Maya que ya está casada con el Rey Vhalir, comienza a vivir una tranquilidad momentánea en el Reino de Aleshia. Criando a sus dos hijas mellizas, se aparta un poco de la vida pública del reino. El planeta Tzargaria sigue dando vueltas sobre su eje y la vida de los otros personajes de esta historia sigue transcurriendo de forma paralela.
La decadencia de las demás naciones está comenzando a llegar a un cierto punto de ebullición, donde sus habitantes sufren las consecuencias de las malas políticas de sus gobiernos empezarán a pasar cuentas por la mediocridad, la corrupción, la politiquería, las ansias de poder y la ganas de expandir los malvados gobiernos por parte de la República Koraliana a través de su tiránico dictador Ramiz y sus secuaces títeres en Fronda, liderados por Korej Adín, llevarán a la población de las diversas naciones a generar nuevos conflictos domésticos e internacionales, convirtiendo a Tzargaria en un polvorín a punto de estallar y que estas acciones, harán que la paz y tranquilidad de Aleshia también se vea afectada y por ende, involucrada.
No obstante, la población en Fronda se comienza a cansar de los abusos de la tetrarquía gobernante y empiezan a dar los primeros grandes pasos de inconformidad. Una guerrilla o resistencia civil se va coordinando poco a poco dejando de lado a los antiguos políticos «opositores» al régimen porque muchos o bien estaban presos, o estaban pactando con la tetrarquía usurpadora del Korej Adín.
La industria armamentista de la República Koraliana estaba subiendo y preparándose para liderar una expansión junto a sus aliados frondanos contra Zenobia, con el fin de obtener el control de las abundantes minas de Maná en el oriente zenobiano, por lo que las incursiones piratas por parte de la marina de ambos países contra los débiles zenobianos serían mas frecuentes y descaradas. Los planes expansionistas de Ramiz y Korej Adín, llevarán a la débil Confederación Zenobiana a un conflicto político interno de la cual ella no está muy preparada, por su corrupta y burócrata dirigencia política.
Por otra parte, los casi olvidados habitantes de la isla continente del Kohanato de Laisha. Retrasado tecnológicamente en comparación al resto de las naciones, sus habitantes viven en sus condiciones de vida rural y campesina en una isla de condiciones de estepa altiplana, subyugados por una corrupta dirigencia religiosa que provocarán en sus habitantes una devoción inusual de su fe, y por ello, la población se aferra en el cumplimiento de una antigua profecía que según, aliviará sus penas y restablecerá el orden y la justicia.
Ramiz el arrogante dictador koraliano cada día más seguro de su autoridad, empieza a tener delirios de grandeza, y comienza a plantearse una serie de metas para mantenerse en el poder. Un culto a la megalomanía y a su personalidad pareciera que da frutos en su oprimida nación. Los diversos conflictos despertarán a un pequeño grupo de jóvenes que a pesar de ser de carácter duro y frío y contra todo pronóstico, dirán ¡basta ya! a la opresión de Ramiz en la República Koraliana.
Ismail en apariencia estaría tranquilo ante Maya, pero no se quedará quieto, su ambición por el poder y su odio contra Maya creará también conflictos en el Reino de Aleshia.
Sader, líder religioso de una minoritaria secta mistérica en Khalaris, comienza a calentar las descontentas masas en el frío planeta.
Comienzan a soplar conflictivos vientos de guerra en Tzargaria y Khalaris.