Capítulo 11: La Fuente de Maná.

El equipo se había despertado temprano, y una vez alistados y reunidos, Maya les dice:

─No perdamos tiempo, tenemos que llegar y montar los equipos de análisis.

─Doctora por eso, los equipos son fáciles de instalar, solo requerimos es energía, y Kaled dijo que me ayudaría con las celdas de energía, lo que me preocupa es el sitio de contención y aislamiento, al lado de la caverna, hay un cobertizo que podemos usar, solo está algo sucio, porque está abandonado, pero si lo prestan tendremos algo de privacidad para trabajar ─respondió Mogul.

─¡Entonces, tenemos mucho por hacer! ─sentenció Maya.

El camino era pedestre y el vehículo incómodo, no eran los sofisticados transportes citadinos que funcionaban con una tecnología básica de antigravedad que funcionaban en una pista electromagnética, Ariel se quejaba que si no había forma de llegar vía aérea, pero Kaled le explicó que las condiciones de altura no lo facilitaban tan fácil para los vehículos aéreos pequeños, aunque el paisaje era un espectáculo, el camino estaba bordeado de campos de cultivo de flores parecidas a la lavanda, y otras de tipo rosáceas, se veían también ganado vacuno pastando y los campesinos de la casta ezrahim junto a unos kohanitas en las faenas propias de la actividad rural.

Finalmente llegan hasta una viejas instalaciones monásticas al pié de una colina, desde ahí se veía a lo lejos, la ciudad de Safid. Maya y sus compañeros quedan maravillados ante la espectacular vista, la invade un extraño deseo de vivir en un lugar así, pensando: «Algún día me vendré a vivir a un lugar como este». Debían apresurarse a trabajar porque el clima amenazaba con una fría lluvia. Les recibe un hombre anciano llamado Yohan, quien se presenta como el rosh sanog temporal en sustitución del kohanita fallecido.

─¡Maestro Yohan, ─respondió Mogul─, gusto en verle de nuevo, a pesar de la situación! Quiero presentarles a los integrantes del equipo de investigación de la Corporación Groi.

Mogul hace las presentaciones respectivas, a Maya Groi como jefa del equipo, Ariel Ishar como asistente, y Kaled como custodio. Una vez presentados Maya quiere iniciar de una vez el trabajo pero a su vez, conocer el lugar.

─Maestro, vamos hacia el sitio de una vez, quiero conocerlo ─solicitó la doctora.

─Está allá arriba como pueden apreciar mis estimados ─el hombre habla con una voz suave y pausada característico de la gente mayor─, tienen que darme algo de tiempo, tengo un problema en la pierna que me dificulta la movilidad, pero adelanten su marcha, mi edad no está para subir tan rápido las escaleras de esa colina como antes. Allá donde esta esa vieja casucha que usábamos antes para guardar flores, es donde está el lugar. Lleguen allá que yo les llego en un momento.

─No se preocupe maestro, conozco el camino ─contestó Mogul─ los llevaré a todos para allá ─añadió.

Ariel, Mogul y Kaled, suben y trasladan los equipos, en tanto, Maya acompaña, asiste y conversa con el prelado.

─¿Maestro, ha habido algo nuevo desde entonces?

─Doctora Groi, solo que los demás miembros del sanog están nerviosos, la pérdida de nuestro Rosh Sanog fue un duro golpe, ahora todos tienen miedo de subir a ese lugar, antes íbamos y pasábamos todos los días para ver desde lo alto la campiña y meditar, no sabíamos que estaba esa caverna ahí, hasta que hubo el temblor que destapó la entrada a la misma.

─Supuestamente consiguieron una roca monolítica. ¿No es así?

─No es tanto una piedra monolítica, es más un mural con inscripciones que están en la pared natural, lo descubrimos cuando pasó el temblor, se abrió esa cueva y descendimos a ella, al ver notamos el estanque toxico, y las inscripciones al otro lado de ese estanque, posiblemente son inscripciones sagradas hasta donde pudimos leerlas. Nuestro fallecido rosh quiso acercarse para leer mejor las inscripciones, solo nos separaba ese estanque. Advertimos al maestro que llamara a expertos y él dijo que lo haría, pero se le ocurrió que tal vez eran unas fuentes termales como otras que se han encontrado en lugares cercanos y que podría tener propiedades curativas, además pensó que si habían inscripciones sagradas no podían ser dañinas, pero ya veo que no lo son.

»Nuestra economía está mal, hemos tratado de mantenernos cultivando flores en el campo y vendiéndolas en el pueblo, pero no es suficiente para los altos costos inflacionarios actuales, el maestro pensó que quizás podríamos aprovechar la fuente y crear un balneario para atraer turismo y obtener fondos, pese a que le insistimos que esperara un informe técnico, el rosh quiso meterse para probar que las aguas no eran peligrosas, y mirar las inscripciones ya que él tenía cierto conocimiento de lenguajes antiguos de los glifos, pero sucedió la tragedia, comenzó a sentir reacciones desfavorables, empezó a sentir mareos y pidió ayuda. Dos de nuestros colaboradores más cercanos a él se introdujeron para rescatarlo y aunque pudieron sacarlo, no habían terminado de bajar por estas escaleras y comenzaron a tener dolores generales en todo el cuerpo, sus caras comenzaron a hincharse y a tener reacciones alérgicas en general.

─¡Ahí fue cuando llamaron a los servicios médicos! ─dedujo Maya.

─Si Doctora, llamamos y llevamos al maestro y sus dos estudiantes a unas habitaciones para atenderlos, pero se pusieron peor, sobre todo el maestro, los estudiantes no tanto, ellos experimentaron fuertes espasmos, dolores en todo el cuerpo y la piel cambio a un color morado, murieron al cabo de un par de horas. Pero el maestro fue peor, el empezó a emitir fuertes alaridos, y gritos ensordecedores.

─¿Usted estuvo con él hasta el último momento? ─preguntó Maya.

─Sí, de verdad estuvimos atendiendo al maestro, fue horrible, los espasmos, los gritos de dolor, los delirios que exclamaba a todo pulmón creo que fue lo que lo hizo enloquecer, dijo una serie de frases incoherentes e impronunciables, otras si eran comprensibles pero muy aterradoras, tanto así que asusto a varios de los novatos kohanitas. Ayer se marcharon por miedo cuatro aspirantes a estudios religiosos.