─¡El-ah Eyjad! ─un grito en aleshiano de fuerte recitación religiosa retumbó en la mañana por todo el sector donde dormía Maya.
─Maldito parlante del sanog ─Maya todavía con sueño y caminado torpemente abre la ventana de la habitación y desde el segundo piso de esa casa, grita en dirección al sanog─. ¿No pueden poner ese megáfono hacia otra parte? Hay gente que todavía duerme. ─gritó rabiosa.
Pero los transeúntes no entendían su reclamo en frondano. Solo seguían caminando hacia el sanog para atender el llamado a oración matutino mientras seguía el resto de la recitación del rosh sanog ─o el kohanita─ encargado del templo local.
─¡Maya no grites!, la gente podría molestarse.
─¡Me importa!, acaso esa gente no duerme, anoche las calles estuvieron de fiesta y apenas raya la luz del día y ya molestan con ese ruido. Definitivamente este sitio es de fanáticos. ─afirmó.
Alina ríe mientras observa a Maya volver a la cama para arroparse y ver si puede dormir un poco más.
─¿Cuanto tiempo durará ese llamado a rezo? ─preguntó la extranjera.
─Solo unos minutos, no te preocupes, pero igual no te quedes mucho en la cama, debemos ir a la ciudadela, yo tengo que trabajar y tu presentarte antes su alteza el príncipe Vhalir.
─¿Tengo que hacerlo? ─Maya se descubre las sábanas─, dile que estoy indispuesta, que se me subieron los tragos de la noche, te lo juro me quedaré aquí y no me moveré ─dijo suplicando como niña consentida malcriada.
─Sabes que no puedo hacerlo, sería mentir y recuerda que soy su prima también, y aunque soy tu sierva, soy una súbdita de la casa real.
─¡Vale esta bien! Iremos ─rezongó la tejnik quitándose las sábanas y con los ojos aún con síntomas de sueño.
─¿Que hicieron anoche?
─¿A que te refieres Alina?
─No me vengas con historias raras, ¿a donde fueron tú y Vhalir? ─preguntó con tono severo.
─Nada raro, solo fuimos a la azotea a mirar las estrellas. ─vaciló la frondana recostándose de lado con rebeldía de levantarse.
─¿Al observatorio? ─preguntó Alina sorprendida─. Ese queda en la parte superior de la ciudadela, ¿de verdad te llevó al domo blanco?
─Si, recuerda que soy astrobióloga, y hablamos algo de ciencias astronómicas.
─¿Te llevó al observatorio? ─Alina hace una exclamación de asombro y suspira anonadada─. Eres la primera persona que lleva ahí, ni a sus amigos cercanos los ha llevado antes, solo una vez el doctor Bani entro con él para estudiar algo, pero, ni yo he podido entrar, el sitio es reservado. ─Alina contaba con impresión en su rostro estas palabras que dejan asombrada a Maya─. Debes haberle causado una gran impresión para que te haya llevado allá.
─Solo conversamos de ciencias. ─resaltó de nuevo Maya.
─¿Seguro? ─dudó la rubia─, debes saber que tus expresiones dicen otra cosa.
─Alina, solo cenamos algo rápido y por el frío que hacía nos abrazamos pero nada más pasó de ahí.
─Está bien, te creeré ─ironizó Alina─, ahora prepárate, que iremos a la ciudadela y ya no tardará el transporte en buscarnos. ─Alina le arrancó las sábanas obligando a Maya a levantarse y la metió obligada a la ducha.
En tanto, en un sector aledaño a la ciudadela, una nave despegaba rumbo a la ciudad de Ursh"Nar trasladando al conde Ismail y su séquito, incluida a su hija Shara, producto de su segundo matrimonio, desde la plataforma esta Vhalir observando quien está acompañado del comandante Abner Bani.
─La chica le insistía a su padre que quería quedarse con usted, Alteza.
─Tuve que insistir en que se marcharan, que pronto nos veríamos en la celebración de cumpleaños del Rey, y que yo tenía que terminar unos asuntos hoy.
─Varios asuntos Alteza, ¿como la frondana?
─Ese asunto me tiene en una disyuntiva. ─Responde Vhalir mirando de reojo al comandante.
─¿Que piensa hacer con la extranjera señor?
─Le daremos refugio, por favor, arreglarás una identificación formal, encárgate con Alina de eso, ya le dieron una identidad falsa.
─Técnicamente Alteza, no es falsa, está usando el nombre familiar materno ─aclara Abner─. Pero, Alteza, eso no responde la pregunta.
─¡Explícate mejor Abner!
─¿Que piensa usted hacer con ella?
Vhalir voltea hacia su amigo y con una mirada de determinación le dice:
─La llevaré ante tu padre.
─¿Al espacio?, ¿al satélite Amud? ─estalló alarmado Abner.
─Si, como lo oyes. ─realzó con un tono claro Vhalir─. Y no solo a Amud, antes iré de gira a Khalaris y a la base lunar en Kroan..., con ella ─recalcó.
─¿Eso no pondrá en riesgo la investigación y los protocolos?
─No lo creo, esa chica me da buena espina, no creo que sea una espía, es una perseguida. Y me cayó en buen momento, tu padre, me informó en su último informe que necesita más gente capacitada, el consejo Tejnik en Nol"Har ─la ciudad capital de Aleshia─, está copado, no tienen gente disponible, ya que todos están en Khalaris con las investigaciones de extracción recursos y habitabilidad de las zonas aleshianas en el condado de Nueva Aleshia, y eso no lo puedo detener, no puedo reclutar gente.
─Vhalir, perdona que te hable sin los atributos reales, pero soy tu amigo, ¿en verdad estás seguro de lo que estás haciendo? llevar a una extranjera a Amud y las colonias, en este momento traería riesgos, y quizás hasta mi padre no lo aceptaría.
─Si ella es hija de un amigo de tu padre, la aceptará ─dedujo Vhalir─. Además ella es una astrobióloga, tiene reputación en su nación, y necesito una mente inteligente trabajando para mí proyecto.
─¿Seguro que es eso Vhalir? pero usted tenía una intención diferente a la científica anoche en el observatorio. ─Ironizó el comandante.
Vhalir sonríe de forma pícara al escuchar lo que dijo Abner, se enseria de nuevo y responde:
─Tengo mis dudas, pero si a tu padre le cae bien, creo que tendré una persona que nos ayude a aclarar el misterio allá en Amud ─señaló el Príncipe─. No te voy a negar que ella me impactó, a muchos anoche, pero créeme, es una profesional en su área de estimada reputación tal como lo averiguaste, ¿o debo dudar de tu informe?