─Nave Real Dos, aquí Control Base Amud, tienen la entrada 01, lista para acoplarse, se abrirá la compuerta y serán halados por el brazo control. Informen si necesitan alguna asistencia adicional.
─Base Amud, aquí el capitán Uzías Ahías de Nave Real Dos, gracias, todos estamos bien, todos ya despiertos, procederemos según el protocolo de alunizaje.
─¡Nave Real 2, copiado!, sean bienvenidos.
El proceso de alunizaje no era el común que en las otras lunas, Amud era un reto, no era un satélite común de forma esférica como lo era Kroan, la base lunar en su superficie era un complejo laboratorio que estaba compuesto por varios habitáculos hexagonales conectados de forma modular uno al lado del otro, , que se iban expandiendo en la superficie del satélite a medida que aumentaba ─si se podía llamar así─ la colonización de la luna. Unos estaban destinados para ser las habitaciones del personal, otros para laboratorios, otros para depósitos de suministros de agua, oxigeno, alimentos, que facilitaban las duras condiciones de la luna. Tenían dos bahías para despegue y alunizaje de naves espaciales. En total habían aproximadamente veinte habitáculos hexagonales distribuidos en lo que eran en la base principal, ubicada en el lado hemisferio Norte de Amud
Físicamente, Amud era una roca alargada tipo rectangular, de unos 10 kilómetros de largo aproximadamente, en su lado norte medía casi 500 metros de ancho, más que su lado sur que medía casi 450 metros; esto era, porque su lado norte contaba con unas salidas a los lados de formación similar que medían 25 metros cada una de ancho, y un largo de aproximado de 2 kilómetros, la profundidad promedio era de aproximadamente 1 kilómetro. Desde Amud, Tzargaria se veía inmensamente grande y muy brillante, tanto que iluminaba la base cuando el planeta reflejaba la luz de la estrella Araah, ocupando una cuarta parte de la amplitud del hemisferio celeste del satélite.
Amud orbita por debajo del radio de la órbita sincrónica Tzargaria, moviéndose más rápido que lo que Tzargaria rota en su eje, por este motivo los tzargarianos, ven que Amud sale por el Oeste y se oculta por el Este, un poco por encima del ecuador planetario por la latitud norte del planeta, en contraposición a Kroan y a la misma estrella Araah que salen por el este y se ocultan por el oeste. Visto desde Tzargaria, daba la apariencia de moverse por la bóveda celeste más rápido, en apenas 6 horas y 34 minutos hacía traslación al planeta y se ponía dos veces por día en un período de 11 horas y 13 minutos por cada día tzargariano.
Amud muestra siempre su misma cara hacia Tzargaria. Desde el planeta, en su «luna llena» los tzargarianos solo ven un tenue punto de luz azulado, en la noche; el más brillante más rápido del cielo, pero Amud no podía ser visto sobre el horizonte tzargariano desde latitudes mayores a 70°. Sus fases observadas desde el planeta, apenas duraban horas, según su período orbital, en aproximados 0,4 días, para cubrir el recorrido. Desde un observador en Tzargaria, Amud no podía generar un eclipse total sobre la estrella, sus eclipses era anulares y breves, de apenas casi 2 minutos.
En el principio de la carrera espacial tzargariana, al estudiarlo, llamó poco la atención por no ser rentable económicamente, descartado por el atractivo de la luna Kroan, y luego de la explotación en Khalaris, abandonaron todo interés en explotar Amud, por ser una insignificante roca espacial, hasta que un día, unos exploradores aleshianos durante el gobierno del Rey Ezra, el abuelo de Vhalir, convencieron al Rey para montar una base de operaciones y pruebas, con el tiempo, anunciaron a todas las naciones tzargarianas que ellos tomaban control total de Amud.
Los demás gobiernos tomaron la noticia con recelo, pero los científicos aleshianos invitaron muchas veces a científicos de otras naciones para mostrarle sus logros, pocas visitas se dieron, y convencidos informaron a sus gobierno que perdían el tiempo, ya que esos descubrimientos se daban mejor en las otras lunas y que los aleshianos, prácticamente perdían recursos y tiempo en mantener una base científica en Amud.
─¡Aquí no hay gravedad! es nula, pero como rota un poco más rápido que Tzargaria, se siente como una sensación que te halan de lado y es algo parecido a la gravedad querida Maya ─explicó Vhalir.
La compuerta de la nave se abre, y los tripulantes divisan una breve parada militar sencilla con el reducido personal tzaring de la base, unos 15 soldados y unos 3 tejnik y 3 ezrahim, cuando hacen los saludos protocolares, se acercan dos hombres.
─Alteza, bienvenido, soy el Mayor Izkiel Manai, jefe de seguridad de la base Amud y miembro de la guardia aeroespacial de su Majestad, me asignaron hace tres meses en reemplazo del Mayor Zejaría.
─Alteza, bienvenido, un placer volver a verle por aquí ─saludó un conocido de Vhalir.
─¡Mayor Manai, Ingeniero Menajem! quiero presentarle a mi prometida, la Doctora Maya Yrena, tecnócrata astrobióloga.
Ambos hombres saludan a con reverencia debida a Vhalir y a después a Maya con un respeto galante hacia la mujer.
─Y me imagino que ustedes ya conoces al coronel Bani, hijo del doctor ¡Bah! no tengo que presentarlo.
El Mayor saluda con respeto militar a su superior, y este le devuelve el saludo, los militares se marchan por un lado, desaparece con ellos el coronel Abner y Moel. El ingeniero le dice al Príncipe, quien es seguido por Maya:
─Bienvenidos por favor síganme, el doctor Bani le espera Alteza Real.
─¿Por qué no me recibió?
─Ya usted sabe como es él, está metido de lleno en unos cálculos de lo que le comentó la última vez que usted estuvo aquí.
¿Y que cree usted ingeniero Menajem?
─Las excavaciones continúan desde el hallazgo en la cámara inferior, han aparecido cosas nuevas, pero eso se lo comentará el doctor Bani.
─Menajem, escuche bien ─se detuvo el Príncipe en seco─: Si todo lo que ustedes me han dicho es cierto, hay que darse mucha prisa.