Crónicas Fantasiosas De Nuestro Universo

Capítulo 2: Gisela compra el muñeco Asteroid 3.000

La semana siguiente a la visita de los tres al centro comercial, Gisela afortunadamente tuvo varios clientes que le hicieron pedidos: dos vestidos de niña y un vestido tipo coctel para un festejo en una importante compañía, vestido por el que su clienta regateó pues la joven estaba bien alcanzada de dinero y sin embargo, necesitaba causar la mejor impresión en la búsqueda de impactar a sus jefes y así probablemente obtener un jugoso ascenso.

Fue gracias a estos trabajos que Gisela logró reunir con mucho esfuerzo una plática, y llena de alegría sin pensarlo mucho se fue a comprar el Asteroid 3.000 sin ser muy explícita con su marido, quien controlaba los gastos rigurosamente dada la situación económica que vivían… Ella le mareo diciéndole que Carlitos había salido excelente en su boleta lo cual era cierto y que le iba a comprar un juguete sin especificar cual, se hizo la sorda cuando Marcelo le dijo con énfasis:

—Esta bien mi amor, comprale un juguete bonito a Carlitos, honestamente, Carlitos es un hijo maravilloso, muy aplicado y la verdad, se merece lo mejor…, pero por favor, espero que no sea muy caro, ya sabes que tenemos que pagar: el arreglo del carro, el condominio, los servicios, el gas, el colegio y pare de contar…

Gisela lo miró a los ojos sintiendo un mar de emociones encontradas, mientras mostraba un semblante sonriente, pero planificando detenidamente qué le diría cuando le comprase a su hijo el muñeco Asteroid 3.000, ella sobre todo tenía que cumplir su promesa mucho más allá de la economía familiar.

Es así como la mañana del jueves, hizo un alto en sus trabajos de costura y mientras su esposo trabajaba y Carlitos estaba en clases, se propuso a consumar su plan y darle la gran sorpresa al pequeño, estaba dispuesta a enfrentarse con su marido y manejarlo adecuadamente para que quedaran en paz; entonces, después de entregarle a la vecina los dos vestidos de niña y a la joven su vestido y recibir su humilde paga por sus servicios de costura, muy sonriente fue camino al centro comercial.

Aquella mañana de jueves Gisela caminaba por las calles del municipio Chacao atestadas de vehículos y gente, estaba feliz por aquel dinero ganado con esfuerzo, poco dinero, pero su dinero que iba a invertir en la sonrisa de su amado hijo, tenía una semanas ahorrando cada centavo e incluso recurrió a un dinerito que tenía guardado todo con tal de ver a su hijo sonreír con su muñeco en los brazos; en la vía recreaba llena de dicha ese maravilloso momento en que su adorado hijo sonriente recibiera su juguete, imaginando que lo más probable era que su hijo se emocionaría intensamente al recibirlo lleno de gratitud y al ser testigo de tan emotivo momento pensaba que muy seguramente a Marcelo se le iba a ablandar el corazón y se abrazarían los tres llenos de alegría olvidando un poco la precaria situación económica del hogar enfocándose en la felicidad del pequeño.

El corazón de Gisela se aceleraba a medida que iba llegando al centro comercial y al encontrar la tienda sintió una mezcla de felicidad entremezclada sin embargo con algo miedo, sensación de miedo que iba en crecimiento exponencial hasta el punto de sentir que podía escuchar los latidos de su corazón, entonces pensó asustada: «Dios mío, no puede ser que comprar este muñeco me de tanto miedo, ¡susto!, siento palpitar mi corazón con fuerza, claro, tantas carestías le enseñan a uno a valorar el dinero». Después de cavilar al respecto, metió repentinamente sus manos en su cartera sintiendo el contacto de los billetes en la palma de sus manos, luego maquinalmente pensó: «Dios mío, como cuesta ganarse el dinero…Y sí se enfurece Marcelo, y sí nos hace falta este dinero para hacer la compra del mercado y Marcelo me reprocha insistentemente haberlo gastado en el muñeco, y sí se nos presenta una emergencia, y sí la semana que viene nadie requiere de mis servicios como costurera, ya hace mucho tiempo no me salen trabajos importantes por la crisis, como hace 15 años época en que diseñe y cree hermosos vestidos de primera comunión, 15 años y novias, o si por el contrario me salen nuevos trabajos y necesito más telas… Dios, cómo se nos ocurrió quedarnos en Venezuela, este pobre país no tiene la culpa de sus malos gobernantes… Pero yo le prometí su juguete a Carlitos, así que toca cumplir y con gusto, ya Dios me ayudará…».

Temblando entró a la tienda, se sentía como si fuese a cometer un crimen, o tal vez si era un crimen invertir en un juguete caro todo su dinero ganado honradamente en una semana de arduo trabajo sin pensar en profundidad en todas las cuentas por pagar, todo para darle gusto a su hijo en un país donde la mayoría sobrevive a duras penas y solo unos pocos pueden vivir con decencia.

Ante su inesperado nerviosismo, decidió que para calmarse iba a pasearse lentamente por las estanterías para entretenerse un poco, sintiendo sin embargo, que los pies le pesaban; al final tuvo que pedir ayuda de uno de los empleados de la tienda para localizar el juguete y este le indicó en cuál estantería se hallaba y de pronto, lo tuvo de frente: A Asteroid 3.000…, enfoco su vista en una de aquellas cajas color platinado con detalles azul marino donde descansaba aquel preciosos juguete, de impecable mono color plata que cubría todo su cuerpo muy seguramente de silicon, botas azul marino plateadas, rostro redondo y bien proporcionado, cuya cabeza estaba tapada por un incipiente casco color plata, pero lo qué más la deslumbró despejando sus otros intrusivos pensamientos, fueron aquellos grandísimos ojos azules que hechizaban y que parecían albergar en su interior toda una constelación de preciosas y fulgurantes estrellas… Todo un universo contenido en cada uno de aquellos ojos que hipnotizaban, entonces Gisela comprendió perfectamente la razón de que su hijo se enamorara de aquel juguete como muy seguramente tantos otros niños de su misma edad que muy seguramente jamás lo podrían tener, de hecho, ella había visto algunos capítulos de la serie Los Planetas y le parecía que en el fondo era una serie elaborada desde la base de buenos valores tales como: respecto a las diversas formas de vida de otros planetas, la camaradería y solidaridad entre los miembros de la nave y sobre todo era una serie que fomentaba la curiosidad investigadora.




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