Crónicas post-apocalípticas

Complejo de inferioridad (parte 1)

Mientras veo un amanecer.

La distancia se muestra como nunca humano alguno lo ha podido ver jamás. Un paisaje limpio y de cielo transparente que ha sido purificado con fuego y sangre. Al menos eso me contaban mis ancianos.

Como Hombre que soy, no solía desobedecer a mis matriarcas, pero me gustaba, y aún disfruto, salir antes de que los primeros dragones salgan del mar. el amanecer en el mar del norte de esta península es hermoso, y me gusta ver como los largos cuellos de estas creaturas se levantan contra el sol naciente y hacen surgir sombras largas y asombrosas. El sonido de las hembras llamando a sus pequeños es hermoso. y las luces en sus ojos llenan el paisaje cambiante de sombras que juegan con el sol.

Las matriarcas, a ellas no les gustaba compartir el poder que impone un dragón. Son pocos los varones que han montado uno, y en secreto, yo mismo soy uno de ellos, y mi montura es la que menos se esperaban... el macho alfa es mi amigo.

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muchas años atrás.

 

En estas tierras calurosas, verdes y blancas, en tiempos antiguos, había una reserva natural llamada  Dzlam de Bravo... ni idea que significa, pero eso fue antes de los fuegos que las matriarcas se han inventado. Si no lo ví, no es real, creo yo.

Hablan de una tiempo único, con tecnología imposible, y costumbres bárbaras y llenas de odio. No las culpo por querer que no se repita lo que llaman "Historia", pero la verdad es que a nadie le interesa un papagayo sus cuentos y leyendas.

Lo único real es que no nos falta nada, y que el poder, se muestra con los dragones y nada más.

Los hombres no podemos acercarnos, parece que nos detestan, pero he descubierto que es posible hacerlo si los conoces desde cachorros.

Un cachorro enorme y muy dado a tratar de morder, pero cachorro en fin (aunque mide más de 6 metros de largo). En mi caso, fue mero accidente conocerlo.

Siendo un niño, tuve una mala experiecia con unos malformados simios... no son comunes, ya que la humedad los hace inflarse, como si absorvieran el agua del ambiente. Pero ese día era especialmente caluroso y seco.

Huyendo de su agresivo ataque, caí en una fosa cerca del faro de san felipe, y por accidente, caí en el nido del dragón. Era simple saber que se trataba de un macho, por su color dominante negro y el color de sus ojos y sus enormes garras y apetito. Por un momento me miró como alimento, pero me sorprendí a mi mismo levantándome y gritandole mientras señalaba a sus espaldas "Oye!! la comida son ellos!" el animal volteó como si entendiera mi lenguaje, y se comió a los no tan lentos simios de hinchados músculos con mayor gusto de lo que imaginé.

Desde ese día, cada vez que topaba con algún animal mutado, un crustaceo de gran tamaño. un simio, uno de esos raros lobos... lo guiaba sin dudar al nido del dragón quien, como innegable lider de la cadena alimenticia, se zampaba a los intrusos. y me dejaba en paz.

Me llevó algunos años, pero me dejó montarlo más de una vez... con extremas precauciones y sólo tras ver que no me hacía daño y que no tenía intenciones de hacerlo.

De entre mis amigos y familia, nunca permití que supieran de esta irreal amistad. Es un animal dócil y confiable, al menos de momento.

Pero lo que hace de este un amigo excepcional, es que parece entenderme... nos ha llevado años, pero he notado que comprende las palabras que hemos practicado y ensayado.

Es capáz de reaccionar a mi nombre y al suyo (Tepew Kanan, que significa "Poderoso Guardián"), reconoce palabras sobre cosas simples, e incluso ha obedecido a un "NO!" cuando tuve sospechas de algo que deseaba comerse, pero que se veía en mal estado. Curiosamente esa vez no sólo obedeció, sino que hasta hoy, no come algo que yo le dé, sino hasta que le digo que puede comerlo.

Esto es especial, digo, en el mar este tipo come de todo, pero en la playa, cuando convivimos juntos, no come a menos que yo se lo dé.... parece disfrutarlo mucho.

Lo mejor pasó hace unos años.

Fuímos de viaje.

Contaré eso con detalle...

Me dí a la fuga de casa por un tiempo, algo muy común entre mi gente, los jóvenes suelen hacer esto a veces, y la abundancia de recursos, y la falta de enemigos permite que se hagan estas excursiones con cierta frecuencia. 

Nosotros fuimos más lejos que todos.

Montando en mi amigo nos fuimos por días, navegando todo el tiempo y descansando en playas desconocidas a lo largo de tan grato camino, disfrutando del buen clima y de las ocasionales criaturas que se convertían en su alimento y en una sangrienta anécdota en mi memoria. pero eso sí, al cazar, por propia voluntad y mutuo entendimiento, me montaba en su lomo para dejarle actuar con su largo cuello y atrapar sus alimentos libremente... nada se escapa a la velocidad y poder que despliega mi montura... Una vez satisfecho, el mismo acomodaba su cabeza cerca de mi, para permitirme montar tras su nuca y ajustar mi postura contra una especie de... agallas? cerca de sus cuernos en corona. Nuestra "conversación" es muy simple, un montón de cosas y palabras de mi parte, y unos comprensibles y muy lógicos gruñidos de su parte... y algo que suena como una risa bajita, que suele venir con mis propias risas. Nos entendemos muy bien.

Nuestro viaje nos llevó a una larga isla. donde pude conocer un poblado donde los dragones son vistos como dioses, y al que lo monta, como su mensajero. Fue sumamente extraño vivir eso, pués aquí no hay matriarcs, sino patriarcas, y nuestros idiomas no se parecen mucho, es el territorio de las Islas Turcas y Caicos.... personas simpáticas y con costumbres únicas. Tal vez muy liberales para mi pueblo natal, pues a pesar de ser menor (según los criterios matriarcales se es adulto hasta los 18) en pocos días de convivencia pude hacerme pareja de una joven de casi mi edad.




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