Crónicas Fantasiosas De Nuestro Universo

Capítulo 3: El sueño

Gisela acompañó a Carlitos a su cuarto y le ayudó a colocarse su pijama, luego lo acompaño al baño y le indicó una vez más como cepillar sus dientes correctamente y por último caminaron juntos de regreso a su habitación para que él se acostara en su cama cubriéndolo con su manta de motivos de osos; luego prendiendo su lamparita de mesa, buscó su peluche de nombre Gabriel y su muñeco del hombre araña llamado Peter Parker. El hermoso niño de tez morena y cabello negro acomodo mejor sus juguetes en la cama y los arropo, luego miró a su madre con aquellos ojos enternecedores de mirada profunda y arrebatadoramente tiernos y le dijo en tono lisonjero:

—Mamita linda, sólo falta en mi cama mi nuevo muñeco Asteroid 3.000… mamita ya quiero que venga a acompañar y ser el mejor amigo de Gabriel y de Peter Parker… No lo olvides mami, me lo prometiste —, sus miradas expresivas se encontraron en un mar de amor sublime y ella casi sucumbe a la tentación de revelar el secreto…, pero se sobrepuso al pensar en la inmensa furia de Marcelo si este veía el juguete en su cama y no se equivocó pues una voz ronca se escuchó a las afueras del cuarto del niño, era Marcelo que enseguida entró al cuarto del pequeño diciéndole con ternura:

—Bueno campeón, espero que pases buenas noches —se acercó cariñosamente y le dio un beso en la mejilla y le dijo:

—Este fin de semana vamos al parque del Este, ¿qué te parece? y nos llevamos la pelota para jugar fútbol… —ambos cruzaron miradas llenas de amor.

Carlitos enseguida respondió:

—¡Qué chévere papá! Vamos al parque del Este el sábado.

Gisela los miró a ambos sonreida y se dijo para sus adentros: «Caray, ¡de la que me salve!, tengo que amansar a Marcelo, para que cuando le entregue el juguete a Carlitos no se enfurezca y me saque en cara: qué como fui capaz de comprarle un juguete tan costoso en esta crisis, que no tenemos plata, que lo devuelva… ¡Dios mío!, en qué problema me he metido».

Finalmente ambos abandonaron la habitación de Carlitos después de despedirse de él entre cariñosas palabras y dulces abrazos, cerrando la puerta tras de ellos.

Ahora sólo eran Marcelo, ella y su secreto…, ella bien lo conocía y sabía que a veces los jueves a él le gustaba que intimaran y valiéndose de sus mayores artes femeninas esta vez tomó la delantera invitándole a tomar una deliciosa ducha caliente que finalmente terminó con ambos tendidos en la cama retozando placenteramente haciendo el amor, a su mente vino la canción Jugo de Luna, de la gran leyenda de la música Argentina y de toda la América Gustavo Cerati, música que sentía a lo más profundo de su corazón cada vez que se daban un tiempito para amarse en la oscuridad de la noche.

En el instante en que estaba a punto de llegar al clímax envuelta en las llamas del placer previo al éxtasis, sintió sin embargo, que unos ojos se iluminaban en su mundo interior y no eran precisamente los de Marcelo, en aquellos extraños ojos, se reflejaba un cúmulo de preciosas estrellas fulgurantes como diamantes y de pronto llegó al orgasmo, envuelta en la inconsciencia de un placer sublime nadando en un mar de estrellas y al despertar de aquel mágico ensueño, para su pesar recordó a Asteroid 3.000 mientras seguía prodigando placer a su amado Marcelo que ahora sonreía placenteramente… Entonces pensó: «Mañana le cuento lo del muñeco, con estos cariñitos va a amanecer de muy buen humor… Ay, ¡qué bueno!». Después de amarse, ambos se dieron un cálido beso en los labios dándose así las buenas noches…, el sueño comenzó a cerrar sus párpados, la realidad y esa otra realidad del mundo onírico se entremezclaron creando todo un submundo irreal y muy pronto se encontró en su mundo privado de sueños.

Esa noche soñó que daba una vuelta por el universo flotando entre preciosas estrellas que emitían mágicos destellos coloridos, así como agujeros de gusano de una oscuridad inimaginable y satélites diversos de todas las formas y tamaños posibles, el hilo musical de la canción: Vuelta por el Universo de los magníficos compositores y cantantes Gustavo Cerati y Daniel Melero la acompañaron en todo momento llevándola a un éxtasis sublime del alma mientras flotaba y flotaba plácidamente perdida en el placer contemplativo; mas de pronto, sintió una diminuta mano que tomaba la suya cariñosamente, una mano plástica pero tan viva a la vez, entonces lo vio flotar a su lado: a Asteroid 3.000… Sus ojos se encontraron y los ojos de Asteroid 3.000 le transmitieron bondad y sobre todo paz, una paz proveniente de un rincón muy lejano y a la vez cercano a su corazón.

De la impresión Gisela se levantó algo aturdida, enseguida miró su dispositivo móvil aún eran las 3:00 am de un glorioso viernes, inquieta pensó: «Caray, mañana le entrego el juguete a Carlitos, él sueña con ese muñeco, además sinceramente no puedo creer que hasta haya soñado con el juguete, aunque haya sido un grato sueño, ya esto es el colmo la verdad», suspiró y observó cómo dormía plácidamente a su lado Marcelo, sin imaginar el secreto que ella ocultaba, se dijo para sus adentros: «Dios, ayúdame, ojalá no se ponga tan molesto, además le di una buena dosis de cariño… Perdoname Marcelo, no es que te haya querido manipular a través del placer… lo que sucedes es que ser madre y esposa exige un delicado balance entre dar y tomar, pero por encima de todo es que ser madre y amar tanto a Carlitos me ha llevado a un nivel de emocinabilidad que ha sobrepasado mi racionalidad… ¡Ay, los dilemas de las madres!…, aunque siendo honestos, lo peor es siempre vivir cortos de dinero por la crisis nacional, honestamente a veces considero que quizá mejor hubiésemos emigrado como mi hermana Amelia, ella me dice que en Madrid la vida es dura y mis sobrinos tienen el acento propio de los españoles, pero…siendo sinceros ellos no pasan tantas penurias económicas como nosotros».

Luego recorrió con sus ojos toda su acogedora habitación matrimonial y de pronto la invadió un fuerte deseo de ir al cuarto de costura, entonces tomó su dispositivo móvil para alumbrarse y se dirigió a aquel cuarto y al abrir la puerta del mismo, de pronto sintió que su corazón palpitaba con fuerza ante la perentoria necesidad de abrir el closet y ver a Asteroid 3.000 y cerciorarse de que estaba bien, sin embargo cierto temor la invadía relacionado a que Marcelo de pronto se levantara y la fuera a buscar descubriendo así su secreto o que Carlitos se levantará y se abalanzará sobre el juguete y aún así, tomó valor y abrió el closet, retiró algunas telas y su set de agujas, abriendo cuidadosamente la bolsa encubridora haciendo el menor ruido posible y al hacerlo vio a: Asteroideo 3.000 con una sonrisa eterna, única expresión que su fabricante le había permitido tener, pero al contemplar sus ojos sintió algo inexplicable que rayaba en lo sobrenatural, era una invitación a fundirse en la paz de “¿otro mundo quizá?”. Sintiendo esa extraña mezcla de emociones de pronto se escuchó impactada hablándole al muñeco:




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