Legna era una ciudad mayormente agrícola y con una industria marina, pero la corrupción del gobierno frondano habían comenzado a generar una crisis económica en la región por lo que empezaba a abundar depósitos o galpones abandonados que antes estaban llenos de mercancía agrícola de diversas cosechas y productos propios de la región.
En las primeras horas de la mañana, en una calle solitaria un vehículo se mueve lentamente esperando una reacción.
─¿Es la calle correcta? ─pregunto el conductor a Marun.
─Si, según me informaron, saldrá de un almacén un hombre vestido de uniforme de obrero agrícola ezrahim con un gorro negro alto, será el que nos llevará al comando de Legna.
Los minutos pasan y al frente de ellos avanza lentamente una patrulla tzaring de la policía local.
─¡Nos descubrirán Marun! ─exclamó Soleg.
─No muestren nerviosismo pero preparen sus armas ─contestó Marun.
Sin embargo, pese al tenso momento, la patrulla sigue su camino sin prestarle atención al vehículo de los rebeldes.
Mientras el vehículo policial se aleja por la calle, todos los pasajeros miran a todas partes a ver si veían rastros de su esperado contacto. Pasan una serie de interminable minutos y el calor del día ya que la zona era llana casi al nivel del mar, el calor comienza a impacientar a Aya y Ariel.
─Ya me quiero bajar de esta cosa ─reclamó Aya.
─Yo también ─secundó Ariel.
─Tranquila chicas, un poco de paciencia ─señaló Marun mientras veía con su aparato de vigilancia.
En eso de una portezuela lateral de un almacén abandonado sale un hombre de acuerdo a las características que ellos esperaban. El conductor hace una señal con sus luces y el ezrahim los ve y les hace una seña con la mano para que se acerquen, Marun ordena ir a donde está el misterioso obrero y se le colocan al lado para decirle una serie de palabras:
─¿Sabe donde quedan aquí la venta de pez estrella? ─preguntó Marun pero en cambio reconoce al ezrahim.
─Marun, soy yo, Ranik.
─¡Bien sube! ─contestó Marun que abre la puerta trasera y se monta el hombre.
─¿Todo tranquilo? Me voy a quitar este ridículo gorro, pensé que era otro quien venía, ya creíamos que no vendrías, te esperábamos desde hace dos días atrás según Kyron, bien, vayamos a donde el nuevo jefe.
─¿Qué tal es el nuevo comandante?
─¿La verdad Marun?, el tipo es un pesado, no sé porque el cuartel general envió a esa clase de persona para acá.
─Su anterior comandante fue desaparecido por el régimen usurpador.
─No había nadie disponible para llevar a cabo las operaciones, pero el Comando Central envió a este desconocido, apenas llegó realizó cambios radicales en nuestros comandos locales, está arriesgando a los pocos que quedan, lo que más preocupa es que está reclutando a gente de la peor calaña: ladrones, violadores, estafadores y otros elementos que dañan el movimiento de resistencia, exige a los comerciantes cuotas de protección, golpea a nuestros colaboradores si no les cumple con las cuotas, si sigue así, no tardaremos en desertar todos, es más, hoy al terminar esta operación me largaré a Zenobia.
Marun escuchaba al igual que el resto de los demás, sin embargo al escuchar «Zenobia» cambia el diálogo.
─Aún tienes a los contactos de traslado, ¿crees que puedes prepararme un traslado de último momento?
─Es muy apresurado Marun, ¿cuantos van a ir?
─Solo un pasajero más.
─Bien, creo que hay disponible un asiento en el submarino. Al llegar me comunicaré con el capitán del barco, ¿será como las veces anteriores?, ¿tienes el dinero?, además ¿de quién se trata?
─Sabes que nunca les quedo mal con el dinero, el pasajero viene en camino. Ahora solo indica a nuestro conductor a donde debe seguir.
─¡Bien!
Ariel no prestó mucha atención, se fijaba del ambiente que la rodeaba por las ventanillas del vehículo, no le pasa por su cabeza que Marun se refería a ella, solo miraba las calles solitarias de la zona industrial de Legna llenos de depósitos cerrados por la crisis económica en la región.
Finalmente llegan a un depósito que abre sus puertas y salen dos hombres fornidos de mal aspecto pero bien armados.
─¡Comandante Marun! ¡Ranik!, el comandante Kyron lo espera adentro ─bramó el guardia haciendo señas para que cierren rápido la puerta.
El sonar del gran portón cierra con un rechinar de metales espantoso por la herrumbre y la poca lubricación, adentro los hombres se bajan y Marun como el resto de los combatientes de Fronda descienden del vehículo, son rodeados por un conjunto de hombres con aspecto de pocos amigos. Marun le susurra a Soleg.
─A ninguno lo conozco, todas son caras nuevas, estén alertas.
En eso se escucha una voz que retumbaba por todo el galpón, era un hombre flaco, alto, desgarbado y con la cara maltratada de cicatrices de viejas peleas, aplaudía a medida que bajaba por unas escaleras.
─Finalmente ha llegado el legendario Marun, héroe de la resistencia en Fronda, supongo que viene a aprender de nosotros.
─Comandante Kyron ─respondió Marun un poco receloso─. El Alto Mando ordenó prestarle apoyo con mis técnicos de explosivos y aquí estamos.
Kyron con su voz fuerte dice a sus hombres.
─Bajen la tensión que estamos entre compañeros de lucha, estos hombres son expertos combatientes, dieron un certero golpe en la ciudad capital y son nuestros hermanos. Ustedes frondanos capitalinos, no teman, estamos del mismo bando. ─Kyron se pone al frente de Marun y le ofrece la mano en señal de saludo.
Marun le tiende la misma y Kyron se la toma y repentinamente le ofrece un abrazo.
─Debo estar muy agradecido con su ayuda comandante, la verdad lo esperábamos desde hace varios días, el Alto Mando me informó que usted estaría aquí ayer, me preocupé al no verlo llegar, ya estábamos nerviosos, pero acompáñeme a mi escritorio, ya que los planes que tenemos se han adelantado.