─Todo salió a la perfección, medios de comunicación censurados, líderes facinerosos arrestados, gobiernos locales opositores sometidos, los otros poderes suspendidos, y estamos conversando con los empresarios para que nos den su apoyo, con ellos los bancos en Zenobia tendrán confianza en nosotros. ─celebró Korej Adín.
─¿Y que ha dicho el Kohanut? ─preguntó Vlad Zacai.
─El Kohan Akiva solo llamó a «la calma y dialogo entre las partes», no es mucho lo que puedan hacer en nuestra contra. ─alardeó Korej.
─Caballeros ─exclamó Vlad Zacai─, les propongo un brindis, tomen estas copas que hice traer, este vino es muy bueno para celebrar la ocasión.
─Y esta tarde, tendremos a nuestro mando la Corporación Groi para nosotros, eso es un motivo de celebración extra. ─recordó Karnak Zatú─. Serán más créditos para nuestras cuentas.
─Vaya Karnak, al final si nos fue de utilidad el idiota de Garius ─se mofó Vlad.
─Si comandante Zacai, he ordenado una comisión de la administración tributaria y aduanera que se dirigía a las instalaciones de la empresa, a la hora que comience la reunión, el decreto que firmó Korej ayer, colocará a Garius Maazías como presidente de la junta interventora.
─Pues recuerdo su cara, cuando Krong sacó de aquí a ese papanatas, nos burlamos de él y ahora actuará como nosotros queremos ─ironizó Vlad Zacai─, por cierto ¿Tienes el video donde le entregas la copia del decreto?, y el estúpido te dio su lapicero. Su cara de asustado me causó mucha risa.
─Vale si lo tenemos, ponlo en pantalla Karnak, para reírnos de nuevo, sabes manejar esto mejor que yo.
Karnak coloca el video de vigilancia, la cámara enfocaba al frente de Maazías mostrando su pecho, y vuelven a apreciar el instante de la expresión nerviosa de Garius, sin embargo, todos ríen , pero Krong Horam se levanta exaltado al notar algo en el video.
─Esperen un momento. ─gritó Krong Horam─. Retrocede de nuevo.
─¿Qué pasa? ─dijo Korej.
─¡Ese lapicero! en su traje... Hazle un acercamiento.
─Sí, era un lapicero sin tinta. ─se mofó Korej.
─¡No!, un momento, ¿qué te dijo sobre ese lapicero? ─preguntó Krong levantando las manos señalando alarmado el video.
─¡Pues, que no tenía tinta!, y me saco otro de los baratos, yo saque el mío, no iba a firmar con una baratija. ─respondió Korej entre risas.
─¡No puede ser!, ¿por qué no me di cuenta? ─alarmó el sargento.
─¿Que ocurre Krong? ─gruñó Vlad Zacai.
─Nos tomó el pelo ese maldito petimetre, eso no es ningún lapicero, eso es un avanzado dispositivo de grabación de audio y video. Todo lo que escuchó y todo lo que él vio esta registrado en ese dispositivo. Conozco esos dispositivos, impartí cursos de cómo usarlos en inteligencia.
─¡No me tomes el pelo Krong! ─reclamó Korej.
─Se dejaron grabar por un idiota, ese día hasta Ramiz quedó en evidencia. Si nos grabó y ese video sale a la luz pública estaremos acabados.
─Karnak, te dije que te cuidaras de ese hombre ─rezongó Korej a Karnak.
─No soy miembro de inteligencia militar, ¿y los controles de seguridad y de contraespionaje?, no tengo que ver con ello, es responsabilidad de Vlad y tuya Krong, ¿qué pasó con ellos que no se activaron?
─Nada hacemos ahora con echarnos la culpa, pero debemos movernos rápido ─replicó Korej.
─Rápido Krong, eres jefe de la policía política tzaring, muévete ya, hay que arrestar a ese malnacido, dirige una comisión a su casa ─ordenó Vlad Zacai.
─Muevan cielo y tierra, ¡esa grabación debemos tenerla aquí ya! ─ordenó Korej enfurecido golpeando con su puño el escritorio.
Pero como Garius no estaba en su casa, pretendía conversar a solas con Maya antes de la reunión del consejo, nota que la Laizza Mirei no está en su puesto, había salido a encuadernar unas carpetas para la junta, y los guardaespaldas de Maya tampoco, mucha gente por los controles tzaring no habían podido llegar al trabajo y por eso Maya Groi está sola en su oficina disponiéndose a guardar la muestra.
─¿Puedo pasar? ─irrumpió Garius con su voz lisonjera.
─¿Qué haces aquí Garius?, ¿podrías volver a tu oficina?, hablaremos en la junta.
─De eso quería hablar antes contigo Maya Groi.
─Escucha con atención Garius, ya no eres el presidente de esta corporación, hoy se decide la nueva junta y no estarás en ella, así que si quieres mantener un poco de tu dignidad y conservar un empleo aquí, te sugiero que te des media vuelta y te vayas a preparar para la junta, porque creo que debes entregar muchas cuentas. ─argumentó la doctora.
Pero con tono de altivez, Garius le contesta:
─Pues creo que antes debes escuchar lo que tengo que decir, Maya. ─Garius termina de entrar y cierra la puerta, pero no pasa el cerrojo, camina de forma firme y dominante convencido de tener dominio de la situación.
Maya que se había quitado la ropa oscura y estaba solo con una guardacamisa negra, sin mangas y algo escotada reflejando su blanca y lozana piel cubriendo levemente su firme pecho, ya que iba a ponerse el traje de protección. Nota que Garius se le acerca de forma extraña, su cara pintaba una sonrisa engreída y algo libidinosa por mirar su pecho. Ella le devuelve la mirada con recelo y rechazo y se cubre con una toalla que tenía a la mano, luego se ubica detrás de su escritorio para hacer una especie de separación contra su indeseable visita.
─¡Voy a llamar a mi seguridad!
─Maya descuida, ─responde Garius con moviendo las manos abiertas levemente alzadas palmas arriba─, no quiero hacer un espectáculo, solo vengo a ponerte sobre aviso.
─Esta no es la forma. ─resaltó la mujer.
─Disculpa pero no encontré otra ocasión y debo decirte algo que te afectará el futuro inmediato.
─¿Que quieres decir?
Garius, parado muy erguido, saca de su traje una copia del papel que le entregó Korej Adín y expone su plan, y le desliza al escritorio al alcance de Maya, quien lo toma y comienza a leer.