Cronología de tu perfección

2.

-¿Alguna vez habías tomado algo así de rico? 
-¿Qué? 
-¡La leche con chocolate! Está buenísima, casi tan sublime como el chocolate derretido. 
-¿No eras alérgica al chocolate? 
-Una vez al año no hace daño querido mío. 
Damian Konoe amaba cuando Ali le decía querido, sentía electricidad por todo su cuerpo y se apresuraba a reprimir una sonrisa, sentía como si de verdad tuviera un lugar en el mundo, con esa chica, esa familia. Los dos estaban sentados en una pequeña mesa en el centro de la cocina, a los lados se podían ver los tradicionales artefactos de cocina, tenían un refrigerador de siete años y un microondas de ocho, a los padres de Ali nunca les había gustado gastar tanto en cosas del último modelo, eran ahorradores y tranquilos, no iban a fiestas, no invitaban gente a su casa y muy rara vez tomaban, tal vez Ali había heredado su antisocialidad de ellos, siempre trataba de cambiarlo, pero cada vez que se disponía a salir a algún lugar la veían una hora después debajo de una manta en su cama viendo alguna película antigua, Damian no era muy diferente así que se complementaban muchísimo los fines de semana y en las tarde de soledad. 
A lo lejos se escuchaba el canto de un pájaro y la luz del amanecer había empezado a entrar por la pequeña ventana de la puerta trasera. 
-¿Sabías qué otra cosa no hace daño? -Preguntó Ali mientras untaba mermelada y mantequilla en una tostada. 
-No Ali, dime qué- Dijo Damian tomando un sorbo de su jugo de naranja y sin ganas de saber que es lo que Ali quería decir. 
-¡Ir a un bar! 
-Ali, no- Damian puso los ojos en blanco, e imaginó que de nuevo iba a tener regresarla media desmayada, habían ido una vez en su vida a un bar y las dos veces habían terminado pésimo, aunque antisocial tenemos que decir que Ali Konoe era muy susceptible a los vicios, por lo cual a emborracharse, la última vez había comprado una botella de whiskey, otra de ron y un six pack de cervezas y junto con su círculo social de tres personas  se lo habían terminado casi todo en una hora y media, Ali fue la que bebió más, ya que Alaska prácticamente tomo solo un vaso y Melo después del tercero estaba vomitando, así que solo quedaron Damian, ella y el inseparable Zed, los dos últimos habían hecho una competencia de resistencia y con lo competitiva que es Ali se lo tomó todo, después de eso empezó a llorar desconsoladamente y empezó a decir cualquier cosa sin sentido que se le venía a la mente, la mayoría era de Virgilio, así que nadie le prestó atención y junto con Zed la llevaron a rastras hasta su casa, cabe resaltar que todos en el bar los empezaron a mirar raro y por poco los botan del local por el ruido que había hecho Ali al lloar. Así que Damian no sentía que deberían ir, por el bien de Ali y por el bien de la dignidad de todos- El lunes tenemos un examen de historia importante. Me prometiste que estudiaríamos juntos desde hoy- Dijo él con la esperanza de que Ali recapacite 
-No te estoy preguntando, te estoy avisando que saldremos hoy. Lo pensé bien y es una oportunidad perfecta para pasar tiempo con Virgilio. 
-¡Pero si ni siquiera puedes hablarle! 
-Ya todo está fríamente calculado, Damian, imbécil ¿Te acuerdas de mi amiga Melo? 
-¿La de los melones? - Replicó Damian comiendo un poco de su omelette. 
-Esa misma. Escucha, ella llevó una clase de matemática con Virgilio y se podría decir que son amigos. Ayer le dije por WhatsApp que lo invite a salir hoy y así la podíamos acompañar ¡Y yo podré tener mi momento con Virgilio! 
-¿Crees que es buena idea?-Replicó Damian, aunque sabía que nada ni nadie  iba a hacer cambiar de opinión a Ali. 
-¿Cómo no va a ser buena idea? ¡Es perfecto! Además irá Alaska, puedes aprovechar y ligártela, si sabe a lo que me refiero- Ali tenía la cara iluminada y los ojos relucientes. Damian no podía negarse. 
-Sí, como sea Ali- Dijo él rascándose la cabeza y parándose de la silla- Vamos a llegar tarde, no has comido nada por estar hablando. Te espero afuera. 
-¡Mierda! Me perdí la salida matutina de Virgilio. Ya para qué llegar temprano
-No me obligues a darte de comer en la boca
-Ya...Señor amargado, ahora salgo- Ali se sirvió un poco de jugo y lo tomó de un trago.

Iba a ser un muy largo día...



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Editado: 12.03.2018

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