Crowfield: Secretos Enterrados

Capítulo 45 ¿Qué Le Pasa A Tom?

El lunes en la mañana Tom se fue directo a la secundaria; no tenía ganas de asistir a clases pero no le quedaba de otra, cualquier cosa era mejor que quedarse en su casa mirando el techo y esperar a que eso que sentía por dentro de fuera. Desde que vio en las noticias que el cuerpo que encontraron en la fiesta de Greg era el de Helena, algo en él se perdió, era como si le hubiesen arrancado algo que sabía que nunca iba a recuperar. 

— ¡Tom, oye espérame! —le gritó Marcus pero Tom seguía caminando. 

—Ahora no, Duncan. No tengo ni tiempo ni ánimos. 

Al entrar a la secundaria notó que los alumnos se le quedaban viendo y que susurraban cosas pero no le importó sólo caminó y caminó hasta que llegó al salón 9-E afortunadamente el profesor no llegó todavía así pudo sentarse en su pupitre y recostarse un rato; no había dormido nada la noche anterior y al parecer esta noche tampoco podía. 

— ¿Y qué miran ustedes? —les dijo a un grupo de chicos que lo miraban. Eso le hacía sentirse muy incómodo y furioso porque sabía de qué se trataba. Posiblemente a sus amigos les iba a pasar lo mismo, ya que todos tenían esa mirada lastimera de verlo como el pobre chico que perdió a una amiga o como alguien indefenso y no era de esa manera. 

—Oye, Tom —le dijo una chica—. Mi más sentido pésame, ¿quieres hablar sobre eso? 

— ¿Me ves cara de querer hablar de algo? 

— ¡Ay, Disculpa! 

La chica tenía buenas intenciones y Tom lo reconocía pero en esos momentos el no quería hablar con nadie sólo tenía cabeza para pensar en Helena… su amada Helena. En aquel momento le comenzó a recordar que iba en un camino del bosque más allá de la cabaña de sus padres y vio la figura de su amiga, pero era un recuerdo dentro de otro hasta que pasó algo que no se creyó posible; se veía a el mismo sostener un tubo y lo que parecía ser un ataque a la difunta abeja reina. ¿Era eso cierto? ¿Realmente le hizo daño? No lo encontraba posible, él la amaba mucho aunque ella sólo lo quería como un amigo, ¿y si esa fue la razón? Helena estaba dispuesta a irse y Tom la iba a ayudar pero no de la  manera en la que ella pensaba. Si lo que pensaba era cierto el no sólo podía ir a la cárcel por el resto de su vida, sino que no soportaría tanta culpa. 

Oh, Helena. Mi dulce Helena. 

Tom no aguantó más las ganas de vomitar y salió corriendo al baño. De camino para allá se encontró a Amy. 

—Hola Tom… 

—Ya vuelvo. Cuida mis cosas por favor. —le interrumpió y salió corriendo. 

Se fue directo al primer inodoro que encontró disponible y dejó salir todo. Tenía asco y temor de lo que pensaba que había hecho, de amar a alguien que no lo quería, del tiempo que estuvo llorando en su cuarto y sintiéndose impotente por no poder hacer nada, le daba asco él y todo a su alrededor. Mientras vomitaba no pudo contener las lágrimas que le hacían doler los ojos pero allí estaba solo y se permitió llorar. 

Una vez terminado se fue al lavamanos, se enjuagó la boca, luego la cara. ¿Por qué había hecho? Si él la amaba, tanto que le dolía e incluso aguantaba cada capricho, cada cosa mala que hizo por ella, todo lo que el maldito de Erick cometió y que ahora estaba haciendo que ellos pagaran. 

¿Erick? Pensó, ¿y si fue el quien mató a Helena? ¿Entonces qué era eso que Tom soñó? Estaba tan confundido y  dolido que no pensaba bien, no estaba funcionando bien… necesitaba salir de ahí e irse lejos pero no era buena idea, tenía que quedarse y enfrentar lo que sea como lo haría un hombre honesto pero, ¿hablar con la policía? ¿Contarles a sus amigos? Esas cosas no eran muy fáciles de hacer. 

—Te juro Helena que si Erick te asesinó yo… —Tom hizo silencio, en el baño se escuchaba una risa leve, ¿será que alguien lo estaba observando?— ¿hay alguien ahí? 

No hubo respuesta. 

Salió de ahí con prisa, a lo mejor y se lo estaba imaginando. Al llegar al salón ya el profesor había llegado; amablemente pidió permiso para pasar y se sentó en su asiento, todavía podía sentir la mirada de los demás hacia él, eran como agujas enterradas en su piel. Amy estaba sentada a su lado y la saludó como si lo que había pasado en los pasillos no hubiera ocurrido. 

— ¿Cómo te sientes, Tom? —le preguntó ella—. Te vi algo extraño, ¿estas enfermo o algo así? 

Tom quería hablarle y decirle la verdad ¿pero qué se supone que le diría? ¿Algo como: No me siento bien porque creo que maté a nuestra mejor amiga y la chica a la que amaba? No podía decirle eso a Amy. Respiró profundamente y le dio una sonrisa. 

—Estoy bien. 

Le mintió, aunque por dentro estaba aterrado y confundido al no saber si el realmente le hizo algo a Helena y Erick lo vio o si sólo era producto de su imaginación. 



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En el texto hay: misterio, desaparición, chicos

Editado: 06.06.2021

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