Cross My Mind

~15~

Caroline.

Histeria...

Según San google la histeria es una enfermedad nerviosa que usualmente les suceden a las mujeres-Si, hasta en las enfermedades existe el machismo- que se caracteriza por frecuentes cambios psíquicos y alteraciones emocionales que pueden ir acompañados de convulsiones, parálisis y sofocaciones.

Y es así como me siento en este preciso momento...

Con ambas manos puestas en mi cadera- ¿Y me dices ahora?

-Se me había olvidado por completo- dice con tranquilidad. Tranquilidad que me pone de peor humor.

-Quedan dos semanas- digo entre dientes, elevo mis manos con notoria frustración- Ahora como organizo una fiesta en dos semanas.

-Aún hay tiempo. No exageres- Don gruñón voltea sus ojos con fastidio- además en la carpeta que te di esta todo lo que necesitas, es cosa de que comiences a mover tu trasero y hagas las cosas y aquí parada gruñéndome no avanzaras mucho.

Siento mi cara arder de la rabia acumulada. Su tranquilidad me descoloca. ¿Es que como es posible que me diga que debo organizar una fiesta en dos semanas?

A don gruñón se la había olvidado mencionarme algo muy importante: La fiesta de fin de año de la empresa. Resulta que todos los años el organiza una fiesta para cerrar el año con todos los trabajadores, se hace un día antes de las vísperas de navidad, exactamente el veintitrés de diciembre y eso significa en dos semanas.

¡Dos malditas semanas!

Y por organizar se refiere a que la estúpida secretaria organiza todo, el solo se llevara el crédito, quedando como el Big boss. Pero en realidad la que debía correr y hacer llamadas para organizar todo era yo y debía ser perfecto, no podría recibir ninguna queja de ningún invitado, ni siquiera un murmullo ni rumores de que la fiesta fue un desastre, porque la reputación del Big boss tenía que seguir perteneciendo en alto.

Menuda mierda...

Con la rabia y la histeria recorriendo mi organismo me retiro del despacho de mi jefe, empujando con tanta fuerza la puerta que puedo jurar que casi queda como puerta giratoria. Sabía que la mirada asesina de don gruñón estaba puesta en mi nuca, pero en estos momentos era lo que menos me importaba.

Sentada en mi escritorio con la carpeta abierta delante de mí, comencé a buscar cada lugar, tenía tres sugerencias de cada cosa; lugar donde se realizaría, comida, decoración, bebestible, Etc. Y eso que también debo ver las invitaciones, porque dudo que pueda invitar a todos creando un grupo en WhatsApp o mandando un mensaje de difusión con las simples palabras: ¡Estas invitado, te esperamos!. No sería mala idea, yo lo haría así, pero si quiero conservar mi trabajo tendría que hacer la mejor fiesta de todos los tiempos.

Con toda mi histeria comencé a leer todos los datos que el estúpido de mi Jefe me había dado, tenía que concentrarme y ver por donde comenzar. Inhale y exhale reiteradas veces con mis ojos cerrados, necesitaba calmarme, la histeria y la ansiedad no me llevarían a ningún lado.

Inhalar...

Exhalar...

Inhalar...

Exhalar...

Una vez que la calma volvió a mi cuerpo y especialmente a mi mente. Tome el teléfono y le marque al chico de recursos humanos. Él podía ayudarme con lo principal, luego de darle mi correo para que mandara una lista con todos los trabajadores. En minutos tenía la lista de cada persona y quise morir, la cantidad de personas era excesiva. Imprimí la larga lista, donde en total tenía diez hojas con más de cuatrocientos nombres y eso significaba que tenía que mandar a hacer más de cuatrocientas invitaciones y luego repartirlas.

¡400!

Sigo pensando que el mensaje de difusión en WhatsApp es una buena idea.

Suspiro con desazón y apoyo mi cabeza en el respaldo de mi silla- serán unas largas semanas.

~...~

Eran las nueve de la noche y seguía en la empresa, Niall se había ido a una reunión después del almuerzo y desde entonces no he sabido de él, me imagino que no me necesitaba para aquella reunión y asumo que ya debe estar en su gran casa. Lo que es yo estaba intentando dejar, aunque sea las invitaciones listas, había podido conseguir reservar un centro de eventos que quedaba a diez minutos desde el centro de Londres, un lugar elegante y bastante sofisticado. Y lo mejor de todo es que quedaba en un punto bastante estratégico y accesible para todos.

Y ahora me encontraba eligiendo un estilo para las invitaciones, buscaba y buscaba por san Google algún diseño que fuera perfecto para una ocasión así y por sobre todas las cosas que muestre la elegancia del anfitrión. Había podido contactarme con la imprenta que todos los años le hace las invitaciones a la empresa, me mostro vía WhatsApp las invitaciones que se han usado por años y eran realmente horribles, le sugerí un cambio y ahora solo debo buscar el diseño perfecto y aquí llevo dos horas buscando imágenes en internet, pero ninguna llama completamente mi atención.

Suspiro agotada, había sido un día intenso por no decir bastante estresante y aunque fuera una completa locura esto de organizar fiestas debo admitir que es algo entretenido, quizás tenga que probar la comida para aprobarla y eso es algo bueno...si hay comida deliciosa estaré yo- Es cierto, bastante glotona de mi parte, quizás por eso es que tengo mis lonjas regalonas y porque soy una vaga de primera-

El ruido del ascensor llama mi atención, poniéndome en alerta. Se supone que no debería haber nadie aquí, a excepción del guardia nocturno, quizás sea él y venga a correrme por la hora que era- eso pensaría una persona normal, pero no es mi caso- solo pienso en las miles de maneras de como poder noquear a la persona que subió hasta este piso, busco por todos lados, pero lo más duro que tengo es el computador, quizás pegarle con la engrapadora también sirva. Me aferro a los brazos de la silla mientras sostengo mi arma mortal en caso de cualquier ataque, oigo los pasos acercándose hasta donde estoy y los nervios me invaden, hasta que la oscura silueta aparece en mi campo de visión y los nervios me traicionan al dejarme gritar como una loca mientras lanzo mi arma mortal hacia aquella persona.



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En el texto hay: romance, drama, psicologa

Editado: 28.04.2020

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