Varias semanas después del asalto en alta mar, el capitán Satya Gupta aceptó la nominación del sector de los marinos mercantes para ser el diputado de su gremio ante el Parlamento de Zenobia, máxima autoridad gubernamental de la Confederación Zenobiana, una federación de provincias dirigidas por las cámaras de comercio más importantes de la nación. Satya Gupta fue promovido de inmediato por decisión mayoritaria abrumadora en la votación interna de su gremio. El día que tenía que presentarse ante la institución parlamentaria donde tomaría su curul junto a su equipo de trabajo. Él iba a su nueva oficina con el señor Kerrás que lo había nominado como su suplente y que también trabajaría como su asistente por haber honrado las costosas deudas financieras que tenía su amigo.
─Debo darle las gracias por su ayuda Capitán Satya por haberme ayudado, nunca le podré compensar lo que usted ha hecho a este pobre servidor.
─De ninguna manera estimado señor Kerrás, al menos conservaste tu honor y no fuiste descastado. De hecho debo decirte que seas bienvenido a la política, algo nuevo para los dos.
En eso, una tejnik les recibe en su oficina y le dice al capitán con una reverencia juntando sus manos:
─Con su permiso estimado Diputado, soy Anjali, asistente para su servicio administrativo.
─Señorita Anjali, un placer en conocerla, me dijeron que usted fue una eficiente colaboradora del Capitán Tulam.
─Ahora estoy a sus servicios Capitán Gupta. Ya le traje las copias de las propuestas de nuestro gremio.
─Ya las había leído previamente Anjali, me dijo el Capitán Tulam en privado cuando me entregó que conoces muy bien la dinámica del Parlamento.
─Hago lo que puedo Capitán Gupta, pero veremos que se decide hoy en la votación.
Anjali era una bella y joven mujer con los rasgos característicos de todas las mujeres zenobianas, su tono de piel que era una textura medio cobriza, entre blanca y canela. Sus cejas eran muy pobladas, espesas y bien delineadas. De cabello oscuro, liso y largo que amarraba con una elegante peineta formando una trenzada cola que cubría con un fino velo transparente de fina seda. Sus ojos grandes de forma circular, caracterizados por ser profundos y con un toque de sensualidad. Sus labios pequeños de una forma muy singular. Vestía un elegante y colorido vestido característico zenobiano de falda y blusa larga adornada con un lienzo largo colorido al estilo sari, con costosos brocados que usaba enrollado a lo largo de su cintura con un extremo pasando sobre su hombro; sus elegantes manos adornadas con bonitas esclavas. Todos estos rasgos hacían de la mujer zenobiana una joya exótica para los gustos de muchos hombres tanto en Tzargaria como en Khalaris.
─Anjali, dicen que la votación de hoy será decisiva, estarás con nosotros en el curul, por cierto, conoce a mi suplente, el señor Kerrás, es ezrahim y con usted que es tejnik y yo tzaring, sin dudas estaremos completos como equipo de trabajo.
─Encantada de conocerle señor Kerrás. —saludó la chica con una reverencia al suplente.
Kerrás responde el saludo a la joven chica con galantería. En eso llega un viejo kohanita que llama a Satya, diciéndole:
─¿Es usted el capitán Satya Gupta, de la Cámara de Marina Mercante, el nuevo Diputado?
─¿Prelado, si lo soy, en que le puedo servir?
─Vengo de parte del Kohan Superior Hilcias.
─Si, estaba esperando que me avisaran, ¿me lleva por favor estimado prelado?
Satya se aleja momentáneamente de su equipo de trabajo, Kerrás y Anjali siguen revisando algunas cosas en la oficina parlamentaria antes de entrar a la sesión en el Parlamento.
El prelado le dice a Satya mientras caminan:
─Capitán Gupta, debe saber que el Kohan Superior le llamó con la intención de que se vea también con el Canciller Leumi que está con él.
─¿Nadie más sabe de este encuentro?
─No hasta donde sé. Por favor entre por esa puerta, espere ahí a su Eminencia.
Satya entra a una modesta oficina adornada con algunas imágenes de viejos kohanitas que antes habían pasado como delegados parlamentarios. Él escucha que otra puerta se abre al otro lado y salen dos personas: Hilcias el Kohan Superior de Zenobia con el Canciller Leumi.
─Estimado amigo Gupta, si no es así, no te iba a ver más.
─Canciller Leumi, es grato volver a verle de nuevo, Y usted también Eminencia ─refiriéndose al Kohan Superior Hilcias─, es un placer conocerle.
─Hilcias le estrecha la mano pero le dice a los dos:
─Dejemos las formalidades para luego, el tiempo apremia, y ya el Canciller debe presentarse a la interpelación, quizás sea la última —expresó el viejo kohanita.
─Entonces vayamos al grano ─recalcó Satya.
─Satya ─interrumpe Leumi─, no sabes cómo me alegra que hayas sido elegido para representar a los marinos mercantes tenía muchos temores que eligieran a un inexperto en el área.
─No podían hacer otra cosa, después de los diversos incidentes que hemos tenido en alta mar.
─¿Entonces los rumores son ciertos? Quería escucharlos directamente de alguien de respeto.
─Totalmente Canciller, los frondanos con presunta ayuda koraliana han estado asaltando a nuestra flota mercante estos últimos meses.
─Debes comprender que hay sectores están reacios a creer las denuncias.
─¿Y usted que cree Canciller?
─¿Te respondo como amigo o como funcionario público?
─Como usted lo quiera decir, solo dígame la verdad de lo que piensa.
─Satya, yo te creo, pero los Delegados están divididos, en proporción de cuatro en contra tres a favor, una cámara está neutral y el Kohan Superior no vota, solo es consultivo como bien sabes, El Capitán Tulam no dejó de reclamar, pero los de la cámara de Turismo, los de Asuntos Khalarianos, los de Industria y los Financieros, están pidiendo mi censura para imponer a Shanyan de los industriales para pactar un acuerdo extraño con los frondanos.