Un jueves por la mañana Ian estaba caminando por los pasillos del Crowfield High con su amigo Duane, sus pasos se hacían cada vez más rápido; sólo le faltaban pocos minutos para entrar a clases de Matemáticas y su profesor era algo estricto de acuerdo al horario de entrada.
— ¿Crees que nos deje entrar? —le preguntó Duane con su voz agitada.
Ian se echó a reír. —De seguro si no nos reprueba en su materia.
—Pero al menos conoces a alguien que pueda hackear la computadora del director y cambiar la nota. En ese caso, claro.
Ian se detuvo repentinamente.
— ¿Estas bromeando, verdad?
Duane asintió. —Claro que bromeo, muchacho tonto.
—Mala idea no es. —le respondió luego Ian, siguieron caminando más rápido hasta llegar al salón 9-E. Por suerte el profesor todavía no había llegado así que se ambos se relajaron.
Cuando entraron al aula de clases muchos chicos y chicas se alegraron de ver a Ian y a su amigo, Duane se le quedó mirando a Ian mientras que éste se le encogió de hombros.
— ¡Ian, oye Ian! —llamó una chica de trenzas detrás de él. Ian se dio vuelta y la observó con una expresión de alegría y asombro. Era alguien que tuvo tiempo sin ver y que ahora estaba en Crowfield.
— ¡Patsy B! —Ian se apresuró a darle un gran abrazo a la chica. Los demás alumnos no evitaron ver esa escena conmovedora—. ¡Vaya que has crecido! Hace tiempo eras una enanita. —bromeó él.
—Y tú estás más estúpido, señorito Sullivan —Le dio un golpe suave en el estómago—. Te estaba buscando por días, sabes. He incluso te llamé pero no contestabas. Eres una persona muy famosa por aquí y todo el mundo te conoce. ¿Cómo fue que me perdí de eso?
Ian sonrió de manera tímida.
—Tampoco así, ¡no exageres! Sólo alguna que otra persona sabe quién soy. Por qué no lo sé... Ocurrió de repente.
Ian y Patsy eran amigos desde primaria; donde se reunían en el recreo para comer juntos y hablar sobre sus programas favoritos. Ella había logrado entrar en séptimo grado en Crowfield High junto a Ian y los demás pero fue asignada a otra sección, y al igual que otros chicos, fue un blanco para Helena quien usaba su estatura y su graciosa voz.
Luego ella se había ido al pueblo vecino a terminar de estudiar el séptimo grado hasta que volvió a mitad de octavo, cuando Helena ya había desaparecido.
Pero la Patsy de hoy no se veía como la antigua que Ian conocía; su estatura ya había sido dejada atrás puesto que le llegaba a Ian en la barbilla y su voz graciosa era una de las voces más lindas que se escuchaba en el aula. A pesar de haber cambiado sería siendo una chica dulce y amigable. Y linda también.
— ¡¿Ah, sí?! Pues esas "algunas que otras personas" te tienen muy ocupado. —Patsy hizo un puchero.
—No seas tontita, Pat... No es como si fuera la persona más solicitada por aquí. Oye, pensé que ya no estudiarías aquí... Digo, como no te vi casi.
—De hecho Ian, -le dijo Patsy. —casi no me vez con tanta gente cerca de ti. Por eso piensas que no estoy aquí. Pero me alegra mucho verte, por eso...
El profesor de matemáticas había llegado y a su paso Alice y Stephen. Ian no pudo evitar dejar de mirarlos por un momento, si ellos estaban juntos era entonces el momento perfecto para hablar con ellos y decirles lo que estaba pasando. —Debo irme Ian, hablamos luego. —le dijo Patsy sacándolo de sus pensamientos. Y después se despidió.
Alice y Stephen no dejaron de mirarla, ellos también la conocían pero no eran tan amigos como solía ser Ian con ella.
El profesor les pidió que se sentaran para comenzar su clase y Alice y Stephen obedecieron, Ian no paraba de preguntarse si iba a hacer lo correcto, sin embargo, era algo que tenía que sacar de su sistema lo antes posible.
***
Horas más tarde, Ian se encontraba en la cafetería; el lugar estaba repleto. Observó un sitio ubicado en una esquina donde podría comer tranquilo. — ¡Vaya, vaya! ¿Comiendo solo? —Cassidy estaba parada frente a él. Ian no lo podía creer, ahí estaba su antigua amiga... Hablándole.
—No encontré con quién comer. —le respondió.
Su amiga se acercó a la mesa y se sentó, Ian se sentía nervioso y algo extraño, Cassidy casi no hablaba con él, solo hacía pequeños saludos desde lejos.
—Seré sincera contigo —le susurró ella—, he estado recibiendo... Cosas. Mensajes más bien, no sé quién o que los envía. ¿Has recibido tú alguno?
Ian tragó saliva.
— ¿No crees que es un mal sitio para preguntar eso?
— ¡Ian, ¿los recibes o no?! —levantó la voz Cassidy haciendo que varias personas se le quedaran mirando. Ella se disculpó tontamente con Ian.
Editado: 06.06.2021