Esa misma noche, unas horas antes en el palacio del gobierno continental en la ciudad de Fronda dos hombres conversan a puerta cerrada.
─¿Como dices que van las opiniones? ─Preguntó Korej Adín con su gruesa voz.
─Arnuk va liderando las encuestas de opinión señor presidente ─contestó el tetrarca Karnak Zatú con una fina voz de alguien de gustos muy refinados.
Karnak, su aspecto físico era regordete y bajo de tamaño, representaba la casta ezrahim de la tetrarquía actual, hábil negociante, mente fría y muy calculadora, pero era más un secuaz de Korej Adín, que se sobresalta al ver a su jefe enfurecido golpear con su puño el escritorio haciendo temblar el mismo.
─Dentro de unos días son las elecciones, y si no repuntamos perderemos todo ─gritó muy enojado el líder tetrarca─, quedaríamos expuestos y podría ser nuestro fin.
Korej Adín con expresión pensativa se levanta de su silla y camina desesperado de un lado a otro en su oficina, dentro del edificio del gobierno de la República de Fronda, el hombre de 50 años, representante de la casta tejnik, solía tener en otrora el aspecto carismático de todo político, pero que perdió con los años por hacer turbios negocios y entrar en una serie de actividades corruptas, cambió de una actitud carismática hacia otra altiva y soberbia, se mantenía por sus habilidades de coerción política poco éticas, pero efectivas . Su cabellera era canosa la cual rebajaba al ras de su cabeza, no era atlético pero aparentaba buena forma física.
─Pudiese usted mover algunos agentes de intimidación a los otros poderes del estado. ─sugirió Karnak Zatú─. Sabe que tenemos gente para ello.
─No se puede, ¡entiende! Una cosa es silenciar un periódico, porque generalmente sus dueños, están implicados en algún pasado oscuro que uno conoce y luego usamos en su contra, otra es amenazar la familia de algún testigo, pero con el electorado, aún no tenemos el poder para influenciar al árbitro ─explicó.
─Milord, pronto lograremos obtener información de alguien cercano a Arnuk Groi.
─Tienes tiempo hablando de ello pero no veo tu supuesto soplón. ─reclamó Korej Adín.
─Estoy en ello milord, tenga algo de paciencia, tendremos a alguien infiltrado. Así no tendremos que esperar la ayuda de Vlad Zacai.
─Sí, bueno, Vlad está en la ciudad de Martund en una reunión secreta con Ramiz. ─Korej revisa un papel─. Por cierto, ¿ya le hiciste la transferencia a Ramiz no?
─Claro milord, ya debe tener esos créditos en las cuentas en los bancos de Martund. Pude ocultar las transacciones y parecerán legales, ya que lo hice como siempre, por nuestros aliados en los bancos zenobianos, no despertarán sospechas.
─Y ese es un motivo por el cual debemos mantenernos en el poder, si la oposición se entera que el acuerdo de paz con los koralianos se basa en una transferencia de fondos mensuales, iríamos todos detenidos, nos tratarían como traidores y con suerte terminemos exiliados en alguna mina en Khalaris.
─Y que no salga a flote lo del negocio de los sindicatos khalarianos... ─Añade Karnak.
─Perderíamos todo y terminaríamos en la cárcel ─señaló Korej.
En eso se interrumpe la conversación ya que suena un dispositivo de comunicación.
─Milord Korej, hablando de él, tiene llamada del comandante Vlad Zacai.
Korej enciende una holopantalla y se refleja un hombre con cara de pocos amigos, aparece dibujada en los haces de luces que empiezan a cargar los rayos láser del sistema de comunicación.
─¡Saludos viejo amigo! ─se escucha la voz ronca del tzaring─ veo que andas con tu perro fiel Karnak.
─¡Vlad! ¿Qué noticias nos tienes? las cosas según no andan muy bien, por lo que indican las encuestas, Arnuk va ganando.
─Escucha, si tu gente no hace el trabajo, los míos siempre han trabajado bien. ─Responde Vlad con tono irónico.
─Si te aseguras de que tus chicos hagan las cosas discretamente no tendríamos odio de la población, si no hacemos algo en una semana perderemos las elecciones.
─Arregla eso pronto, me reuní con el tesorero de Ramiz, quieren un aumento y les dije que eso es imposible.
─¿Están locos?..., un giro de créditos era suficiente.
─Ahora dicen que ya no lo es.
─¿Que desean, qué ahora también le administremos su maldita nación?
─Mira, yo les dije que esperemos las operaciones conjuntas de Khalaris, pronto llegará más material y le enviaría parte del cargamento y las ganancias.
─¡Estúpido! ─Grito molesto Korej─. Ya ese cargamento está comprometido.
─¿A quién se lo comprometiste?
─A los del sector de industria ligera, necesitamos el apoyo para la campaña.
─Deja que hable con Krong, quizás esos industriales necesitan una visita de él, ─alardea Vlad con mucha malicia.
─Podría ser, pero a la vez queremos a Ramiz y sus koralianos lejos de aquí estos meses, más adelante tendremos que ver cómo nos deshacemos de ellos. Sobre Arnuk, yo me encargo, no metas la pata como siempre lo haces. No me digas lo que tengo que hacer, soy el presidente del comité de la tetrarquía, y estás ahí porque yo te propuse.
─Recuerda quien te ha protegido el trasero todo este tiempo ─gritó Vlad Zacai evidentemente molesto─, si cuento las veces que te he sacado de apuros, estarás en deuda conmigo por toda la eternidad.
─Cuida a tu perro guardián, igual él no debe hacer nada sin mi aprobación.
Korej Adín corta la comunicación, la pantalla se retrae, el jefe tejnik se echa sobre su silla, junta las manos con los dedos separados, y con cara pensativa, mira a Karnak.
─No me gusta ese Krong, es un fanfarrón como todos esos tzaring abusivos de su policía política. Trae más problemas que soluciones.
─Tampoco me gusta milord, pero tendremos que trabajar juntos. ─secundó Karnak Zatú con tono de resignación.
─Honestamente, esta asociación con Vlad Zacai, está resultando más incómoda cada día, y ahora también debo calarme a su sabueso. ─refunfuñó el tetrarca.
─Esperemos controlarlo Milord.
Años antes, hubo un conflicto entre la República Koraliana del dictador Ramiz contra Fronda por un problema limítrofe donde había una faja rica en recursos de hidrocarburos y minerales radioactivos en la zona marítima de la norteña isla Charión. El conflicto duró varios meses y de forma sorpresiva llegaron a una tregua que terminó en el tratado de paz llamado «El tratado del Mar Azul» donde la República Koraliana abandonaba el reclamo territorial sobre la isla en disputa. La isla Charión al noroeste de Fronda tiene grandes yacimientos de minerales radiactivos como el Torio, necesario para las baterías láser en las armas.
Korej Adín y Karnak Zatú ganaron la reelección de forma muy cerrada cuando la creían perdida, por lograr la supuesta paz, ya que la República Koraliana es una potencia militar de aparente respeto. Lo que se acordó entre el cuarteto de Korej, Karnak y Vlad con Ramiz el líder koraliano: era que las explotaciones de la isla Charión por un año, el material seria de Fronda, y el año siguiente, se le vendería a la República Koraliana a bajo precio, pero en secreto, parte de los créditos por las ventas se devolvía a las cuentas del dictador Ramiz y otra para los tetrarcas frondanos, por medio de operaciones de blanqueo en bancos zenobianos. Solo una pequeña parte, entraban a las arcas públicas de Fronda. Por un año las concesiones frondanas le trabajarían gratis al gobierno koraliano sin que ellos lo supieran. Era una estafa encubierta a las arcas de Fronda. Ahora los koralianos pedían un aumento de la «cuota», en caso contrario, amenazaban con la reanudación del conflicto militar.
Lo de la explotación en el planeta Khalaris, el tercero de los cuatro planetas del sistema estelar de Araah, este era el proveedor de abundantes recursos a Tzargaria, manejado inicialmente por los «sindicatos mineros», controlaban las concesiones y minas de carbono, estaño, uranio, diamantes, y otros valiosos minerales así como otros recursos necesarios para la modernización de Tzargaria, pero el carbón y el oro son los principales recursos extraído de Khalaris.
Una guerra sucia por el control entre las diversas mafias sindicales, terminó con la intervención militar en conjunto de todos los gobiernos tzargarianos, en especial, los de Fronda y el de Koralia, con acciones duras, los tzaring de ambos gobiernos hicieron redadas, desarticularon redes sindicales, encarcelaron y sentenciaron a muerte a dirigentes culpables y no tan culpables, y confiscaron bienes a los sindicatos corruptos que no le resultaron para sus negocios. En el caso de los zenobianos solo apoyaron bajo el mando de los frondanos; los aleshianos permanecieron ajenos al conflicto, porque sus zonas estaban 100% controladas por un firme conde aleshiano fiel al Rey Mija.
Para depurar y establecer un nuevo orden, los gobiernos tzargarianos en conjunto establecieron una «tetrarquía khalariana federada» para que controlara el destino del planeta colonia, los sindicatos fueron sustituidos por empresas de capitales tzargarianos, entre ellas había empresas personales de Korej Adín, Karnak Zatú y de Vlad Zacai, todas mal licitadas pero que le generaban beneficios en la explotación de oro y carbono así como de otros recursos abundantes en el planeta. Los empresarios del acero de Fronda esperaban ese pedido pese a varios reclamos y Korej Adín les había prometido un gran lote para trabajar ese verano, pero ahora, lo entregarían a los koralianos.
Tzargaria, tenía una creciente, pero aún modesta industria y carrera espacial, porque cada nación avanzaba a su ritmo. Primero, colonizaron sus dos satélites naturales tzargarianos: Amud una roca alargada de apenas 10 kilómetros de largo, orbita dos veces al día al planeta, a casi unos aproximados 50.000 km de altura de la superficie de Tzargaria, la tomaron por completo los aleshianos; y la más grande, Kroan de dimensiones y aspecto parecido a la Luna terrestre, distaba casi a 200.000 km de Tzargaria, la colonizó el Reino de Aleshia pero también las poderosas Repúblicas de Fronda, Koralia, la Confederación Zenobiana obtuvo unas zonas para colonizar, no así con el planeta Khalaris.
Khalaris, un planeta muy frío por estar más alejado de la estrella, al ser explorado vieron que era habitable, con abundante recursos minerales y formas de vida primitivas de flora y fauna. A medida que iban llegando colonos, cada quien reclamó para su nación una porción territorial, cada nación tenía un sector sin meterse en el otro con poca presencia militar ya que no era necesaria, solo cuerpos privados compuesto por tzaring retirados trabajando a sueldo mantenían el orden interno garantizando el desarrollo de una creciente y muy rentable actividad industrial pese a sus frías y duras condiciones climáticas, hasta que se dio la guerra de los sindicatos. El satélite khalariano de Kenops fue colonizado de forma similar como el tzargariano Kroan. El satélite natural tzargariano de Kroan estableció una ruta de transporte con el satélite khalariano de Kenops y viceversa, las naves salían de sus planetas, hacían una parada en sus satélites para luego hacer trasbordo en naves más adaptadas y luego salían hacia el otro satélite donde los esperaban otras naves adaptadas para entrar y salir a las atmósferas de los planetas respectivos generando una intensa actividad de transporte comercial entre ambos planetas siendo Tzargaria la metrópolis.
Volviendo a los casos de corrupción, de ganar Arnuk Groi, acabaría con los vicios de las explotaciones en la Isla Charión, y el negocio de la explotaciones fraudulentas en Khalaris, corriendo el riesgo de iniciar un conflicto bélico con el tirano militar Ramiz de los koralianos en el norte, los corruptos de la dupla de Korej y Vlad estaban evaluando muchas opciones y el envío de Krong no podría ser bueno para la suerte de Arnuk Groi, ya que este era un asesino de profesión que obedecía sin dudar a su corrupto jefe el sanguinario Vlad Zacai sin importar los métodos a usar.