─Alteza, debe saber que sus signos vitales están muy bajos.
─¡Algo ustedes deben saber hacer! ─reclamó desesperado Vhalir al galeno.
─Alteza, le debo hablar con sinceridad, la dosis que recibió su prometida, es como para matar a diez hombres, esa flor es extremadamente tóxica.
─¡Pero está viva! hagan algo ya ─gritó Vhalir con energía, tomando por el pecho al médico, y con sus ojos muy inyectados en sangre del coraje y rabia que sentía, su piel rojiza, resaltaba más la furia en su cara evidenciando lo encolerizado que estaba.
─¡Calma Alteza! ─Separó Abner al Príncipe del médico─, deja que el médico haga lo que tenga que hacer.
─Alteza ─contestó nervioso el médico─, por favor comprenda, que no tenemos los equipos adecuados en la base lunar, está en observación, ya le administramos todos las antitoxinas que tenemos pero soy honesto, no veo esperanzas. Permita que haga otras revisiones para ver que más puedo hacer, ella está resistiendo críticamente el veneno, quizás las dosis de maná que se haya ella administrado en el pasado le mantienen viva, pero tal vez no sobreviva. Por favor le invito a salir y esperar afuera, yo no me apartaré de ella. ─añadió.
Vhalir sale de la sala donde tienen a Maya y se para contra la armazón de metal que hacía de pared. Vhalir golpea fuertemente la mampara haciéndola sonar la misma. Mira a su amigo de lado con una mirada de pocos amigos.
─¿Y nuestro nuevo huésped? ─preguntó Vhalir.
─En custodia con el cabo Moel.
─¿Ya está consciente?
─Moel le propinó un certero disparo en su glúteo derecho, vivirá pero no sé si ya despertó.
─Ya se terminó la hora de su siesta, trae un balde con agua bien fría para despertarlo.
Efectivamente el disparo láser fue dado con baja potencia, sellando las heridas del hombre que aún yace aturdido en un cuarto pequeño donde guardaban enseres de limpieza, que Moel y Abner lo habilitaron como celda temporal. Kiki yace aún noqueado en el piso frío, amarrado y medio desnudo porque lo revisaron para cachearlo en búsqueda de información sobre el sujeto. Se abre la portezuela y Vhalir le vacía encima un balde de agua fría quien despierta gritando y titiritando del frío.
─¿Que me hacen? ─gritó con su fingida forma de hablar, en un excelente lenguaje frondano.
─¿Sabes quien te habla? ─Le habló Vhalir en aleshiano, sabía que Kiki le entendería.
El hombre mira aterrorizado a los tres hombres fornidos quien le miran con caras de pocos amigos.
─¡Contesta! ¿Sabes quien soy yo? ─preguntó de nuevo Vhalir.
El hombre baja la mirada y niega saber quien es.
─Soy Vhalir, Príncipe de Aleshia, heredero único de la corona del reino ─reveló Vhalir caminando de un lado a otro en ese pequeña celda─. Ahora dime maldita porquería ¿Qué le hiciste a mi prometida?
En eso Moel, que ya le había revisado la ropa, le entrega unas cosas a Abner quien al verla se las pasa a Vhalir.
─No quieres hablar, veremos que dicen tus cosas personales.... ¿Te haces llamar Kiki? ¡veamos que tienes aquí! ─Vhalir observa su identificación, unos papeles y en eso una foto de Maya, escrito como objetivo, el papel decía: «Asesinar a Maya Groi».
Vhalir se agacha y agarra por la cabellera al prisionero y le estruja la foto de Maya en su rostro.
─¿Qué significa esto, ibas a asesinar a Maya?
El hombre no contesta ninguna palabra.
¿Quien te mandó a asesinar a mi prometida? ─Volvió a preguntar al hombre.
Ante el silencio Vhalir abofetea con puño cerrado y con fuerza a Kiki rompiéndole la piel del pómulo derecho.
─¡Habla de una vez maldito! ¿Quién te envió?
Pero el hombre aún permanecía sin decir palabra alguna y en eso tocan la puerta y sale Moel a ver quien importuna el momento. Eran Shaul, el administrador de la base quien solicita hablar con el Príncipe que está muy encolerizado.
─¡Dile que se espere! estoy sacando una confesión. ─Y vuelve a darle unos golpes a Kiki quien cae de nuevo desmayado.
─¡Bah! se volvió a dormir, Abner busca otro balde con agua para despertarlo. Iré a ver que quiere Shaul.
Vhalir sale a hablar con el viejo tejnik quien le espera con cara seria en el pasillo.
─Príncipe..., de verdad no sé que decir al respecto, pero debo notificarle que no estoy de acuerdo con esta forma de actuar, las leyes en las lunas son diferentes a las de la base en Tzargaria y tenemos otros métodos para estos casos que debemos cumplir.
Pero Vhalir furioso toma por los hombros al viejo científico y lo empuja hasta la pared.
─Escuche bien Shaul, no me compliques más las cosas, ahora bien, ¿qué hacía ese frondano en un área estrictamente aleshiana?
─¡Alteza...! ─Shaul responde nervioso─, no sé como pasó, a Kiki lo conocen todos, era una persona extraña pero no parecía ser peligroso, es servicial, atento y colaborativo, él hace los arreglos, adornos y diseños de los sectores de la base.
─Usted tendrá mucho que explicar, porqué le dio permiso a un extranjero a acceder a zonas aleshianas y mire, que atentó contra mi prometida, si ella muere, yo mismo me lo llevaré a usted a rastras a Aleshia y lo pondré a usted y su familia a cosechar tunas de sarbara en el inclemente desierto hasta que se seque usted o hasta que el desierto se convierta en una selva tropical.
─Señor yo solo le quería recordar las leyes lunares.
─No me termines de obstinar el día Shaul, ahora bien, anda y di si preguntan por ese miserable mal nacido, que no sabes nada de él, si vive, conocerá lo que es una prisión aleshiana en Khalaris, desaparecerá en vida sino lo termino yo de matarlo en un momento. Ahora no me vuelvas a estorbar, tengo un confesión que sacar. O presumiré que tú también estas envuelto en esto.
Vhalir le suelta al viejo y lo empuja dejándolo libre, el hombre se aleja nervioso arreglando su uniforme y pensando en la excusa que usaría para cubrir al furioso Príncipe. Olvidaría las leyes lunares, sabe que Vhalir no está jugando, no quería tentar a un miembro de la Casa Real, ve que Abner llega con la cubeta de agua y se la da al príncipe que se la vuelve a arrojar al prisionero.