Un hijo es el tesoro más grande de la vida…
Los arreboles de un espléndido atardecer se hicieron presentes en una Caracas muy próspera, corría el año 2151. Una cariñosa madre con su bellos hijo en el regazo contemplaba extasiada el colorido atardecer, la joven desde el balcón de su edifico sentía una suave corriente que refrescaba el ambiente, de pronto hermosas guacamayas con su característico garrido y presencia colorida irrumpieron el cielo entre rosa y rojo; altos edificios elaborados en vidrios reflectivos se erigían imponentes sobre aceras muy bien pavimentadas y la madre orgullosa sin embargo a tantos absorta en la contemplación de su hijo le expresaba a viva voz a su tierno bebé:
—¿Quién es el bebé más bello del mundo?, pero…¿quién?… Tú, mi precioso bebé… Te amo, mami te ama Martín jamás lo olvides.
Preciosos balbuceos de bebé de 4 meses.
—Mi amor, ven a comer… todo el tiempo te la pasas de arriba para abajo con Martín —Rogelio algo fastidiado llamó a su esposa después de haber preparado una merienda para los tres.
—Gracias cariño por prepararnos una rica merienda —sus ojos se enfocaron en su precioso bebé nuevamente.
—Mi amor, acaso…, ¿no me escuchaste?, te dije que te la pasas todo el tiempo de arriba para abajo con Martín —Rogelio frunció el ceño algo fastidiado por la poca atención que le prestaba su esposa.
Ella finalmente lo miró cariñosamente con el bebé entre sus brazos:
—Cariño no te disgustes y es que acaso nuestro Martín no merece todas las atenciones posibles… ¿no es nuestro precioso bebé? —los ojos de ambos se encontraron y la inquietud de Rogelio salió a relucir:
—Bueno Milagros, en cierto modo sí lo es… Aunque a veces no lo sé… —se rascó la cabeza y miró dudoso hacía los otros edificios que conformaban el conjunto residencial y luego prosiguió—: lo que sucede es que al verlo honestamente… Bueno si es chica…, a ver Martín, ven a mis brazos pequeño bribón… cuchi, cuchi, cuchi.
Risas y balbuceos de bebé.
—Caray Milagros al contemplar a Martín… ¡uff! Honestamente Sapi Corporation C.A., ha creado una línea de robots baby con inteligencia artificial que es idéntico a los bebés humanos… Dios santo, no puedo evitar que mi cariño por él crezca inmensamente, es algo absolutamente inevitable, siento que lo amo tanto…, es que esta inteligencia artificial ha sido tan esmeradamente perfeccionada gracias a los avances tecnológicos…. Qué, qué siento que definitivamente es una consciencia plena… Creo que me cuesta expresarme con claridad, disculpa mis divagaciones incoherentes Milagros.
Milagro sonriente le expresó enseguida:
—Rogelio mi amor, de ahora en adelante que no te quepa la menor duda: Martín es nuestro hijo …, él es parte de nuestra familia y siento que más allá de ser un cuerpo de bebé con inteligencia artificial ya queda claro y tú me lo confirmas en este mismo instante con tu comentario que sin lugar a dudas: Martín es una conciencia naciente, por tanto Rogelio, no le des más vueltas a la cabeza: Martín es nuestro hijo.
Martín miraba a sus padres con aquellos ojos biológicos color café creados en el laboratorio Sapi C.A y además con todos sus otros sentidos agudizados, absorbiendo del entorno toda la información necesaria, información que viajaba a gran velocidad directo a una placa controladora que fungía como nuestro cerebro humano y donde todas aquellas experiencias sensibles se iban acumulando e interconectando entre sí a través de neuronas semi-biológicas que sobre todo se ennoblecían gracias al amor que aquellos dos seres humanos Milagros y Rogelio le proporcionaban día a día por medio de sus corazones bondadosos llenos de amor para regalar.
Y es que a finales de los años 2120 y principios del 2130 la tecnología a nivel mundial había logrado evolucionar de tal manera que los robots constituían parte de la cotidianidad humana y algunos prototipos semi biológicos emulan tan fielmente su apariencia que aunado a su extremada inteligencia hacían que el distinguirlos fuera casi imposible, razón por la cual poco a poco humanos y robots fueron estrechando sus lazos afectivos logrando una integración exitosa y normalizada; y ese afecto y esas emociones humanas a través del contacto diario hicieron que la inteligencia de los robots evolucionara hacia una forma de conciencia profundamente subjetiva.