—Bien, eso es todo por hoy joven —decía el dueño del local con mucho cansancio—Muchas gracias por la ayuda, ten tu pago.
Le entrego unas monedas a Marcus y este le agradeció por eso, eran las dos de la tarde y el sol era muy intenso en ese pequeño pueblo, él se dirigió hacia la fuente y luego de comprarse una barra de pan se sentó a descansar un poco, todo el día estuvo trabajando sin parar ayudando en todos lados.
Soltó un largo suspiro, hacia más de un mes que estaba allí y aunque entendía que era parte de la misión eso no dejaba de lado que era muy agotador, observaba delante de la fuente donde se encontraba el gran gremio de Blood Diamond, era un lugar muy reservado debía actuar con cautela. Un edificio parecido a un viejo restaurante, con muchas ventanas en diferentes pisos, poseía una enorme puerta con un diamante rojo en el centro,
A su lado se sentó alguien que conocía a la perfección, ambos no hicieron ningún tipo de contacto esta persona comenzó a leer el periódico en silencio, Marcus seguía comiendo si pan tranquilamente.
—¿Alguna novedad? —preguntaba Celeste.
—No mucho —decía él mientras masticaba—Entrar al gremio es casi imposible incluso para mí.
—Ya veo —Ella bajaba el periódico—Cuidado con las visitas.
Sin más ella se levantó y se fue, Marcus seguía comiendo tranquilamente, de las ventanas del gremio no se veía ningún brillo, pero lo sabía, los observaban desde hace tiempo, terminó de comer y camino por las largas calles hacia su pequeña habitación del motel, no tenía nada de especial salvo por una cama un tanto desordenada un pequeño armario y un baño para una persona, era lo mucho que podía costearse con su dinero.
Sentía como lo seguían desde hace horas, las palabras de Celeste fueron una advertencia, sentía como sus acosadores se ubicaban en un edificio al lado donde podían observarlo, en la habitación de al lado también había espías, él solo se quitó las botas y se tiró a la cama, no hacía falta ser muy precavido, su plan marchaba a la perfección, aunque eso era muy frustrante, extrañaba a sus amigos, poco a poco comenzó a quedarse a dormido.
—Aquí estabas —Celeste aparecía a su lado, se sacudió el agua de la lluvia al refugiarse bajo un árbol—¿Qué tienes?
—Necesitaba pensar un poco —decía Marcus mientras hacía dibujos de barro con una rama—¿Crees que saldrá bien la misión?
—Bueno, Luna lo planeo todo a la perfección —decía Celeste—Todo lo que dice tiene sentido, ella sabe muy bien de esto.
Ella lo miraba con preocupación, lo conocía muy bien sabía que pensaba en algo.
—¿Qué sucede? —preguntó de nuevo.
—Hace unos meses estábamos tranquilos viviendo en el bosque —Marcus hablaba lentamente—Y ahora estamos acá en otro país con esta complicada situación.
—Vamos a estar juntos hermano —ella le tomó de la mano—Se que es difícil, pero nuestros amigos y nuestro reino dependen de nosotros para que salga todo bien.
Él no respondió simplemente le abrazo y se tranquilizó, la lluvia comenzaba a despejarse, y la luz de la luna iluminaba el hermoso paisaje.
Despertó de golpe y se volvió a vestir, ya era de noche, aun lo estaban vigilando, salió rápidamente y se dirigió a las afueras del pueblo con cierto apuro, poco a poco lograba despistar a sus perseguidores, sin pensárselo dos veces se transformó en un perro, sentía el peligro por todos lados, había llamado la atención del enemigo.
Podía sentir como saltaban en cada terraza tratando de alcanzarlo, él cambiaba de forma nuevamente, ahora era una serpiente, reptaba por una ventana mientras bajaba su éter, sus enemigos estaban vigilándolo desde que llego al pueblo, al igual que su hermana, por suerte para ambos no hacían ningún tipo de contacto con lo cual no podían relacionarlos de alguna forma, Marcus siempre se transformaba en un animal y dejaba alguna pista cerca de su hermana, mientras que Celeste dejaba distintas plantas alrededor del pueblo.
Aunque sabían que los vigilaban, ambos se prepararon para salir corriendo en caso de una emergencia, era cuestión de tiempo para que los descubrieran, con eso en mente podían idear una buena estrategia, el objetivo era la reunión del gremio que ocurría una vez por semana al llegar la noche, durante su tiempo allí escucharon a varias personas hablar de eso como si fuese algo cotidiano.
Ellos no podían asistir sin más, puesto que serían descubiertos, además no conocían las habilidades de ningún mago del gremio, no debían arriesgarse, ambos idearon un plan que requería tiempo y preparación.
Al entrar por la ventana Marcus giro a una flor que estaba plantada en una maceta, sentía la energía de su hermana en esta, al tocarla con el hocico, sintió una ráfaga de energía que le recorrió el cuerpo, cuando abrió los ojos se encontraba al otro lado del pueblo, las plantas que creaba Celeste estaban conectadas por su éter, era un buen truco para poder aparecer en varios lugares a la vez, a ella le costaba mucha magia crearlos, por suerte podía hacerlos más pequeños para no agotarse tan rápido.
Volvió a su forma de hada y lentamente se escabulló entre la gente sin que nadie se percatara, fue un éxito ya que no sentía la presencia del enemigo, aun así, debía de tener mucho cuidado.
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Editado: 07.04.2023