Crónicas magicás: Fuego y hielo

Dragones y hadas

La reina los llevaba a través de unas escaleras ubicadas debajo del trono, ella no hablaba solo avanzaba sin parar, llegaron a una sala pequeña, en ella estaban colgadas diferentes pinturas que al pasar se movían y parecían contar una historia en bucle, en la sala había coronas de diferentes tipos colocadas en pedestales, el lugar era iluminado por una flor dorada colgada en el techo.

—Estoy seguro que conocen la historia de la gran guerra oscura —hablo la reina por fin—La guerra se originó a causa del control de territorios, los humanos de diferentes clanes y criaturas mágicas unieron sus fuerzas en el pasado —ella señalo a una pintura donde los humanos y diferentes criaturas entrelazaban sus manos—Los oscuros los predecesores de la liga dominaban la batalla —a su vez señalaba otro cuadro donde individuos vestidos de negro arrasaban todo a su paso.

—Esa historia la conozco —intervino Luna—Ese fue el momento en que los primeros guardianes aparecieron.

—Exacto, ellos eran magos de gran nivel y lograron formar un ejército al unificar a todos los clanes para acabar con los oscuros —ella mostraba otro cuadro donde estaba cinco personas frente a un ejército—Ahí se formó la orden de los guardianes, y la guerra se mantuvo a la par por varios años.

—¿Eso que tiene que ver con los dragones? —pregunto Blake.

—Los dragones enfrentaban a un enemigo más peligroso, el dragon de la oscuridad —otro cuadro donde mostraba a un dragon negro que lanzaba fuego del mismo color—Este ser fue quien creo a los oscuros y les proporciono poder, los guardianes lograron aliarse con los reinos imperiales a cambio del control de las tierras —otro cuadro donde mostraba dos manos saludándose y las banderas de cada bando.

—Agnolia tiene la magia del dragon negro —Luna volvía a recordar esa noche.

—Agnolia es el dragon negro —interrumpió la reina—verán, en el pasado los dragones acorralaron al dragon de la oscuridad, y dividieron su poder en cajas especiales.

—Las cajas que está buscando ahora —Luna hablaba para sí misma.

—Efectivamente, al quitarle su poder su forma cambio y se convirtió en humano, y se mantuvo sellado durante años —ella señalo a un dragon que se trasformaba en humano—Los otros dragones hicieron lo mismo, formaron un contrato de éter para traspasar su poder al reencarnar, ellos temían que el dragon negro despertara, las hadas al ser los primeros aliados decidieron esperar la llegada de los dragones y ayudarlos en la guerra.

Blake se dejó caer en el suelo, toda esa información la conocía gracias a la sacerdotisa solo que no esa parte de la historia, amas podía creer que estuviera involucrado en algo tan histórico, se sentó en el suelo mientras trataba de calmarse, Luna se sentó a su lado tratando de ayudarle.

—Entonces, tengo que enfrentarme a un dragon —Blake hablaba lentamente—O si no el mundo acaba en otra guerra masiva.

—Agnolia es otro maestro dragon igual que tú, solo que su poder fue disminuido en partes, la idea es que reúnas a los demás dragones y entrenen su poder para derrotarlo —Ella se acercó a Blake—Solo son seis dragones los que reencarnaron, tenemos la ubicación de uno de ellos.

—¿Dónde está? —preguntaron ambos.

—En el castillo imperial —respondió la reina—En el imperio Quíone, lleva años aprendiendo a usar su magia de dragon, él rey sabe sobre su destino desde hace años, su padre profetizo la llegada de este a su rey.

Blake y Luna se miraron con dudas, ambos sabían que eso sería una tarea imposible, él miraba los cuadros en busca de respuestas, sabía muy bien que los reinos imperiales eran un tanto difíciles de tratar, y que no se llevaban muy bien con los miembros de la orden.

—Vale, necesitaremos ayuda —Decía Blake.

La reina se puso a pensar, caminaba de un lado a otro, parecía tener dudas sobre su decisión.

—No tengo otra opción, mis hijos pueden ayudarte —Su respuesta no era muy entusiasta—Marcus puede transformarse en cualquier animal y Celeste usa magia de naturaleza, ambos pueden ser un poco difíciles de tratar cuando están juntos, él suele comportarse como un niño y ella es muy tímida, pero la verdad son los mejores para la misión, y no puedo confiar en nadie más.

 Blake le sonrió, ya los conocía a ambos y tenía el presentimiento de que eran buenas personas, sabía que su madre estaba preocupada por ellos.

—Gracias por la ayuda, necesito que les explique la situación —la reina asintió y salió de la sala—Luna, necesitamos infiltrarnos en el reino de alguna forma.

—No lo sé, eso será una misión muy difícil, la entrada está llena de guardias y necesitas documentación para entrar, y claramente la perdimos en el hotel —ella comenzó a caminar de un lado a otro tratando de pensar—Déjame un día para pensar en que hacer para entrar, ¿Cómo encontraremos a esta persona?

—Ya pensaremos luego —Blake estaba entusiasmado—Necesito hacer algo antes de partir.

 

Pasaron horas, Blake y los demás descansaron tras el día ajetreado que tuvieron, los llevaron a diferentes habitaciones dentro del castillo, dentro no había gran cosa, el lugar se iluminaba gracias a una flor que flotaba en el techo, la cama tenía cortinas que al cerrarlas apagaban la luz del cuarto, todo el sitio al igual que el castillo estaba hecho de madera que venía del mismo árbol.




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