Un sonido armónico de cantos litúrgicos de los kohanitas suena en la mañana, al amanecer, los sanogim (plural de Sanog) locales reproducían una melódica grabación llamando a la oración matutina, era el indicativo que había que levantarse. Maya observa por la ventana a un grupo de hombres que van en una polvorienta calle en dirección al sanog cercano, vestidos con sus túnicas y algunos con filacterias y otros llevando sus mantos de oraciones al sanog para rezar con ellos de acuerdo a las normas litúrgicas.
─¿Eres religiosa? ─Resonó la voz de Alina en la habitación sorprendiendo a Maya, dando signos que ya estaba levantada desde hace rato.
─Solía ir al sanog de niña, pero ahora no soy una religiosa observante. ─respondió la frondana.
─¿Deseas ir?, quizás sea la ultima vez que puedas ir a un sanog.
─¿Por qué lo dices?
─En la cárcel no creo que te puedan dar ese beneficio. ─recalcó con una expresión dudosa.
─Quizás vaya en la tarde. ─respondió Maya como si no le importase.
─Me parece bien, aquí en Aleshia, son tres llamados a oración, en la mañana, en la tarde y al anochecer, y uno adicional en días sagrados, así que tienes tiempo para ello. ─explicó la aleshiana.
─Es igual que en Fronda, lo consideraré.
─Ya está el desayuno, es modesto, como te dije, no estoy acostumbrada a tener huéspedes en mi casa a menudo.
Maya se levanta y se asea, la casa de Alina era sencilla, curiosamente tenía dos habitaciones, en la parte superior de la casa, divididas por un baño, y un balcón, abajo estaba en un mono ambiente la cocina, una pequeña mesa de estudio y el recibo que tenía una alfombra con muchos cojines para comer en el piso según la costumbre aleshiana, es lo único que tiene en la sala, Alina le recuerda la costumbre de comer en el suelo, por lo cual le dice que en el balcón podría comer las dos, no sin antes le dice.
─Deseas comer sola, recuerda que soy tu esclava.
─No eres mi esclava Alina, todo es un mal entendido. Además si voy a estar detenida, que hago con una esclava, prefiero tener una amiga.
Alina solo se sienta y come, al cabo de un rato le dice.
─Rojo me dejó dinero, debemos ir a comprar algún vestido para la recepción de esta noche.
─No entiendo sus intenciones conmigo Alina, por favor quiero que me lo expliques, soy una extranjera, ¿y voy a ir a la casa de su monarca? Soy para ustedes una delincuente, ¿no expondré a su príncipe?
Alina la miraba mientras comía un trozo de pan, y le contesta:
─No sé cuales son las intenciones de Rojo contigo, pero yo debo ir, soy una noble, y debo estar ahí, allá estará casi toda la alta casta nobiliaria de esta isla, nobles, tzarings de las otras castas y demás invitados.
─No me dijiste cual era el rango de Rojo en la nobleza.
─Él nunca es claro, es un noble que actúa como tzaring, a veces se la da de tejnik, mejor preguntale, ya te enterarás allá en la recepción, así que solo come, tenemos que ir de compras. ─Respondía secamente mientras comía su trozo de pan relleno con una crema dulce.
─Alina, antes que terminemos, cuéntame de donde eres.
Alina se queda mirando a Maya, y le pregunta.
─Soy de una tierra lejana, Aleshia es muy grande, pertenezco a los clanes del norte, soy la hija mayor del Conde Falid, de la ciudad portuaria de Kund"Nar.
─Tienes más hermanos, ya que dices que eres la mayor.
─Si, un bueno para nada está al lado de mi padre. Vive de la buena vida y yo aquí, lejos de mi casa, aunque este no es un mal trabajo.
─¿Cuidar de las caballerizas?
─Frondana, entiende algo, los aleshianos como te dije, somos muy tradicionalistas, nos gusta nuestro estilo de vida, parecerá una forma de vida dura, apenas estás en esta isla, pero aquí no es nada comparado con la dura vida en el continente, Aleshia es un gigantesco desierto, hay una cadena montañosa que bordea el sur y se extiende por el oeste no dejando que las brisas frías del sur entren y refresquen el continente, no hay lluvias, o son muy pocas las que hay en el año, a pesar de todo eso nuestra nación prosperó, se hizo fuerte, hubo guerras en el pasado, pero ahora es una nación técnicamente unificada, con algunas diferencias, pero tenemos cosas que muchas de las otras naciones nos envidian, tenemos una rica industria de hidrocarburos, irrigamos parte del desierto para cultivos, convertimos el agua marina en agua dulce para consumir, no dependemos de otras naciones como lo hacen ustedes, quizás creas que vivimos aislados, pero no lo hacemos, tenemos relaciones comerciales con los zenobianos, pero ustedes los frondanos son muy engreídos, y los koralianos son nuestros enemigos, y te lo digo con propiedad porque han querido quitarnos islas y se han metido en nuestras aguas, pero los rechazamos y les hemos advertido, desde que esta su gobernante ahí el tal Ramiz, las relaciones con ellos se han descompuesto.
─Ramiz al parecer es parte del complot que mató a mi padre.
─Muchos no confiamos en los koralianos, pero entiende algo, tampoco miramos bien a los frondanos, desde que están teniendo alianza con los koralianos, no nos caen para nada bien, por eso tenía este prejuicio contigo.
─Créeme que no todos en Fronda pensamos así, mi padre quería tener una excelente relación con el Rey Mija.
─Cuéntame como fue eso.
─Mi padre ganó las elecciones, una de sus promesas electorales era que quería tener relaciones diplomáticas y de intercambio con todas las naciones, incluso decía que admiraba al Rey Mija, tenía un concepto bueno de él. Pero los actuales gobernantes ejecutaron un plan de asesinato, y mataron a mi padre, obtuve las pruebas que las tengo en este dispositivo de grabación ─Maya le muestra el pequeño aparato que tenía guardado─, aquí está la prueba pero está encriptado, por ello venía para acá a tratar de verme con el Doctor Abner Bani.
─El doctor Bani, pues..., será algo difícil.