Nikolais se despertó por los movimientos del closet y las gabetas. Bostezó y miró el reloj, las cinco y diez de la mañana.
—Francesca, ¿Qué estás haciendo?
—Me voy.
—¿A dónde? —Nikolais se levantó de la cama quitándole la maleta de las manos—. ¿Qué te pasa?
—No! ¿qué te pasa a tí? ¿Piensas que puedes jugar con mis sentimientos? Es obvio que esa mujer te gusta y no seguiré en medio suplicando que me mires a mí cada vez que ella está cerca. Soy lo suficientemente hermosa para ser despreciada por un hombre.
—No te estoy despreciando Francesca.
—Pero me siento así, y ya no quiero. Tu juegas con ambas me estoy dando cuenta de eso.
—No quiero ni estoy jugando con nadie.
—Entonces ¿por qué estás actuando de esa manera? no eres un niño Nikolais
—Es todo muy confuso para mí.
—¿Cuál confusión Nikolais? Viniste a este país hacer negocios, andas retrasando la reunión con el presidente cada vez que puede ¿y por qué? No te quieres ir. Quieres seguir a su lado.
—Pero ya se acabó Francesca, Ángela está enamorada de su ex novio.
—Ah! Es en serio? Y por eso es que crees que deberías quedarte conmigo. Vete al diablo Nikolais ¿Acaso si ella sintiera algo por tí me dejarás? He? Eres un idiota —Francesca le pegó una cachetada, Nikolais suspiró pasando sus manos por la mejilla—. Me rompiste el corazón Nikolais. Si desde el principio nunca me quisiste por qué te metiste conmigo. Piensas que no me enteré de que hablaba tu hermana ayer, piensas que no lo sabía. Lo sabía pero pensé que te estabas enamorando de mi y lo olvidé. Te hice el hombre más rico de Dinamarca para que vieras que eso no me importa, por qué lo único que yo quería era que me quisieras Nikolais. Solo te pedí que sintieras lo mismo que yo siento.
Nikolais se quedó en silencio mirándola, negó con la cabeza trabado de hablar pero sus ojos de cristalizaron.
—Lo siento, no quise herirte —Respiro profundo, Francesca empezó a llorar y lo abrazó fuerte.
—Ya está echo.
—Lo siento.
—Entonces ama a otro ¿verdad? Sabes que pasará ahora. Vas a sentir lo que yo siento, ese dolor —Le quitó la maleta y abrió la puerta.
—Por favor quédate.
—No, no, no siempre se hará lo que tú quieras Nikolais. No todo debe salirte perfecto Nikolais. No siempre vas a triunfar alteza real. Hasta luego —Se fue bajando la escalera deprisa, le dejó la puerta abierta. Nikolais se quedó paralizado lleno de terror. No quería sufrir pero Francesca tenía razón, ella lo dejo todo por él sin embargo él le había pagado mal y para nada y por nada porque al final el corazón de aquella mujer estaba ocupado con otro nombre. Se sentó en la cama secando los sudores que empezaban a bajar por su frente.
<Lo pagaré, pagaré esto. No todas las mujeres deben estar interesadas en mí. Nikolais no eres el centro del mundo, Nikolais no eres tan perfecto para ella, no pudiste hacer que superará a su ex novio en dos días en cambio tú te enamoraste de ella y sufrirás por descuidar la que si te amó de verdad, eres patético.
Ángela bostezó quitando su sábanas, se apio caminando lento por las escaleras del camarote y se fue al camarote de las niñas acostándose al lado de Darling, la niña no estaba caliente y eso la hizo sentir aliviada. Hoy sería el último día, ya no recordaría a ese hombre ni lo vería, desde mañana seguiría con su monótona vida aburrida hasta la muerte o hasta no poder más. Ese era su destino, no había ni habrá otro. Sonó la alarma y la apagó, bostezó otra vez estaba un poco cansada y entró al baño, la señora Mercedes es una madrugadora así que ya no estaba en la cama, Ángela se cepillo los dientes y se arregló el pelo poniendo un pañuelo a su alrededor.
—Darleli, Darlin hace rato que nosotras no bebemos un café juntas, vamos levántense de seguro ya lo extrañan.
—Tu sin beber café tanto tiempo y no te has puesto mala de un dolor de cabeza —Darleni achino los ojos esperando una respuesta.
—Pues la verdad, bebo. La señora Mercedes hace un poco y me brinda.
—Traicionera —Dijo Darlin levantándose de la cama, La mayor saltó del camarote y se fue corriendo al baño para entrar primero que la menor.
—Darlin ponete la chancletas, sabes que te dió fiebre a noche —Ángela buscó las chanclas y se las puso delante. Esperó que ambas se cepillaran y arreglaran sus cabellos. Salió con ellas caminando y hablando sobre lo que había pasado ayer, las cosas buenas solamente.
—El mejor día de mi vida —Musito Darlin.
—¿En serio? —Entraron a la cocina—. Buenos días.
—Buenos días,
—Tan temprano aquí —La señora Mercedes miró a las niñas.
—Queremos café.
—Vengan —Mercedes las llamó y las niñas se fueron a su lado. Ángela se colocó al lado de ellas. Mercedes coló un café y le dió un vaso a cada una.
—Mercedes como le sale tan bien —Dijo Ángela luego de beber un solvo.
—Ni te imaginas, antes lo hacía mejor pero ya estoy vieja.
Alisa entró a la cocina llamando a Ángela y buscándola con la mirada, el olor del café inundó sus fosas nasales u recordó el desagrado de Nikolais.
—Cafe? Dijo detrás de Ángela.
—Alisa!
—Niñas! Cómo estás Darlin?
Nikolais acomodó su corbata perfectamente en su pecho, el mensaje de el señor Nelson diciendo que el presidente vendría para un desayuno de negocios a las nueve lo condujo a abrir todas las maletas y sacar todos los trajes probando cada uno hasta encontrar el que le llamara más la atención de todos. Le había pedido a Robin que se fuera a Dinamarca a última hora para que se encargará de todo y a Robin le había parecido una buena idea sabiendo que su jefe volvería pronto. Robin se mantenía comunicado con él todo el tiempo y antes que Francesca fuera con la noticia el principe le avisó que ella iría a Dinamarca antes de tiempo al igual que él y que había terminado con él su relación. Robin se quedó en silencio en la vídeo llamada. Y luego soltó un "Me lo esperaba" es obvio, esa mujer y usted nunca tendrían un matrimonio sano. Nikolais no sabría si sentirse aliviado o más triste por el comentario.
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Editado: 10.08.2022