El día de la reunión llegó y Daniela decidió no asistir. Se quedó en casa, sintiéndose sola y desanimada. Mientras tanto, Lucía disfrutó de la reunión y se divirtió hablando con Javier y otros miembros del club. Sin embargo, algo dentro de ella también se sentía desconectada, extrañaba a Daniela y las conversaciones profundas que solían tener. Al regresar esa noche al campus, Lucía encontró un mensaje de texto de Daniela. “Espero que te diviertas. Nos vemos mañana. ” Lucía sintió un nudo en el estómago al leerlo. Sabía que había algo más detrás de esas palabras simples, Daniela estaba herida y no sabía cómo abordarlo sin causar más tensión entre ellas.
Al día siguiente, en clase, la atmósfera era tensa. Ambas chicas evitaban mirarse directamente mientras sus compañeros murmuraban sobre su amistad cada vez más cercana. La presión externa comenzaba a afectar su relación, los celos y malentendidos estaban creando un abismo entre ellas.