Crónicas post-apocalípticas

Primeros minutos a la Eternidad 2ª parte

Para el amanecer de este día, comienza mi ritual personal, llenar un largo tubo que lleno de agua justo al anochecer, al hacer esto cada vez, me permite, por medio de un diminuto agujero en la base, calcular la hora viendo el nivel de agua en la base, no es muy exacto, pero es lo mejor que tengo.

 

En esta oportunidad me despierto un poco antes para ver que coincida mi ritual de llenado con los primeros rayos de luz, mis hijos se levantan justo después de mí, y comenzamos nuestras labores con gran precisión, están habituados a trabajar y ser aseados, arreglar su futón y prepararse para las actividades en la granja con los ancianos, el desayuno debe estar listo antes de las 6:30. Los ancianos vienen casi cuando hemos terminado de desayunar, llaman a los niños por sus nombres en un orden que parece un juego, un shiri-tori muy particular, suelen repetir las entonaciones y rimas cada semana. Parece un ritual propio de ellos, al enlazar la sílaba del último nombre con la primera del segundo, una cadena ordenada y lógica. Un hechizo tradicional japonés.

 

Estas actividades distraen a los más pequeños de las preocupaciones de los adultos, nuestras medidas de seguridad se han venido incrementando, no ha habido ningún ataque, pero ya hemos visto a estas cosas dos veces, a distancia, sigilosamente. Hasta el momento no los consideramos hostiles, pero no confiaremos en ellos ni en nuestras perspectivas. de hecho aún no tenemos una imagen bien definida de ellos, al faltar una cámara fotográfica o algún medio para capturar imagen, básicamente dependemos de nuestros ojos, y no son confiables si consideramos que los vemos a la distancia.

 

Reforzamos las rejas que tenemos y las bardas para el ganado, no tenemos manera de construir un muro u otra cosa para protegernos, pero hay algo que si hemos notado. no se nos acercan.

 

Las huellas se han alejado poco a poco, y la frecuencia con que las hallamos es cada día menor. Aun así, deseamos tener un lugar al cual partir, la isla de Izu Ozhima parece perfecta, no tenemos motivo para pensar que estos Yugen estén ahí, no hemos visto huellas cerca del agua, y parecen evitar los arroyos. así que posiblemente no sepan nadar. lo que implica que estaremos libres de su presencia en la isla.

 

Nos dedicamos a seguir nuestras labores cotidianas, planeando la excursión y dándonos gusto con las abundantes cosechas y las frutas que extrañamente están apareciendo por todos lados... y que resultan muy sabrosas a pesar de su aspecto simple y sin chiste.

 

Desconozco que es lo que son, lo he consultado con los ancianos, y con tranquilidad, y voces pausadas, se explayan explicándome que el viento puede traer semillas de muy lejos, y que con el viento que se sintió con las explosiones, es probable que sean frutos de un lugar muy lejano... personalmente creo que desperdicio mi tiempo, es un hábito muy japonés el aceptar los cambios con tranquilidad, y la vida con proverbial paciencia. Un cliché muy gastado si me lo preguntan. Pero en cierto sentido les daré la razón, las explosiones tienen la culpa de todo, tal vez hasta de la llegada de los Yugen.

 

Por agregado, tenemos los comentarios y experiencias de los otros sobrevivientes, me cuesta trabajo creer sus historias. Algunos son, como yo, sobrevivientes casuales, que no vimos como empezó, ni cómo terminó. Atrapados entre los escombros, o encerrados en los sótanos de alguna propiedad. Una mujer, una chica muy atractiva extranjera que estaba de visita, ella vio la explosión desde la distancia, la describe brillante, y hermosa, como un gran círculo en medio del cielo arremolinando las nubes. algo como un enorme globo de fuego que parecía sorber el viento y la atmósfera a su alrededor. no es lo que esperaríamos de una explosión nuclear, no nos imaginamos que puede ser o de que se trate, no es el «hongo» que tradicionalmente vemos en los libros o imaginamos en los mangas o en el anime, se trata de explosiones... no, implosiones, algo que se contrae y arrasa con lo que lo rodea, y por lo descrito ocurrió en el aire, pero hay algo que nos llamó mucho la atención... nadie vio misiles, ni escuchó que hubiera lanzamiento alguno en los medios de comunicación, incluso en internet no hubo señal alguna de guerra declarada o de amenazas.

 

Este tema, es el que más se había comentado. no hubo advertencias, simplemente las explosiones pasaron. la testigo las señala en el aire, y por mi visita a Tokio sé que hubo explosiones que arrasaron el suelo y borraron ciudades enteras... nuestra conclusión es, que los lugares emblemáticos, o estratégicamente importantes fueron borrados, y el resto del mundo fué agredido con explosiones en el aire... suena raro, pero al menos es lógico. al menos a eso llegamos tras discutirlo por meses.

 

Por cierto... Hoy se cumplen seis meses desde el fin del mundo. Y precisamente hoy el faro se quedó sin combustible y finalmente, se apagará, al menos hasta que consigamos gasolina. En estos meses no ha venido más gente, y sospechamos que nadie esta navegando precisamente hasta aquí.




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