─¡Aún estoy viva! ─dijo Maya despertando temprano y mira que su mano sigue sana, siente una vigorosidad matutina que tenía tiempo sin experimentar, de hecho se había levantado más temprano de lo acostumbrado, pero sintió que durmió como nunca.
─Niña Maya, se levantó temprano, tenga su taza de té. ─dijo Myriam la ezrahim de servicio que le asiste en casa.
Maya le contesta:
─Myriam, tomaré un desayuno ligero, tengo tiempo de ir al gimnasio a entrenar antes de ir al trabajo.
─Pues niña Maya, déjeme ayudarle a buscar su ropa de entrenamiento y el uniforme de trabajo, supondré que usted se irá a cambiar en el gimnasio.
─Está bien Myriam ─grita Maya desde la ducha─, pero no tomes mi bastón kersh. ─Advierte.
Maya entrenaba Kersh, un arte de combate con fines defensivos, originado hace varios siglos por los antiguos tzaring en las altas montañas de la isla continente de Laisha, se enseñaba a la población civil de forma abierta con fines deportivos, tenía técnicas letales que solo practicaban miembros de la casta tzaring, pero Maya aprendió algunas técnicas secretas gracias a su tío Boro Morh, después continuó con un instructor legal certificado, un hombre llamado Joab Mashir, que era un anciano maestro respetado por su experiencia en el arte, el más respetado de la ciudad de Fronda y del continente, al ver el potencial de Maya, la especializó en el manejo del bastón kersh, llegando a un grado destacado de instructora, incluso en ciertas ocasiones reemplazaba al maestro en enseñar a alumnos menos avanzados en la práctica marcial deportiva.
─¡Maya, cuanto tiempo, decidiste venir a practicar ─dijo el maestro Joab─, hoy es un día muy especial, hace días llegaron unos alumnos avanzados de la ciudad de Kuras y Folsian, para compartir sus técnicas con las nuestras. Son muy buenos y quería alguien que tuviera la altura para poder medir sus capacidades con las nuestras.
─Maestro Joab, será un placer entrenar y aprender de ellos así como dejar en alto su enseñanza ─respondió Maya con mucho respeto por su maestro.
Maya hace los calentamientos, y después de una hora de práctica dirigida por el maestro, este quiere evaluar a los visitantes contra sus propios alumnos, Maya era respetada en la localidad, pero el maestro le tenía una sorpresa reservada.
─Maya, pasa al frente. Y toma un bastón de entrenamiento. ─ordenó seriamente el maestro sin vacilación.
Todos los asistentes se apartan y hacen espacio alrededor de la arena de entrenamiento, Maya queda sola en el medio. Un alumno de menor rango le lleva con mucho respeto y reverencia un bastón de entrenamiento, esta arma tenía en los extremos terminales eléctricos, y era telescópica o plegable pero extremadamente firme y segura, sin desplegar en la mano medía como unos 50cm pero cuando se desplegaba llegaba una longitud de 1,20 a 1,30mts, los bastones militares tzaring eran letales en batalla, podían descargar una fuerte corriente eléctrica que mataba al oponente, en cambio los de entrenamiento solo aturdían. Para proteger al portador, se manipulaban con un guante especial que reconocía a su dueño, los guantes de uso deportivo servían para golpear y los modelos militares eran más largo cubriendo el brazo y proyectaban un escudo de energía pequeño como una rodela para evitar golpes incluso podían parar un disparo de otra arma, de fuego o láser. Para esta lucha solo usaban el guante de modelo deportivo.
Seguidamente el maestro Joab les dice a los visitantes que se presenten en la arena.
─¡Alumnos invitados! ─Gritó el maestro─. Quiero que tengan un entrenamiento especial, muestren lo que mejor saben hacer y dominen a esa chica.
Los hombres asienten y toman cada uno un arma de contundencia, entre ellas un bastón eléctrico similar al de Maya, el otro, un garrote, y el último una espada de madera. Maya se pone en guardia, colocando el bastón de 1.30mts delante de ellos en forma vertical, pone el pie izquierdo delante apuntando a donde estaba el bastón y el pie derecho atrás en un ángulo de 90 grados, esta posición le permitía tener una amplia visión de sus 3 oponentes.
Los oponentes eran altos, corpulentos, y bien formados, eran tzaring que se habían especializado, eran experimentados, y sin perder tiempo, el primero que portaba la espada se le abalanza en ataque directo hacia Maya, lanzando su espada contra la cabeza de ella, pero Maya retrocede deslizando un paso y levanta el bastón con la mano derecha y más baja la izquierda bloqueando el ataque, da otro paso atrás y cambia con un medio pivote y golpea a su oponente por la espalda y dándole una descarga eléctrica, quedando en el suelo el primer oponente.
El segundo que tenía el garrote carga contra ella, este era el más alto de todos, Maya sabe que debe pelear desde afuera y no dejarse acercar por el garrote, para mantener la distancia, Maya apunta un extremo de su bastón eléctrico hacia el hombre, quien se frena, pero estudia rápidamente una opción y golpea con su garrote el bastón con mucha contundencia, Maya pierde el control soltando el bastón al piso, y queda desactivado, Pero ella esquiva con sus pies el ataque y hábilmente contrario a lo esperado, mete su frágil cuerpo en el centro de gravedad del oponente, y haciéndole una técnica con movimientos de manos y pies, desequilibra al gigante y lo hace rodar por el suelo, Maya rueda con él también pero el mayor golpe lo lleva el gigante, Maya rodando hábilmente logra incorporarse con el mismo impulso de la inercia, había entrenado antes para ese tipo de lucha inerme, y en ello logra tomar de nuevo su bastón, el cual al tener contacto con su guante se vuelve a activar el campo eléctrico en los extremo y aprovecha otro movimiento de rodada hacia su caído oponente que se comenzaba a incorporar lentamente debido a su peso, Maya le asesta una descarga en el abdomen, quedando en el piso rendido.
Los alumnos de Joab Mashir vitoreaban a Maya, era su instructora, la alumna respetada que ponía en alto a su gimnasio, y eso le dio más ánimos a ella para enfrentar a su último oponente.
El tercer oponente era mas experimentado que los otros dos, habiendo visto la habilidad de Maya, se lanza en un ataque directo y frontal, usando el bastón como una lanza, Maya bloquea el ataque con su bastón, sucede una serie de intercambios entre ambos bastones sin acertar, hasta que en un movimiento rápido, el hombre logra pegarle a Maya en la pierna, quien cae de rodillas y ella lanza un leve quejido, y ahí le golpearía por la parte superior aprovechando el traspié de Maya, pero, en el último momento, Maya se deja rodar hacia adelante quedando de lado de su oponente y golpea por la parte trasera de ambas rodillas al hombre, este trastabilla sus pasos, y quedan de nuevo en guardia, el hombre hace unas florituras con el bastón y se ríe en tono de burla.
─¿Crees que puedes vencerme? ─alardeó el tzaring.
─Deja de hablar y ataca de una vez. ─Responde Maya retando y también haciendo movimiento con su bastón, incluso lo lleva hacia atrás simulando bajar su guardia provocando más a su oponente.
El hombre hace un grito de ataque y corre hacia Maya abalanzando el bastón, ella retrocede deslizando sus pies, pero el hombre esta vez no logra acertarle porque era más alto y le faltó precisión, Maya a pesar que era más baja que su oponente, es escurridiza y se desliza con sus pies en medio de la arena, el hombre al errar de nuevo, Maya lo vuelve a golpear como al primero en la espalda, esta vez con un acertado golpe y la descarga eléctrica precisa aturde al hombre que cae boca abajo, Maya enfurecida va de nuevo contra él y golpea el bastón contrario alejándolo de su dueño para desarmarle y el hombre visiblemente vencido se voltea, queda tendido en el piso ante Maya, ella le va a golpear de forma directa como una lanza la punta del bastón kersh, el hombre cierra los ojos esperando el golpe y repentinamente se detiene; al abrir poco a poco sus ojos para ver que pasó, mira el primer plano la electricidad fluyendo y sonando en pequeñas centellas crispando de la punta del bastón de la chica, y en segundo plano sobre él, veía el rostro de Maya con sus negros ojos intensos clavados con determinación, mirándole hacia su humanidad, incitándole a rendirse. Este hace un gesto con las manos hacia los lados en posición de rendición.
─¡Me rindo! ─Dijo el hombre─. Usted pelea muy bien, tiene buena técnica, tenía tiempo que no sabía que era probar el piso.
─Si te mueves te mando a dormir. ─amenazó Maya.
─¡Basta ya, se ha terminado la prueba! ─Gritó el maestro Joab.
Maya retira el bastón, y le ofrece una mano al otro para que se reincorpore, se saludan entre los cuatro, y todos a la vez miran al maestro.
─¡Excelente técnica! Me tomó de sorpresa ─susurró uno de ellos a Maya.
─Gracias a ustedes también muchachos. ─respondió Maya con respeto a sus oponentes.
Al hacer las reverencias marciales y el formalismo que termina la clase, Maya se cambia y se dirige a la salida, uno de los hombres, el tercero que le dio mayor pelea se le acerca y le dice.
─Soy el Coronel Imer Karim, comandante en el VII de infantería de la ciudad de Folsian, ha sido un honor pelear contra usted.
─Mi nombre es Maya Groi, soy solo una tejnik astrobióloga.
─Es una lástima que no sea tzaring, en nuestro comando necesitamos a mujeres con su destreza, aunque tuvo algo de suerte, ─sonrió el tzaring─, pero no la tendrá la próxima vez, si alguna vez va a mi ciudad, no dude en llamarme, quizás pueda dar alguna clase a los de mi regimiento, y podamos compartir alguna bebida después.
Maya sonríe y le dice al coronel Imer:
─Probablemente tuve suerte, ojalá podamos practicar pronto. Tendré en cuenta su invitación comandante.
─Espero verle pronto y aprender de usted futura maestra.
─Gracias, aprendí de un buen maestro que es el que viene ahí. ─Dijo Maya señalando al maestro Joab que se le acerca con un pausado caminar.
Imer Karim le felicita por tener a una alumna como Maya, y se retira, en tanto, Joab le dice a Maya en voz baja.
─¿Maya, entrenaste a parte? ─Pregunta el maestro susurrando.
─No maestro, yo solo entreno con usted.
─Maya, esos hombres son muy bien entrenados y los venciste rápidamente, te soy honesto, era para que te vencieran, los he visto antes pelear, pero los ridiculizaste, quería que aprendieras de ellos algo, pero ahora me has dejado sorprendido, soy tu maestro ¿Que me ocultas? —exigió el maestro Joab.
─Maestro, nada extraño, hoy siento que amanecí con más energía, eso es lo único que tengo, y quise entrenar como lo hago cada vez que puedo hacerlo, sé que tenía semanas sin venir, pero ahora me verá más seguido. Cuente con ello ─aseguró.
─Dices que solo tienes buen ánimo, está bien te creo, pero es muy extraño lo que pasó hoy aquí ─respondió el maestro sin dar mucho crédito a lo que decía su alumna─. Ve en paz Maya, te quiero la próxima semana.
─Seguro maestro ─dijo Maya despidiéndose de Joab.