hogar llamado el planeta Tierra, hogar al cual debemos amar, cuidar, respetar y sobre todo valorar.

Fin