Crossroad

Un Nuevo Comienzo

El sol apenas comenzaba a asomarse por el horizonte, pintando el cielo de un suave color naranja. Daniela se despertó con una mezcla de emoción y nerviosismo. Era su primer día en la Universidad de Forenses, un sueño que había deseado desde su infancia. Se levantó de la cama, eligió su mejor atuendo y se miró al espejo, sintiendo que este era un momento importante. Con un último vistazo, se dirigió a la cocina para disfrutar de un desayuno que le diera energía.
Mientras caminaba hacia la universidad, el bullicio de la ciudad la envolvía como una manta. Las calles estaban llenas de estudiantes que intercambiaban risas y compartían sus expectativas y temores. Daniela sentía mariposas en el estómago todo era nuevo y desconocido. Al llegar al campus, se detuvo un momento para admirar el edificio principal, cuya arquitectura moderna era a la vez imponente y acogedora.

En la clase, los estudiantes se acomodaban en sus asientos, algunos sonriendo nerviosamente. Daniela eligió un lugar cerca de la ventana, donde la luz del sol iluminaba su rostro. Mientras esperaba a que comenzara la clase, su mirada se centró en una chica sentada en la esquina opuesta. Tenía el cabello oscuro y rizado, y sus ojos brillaban con curiosidad. Se llamaba Lucía.
Cuando la profesora entró y presentó la clase: ¨Introducción a las ciencias forenses ¨ , Daniela escuchaba atentamente, pero no podía evitar robarle miradas a Lucía. Había algo intrigante en ella, quizás era su sonrisa o la forma en que parecía absorber cada palabra que decía la profesora.

Al finalizar la clase, los estudiantes comenzaron a levantarse y a charlar entre ellos. Daniela sintió un impulso irresistible de acercarse a Lucía. Con un poco de valentía, se acercó. -Hola, soy Daniela -dijo con una sonrisa tímida-. ¿Te gustaría estudiar juntas para esta clase? Lucía levantó la vista y le devolvió la sonrisa con calidez. -¡Claro! Soy Lucía. Me encantaría- respondió mientras levantaba sus cosas.
Ambas comenzaron a caminar hacia la biblioteca, buscando un rincón tranquilo donde pudieran concentrarse en sus estudios. La conversación fluyó con naturalidad, compartieron anécdotas sobre cómo habían llegado a elegir esta carrera y lo que esperaban del futuro
-Siempre he querido entender cómo funcionan las cosas detrás de una escena del crimen -dijo Lucía con entusiasmo-. Es fascinante. -Sí, a mí también me parece increíble- respondió Daniela-. Me encanta resolver misterios Mientras hablaban, una conexión especial comenzó a formarse entre ellas era como si una chispa invisible encendiera el aire a su alrededor. sin embargo, Daniela no podía ignorar las miradas curiosas que las seguian mientras caminaban juntas por el pasillo. Al llegar a la biblioteca encontraron un rincón acogedor donde podían sumergirse en los libros. A medida que pasaban las horas entre risas y apuntes, Daniela sintió que había encontrado no solo una compañera de estudio, sino también una amiga especial

En su mente, Una voz comenzaba a preguntarse si lo que sentía por lucía era amistad o algo más. Esa pregunta tendría que esperar por ahora, estaban disfrutando del momento. Cuando finalmente decidieron salir de la biblioteca al caer la tarde, el cielo se había oscurecido y las luces del campus empezaban a brillar como estrellas en la tierra. Mientras caminaban hacia la salida, una luz parpadeante llamó su atención del jardín. Mira eso- dijo Lucía, señalando hacia el destello-. Parce mágico. Daniela asintió mientras observaban juntas aquel fenómeno luminoso. En ese instante compartido, ambas sintieron que algo importante estaba comenzando entre ellas un cruce de caminos que podría llevarlas hacia destinos inesperados.




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