Crown, Love And A Cup Of Coffee

✨ CAPÍTULO 57

Adalia se había sorprendido cuando Luis trajo a Diego a la casa, el joven estaba inconsciente; probablemente había usado la misma maniobra que uso con Ángela para dormilo, pero vio que también este tenía un moretón en el lado izquierdo de su rostro.

—¿Lo golpeaste?

—Es un adolescente malcriado ¿qué querías que hiciera? —Lo acostó al lado de Ángela y lo amarró.

—¿Que harás con él aquí? —Adalia se cruzó de brazos.

—Le acabo de mandar un mensaje muy directo al principe.

—¿Que tienes contra él? Simplemente necesitamos el dinero; no me vayas a salir con otra estupidez Luis te ayude por el dinero.

—¿Y de que creés que se trata el mensaje tonta?

—No lo sé, pero no debiste agregar a otra persona ¿Cómo nos escaparemos después?

—Enviaremos a buscar el dinero con el chico, ya verás es un plan maestro el que he hecho, todo saldrá bien.

—Pero cuéntame —Luis miró hacia donde Ángela—. Ella está dormida, vez; en mi confía más que en tí.

—¿Cómo sabes que no está fingiendo?

—Sí supiera que estás aquí no estuviera con los ojos cerrados —Contestó cruzándose de brazos, Luis se acercó hacia Ángela y se quedó mirandola.

—Iré con el niño a buscar el dinero en un puesto que hice para que me coloquen todo ahí. Tiene que ser papeletas de mil pesos cada una. Veinticuatro millones de peso dominicanos. No necesito más, mitad para ti y mitad para mi. Doce millones cada uno, creo que es suficiente. El puesto camiseta está en la lancha.

—¿En la Cabaña la Lancha de tu hermano? No es peligroso agregar a tu hermano en esos.

—Les dije que no pueden perseguirnos, amenacé con matar a Ángela si lo hacen. Mi hermano no sabe nada.

—¿En qué momento devolvemos a Ángela y al niño?

—Ese es la parte más linda del plan. No la vamos a devolver. Al niño sí, lo dejaré en alguna parte no lo sé.

—Ese no fue el plan Luis.

—No me interesa, él...

—¿Mamá? ¿Mamá? —El chico comenzó a susurrar abriendo los ojos poco a poco, hasta que por fin los abrió algo confundido y sintiéndose incómodo por alguna razón hasta que se dió cuenta de que estaba amordazado y empezó a llorar con más fuerza pidiendo ayuda esto hizo que Ángela despertara.

—¿Diego? —Musito Ángela mirando al chico y luego miró hacia Adalia—. ¿Pero que hacen? no hagan esto por favor, es un niño.

—¡Cállate! Tú no me vas a decir que tengo o no tengo que hacer maldita perra —Gritó Luis.

—Por favor Adalia —Luis caminó hacia ella y la arrastró por lo cabello sacándola fuera del colchón.

—¡Déjala ya Luis! —Gritó Adalia.

—Vas a tener que elegir o está perra o el dinero, porque sin el dinero no la devolveré, ¡la mataré! Así que tú dices, o la muerta o el dinero, pero ya basta tú, deja de defenderla maldita sea.

—Te dije que no hay necesidad de maltratarla.

—¿Pero si la mato no es peor? mentirosa; nunca pasaste por el punto. Más te vale que seas sincera conmigo o tendrás problemas maldita estúpida —El hombre dejó a Ángela tirada hasta donde la arrastró y luego caminó hacia donde Adalia, la levantó de la silla y se sentó, al verla en medio se levantó y la arrastró hasta la esquina de la derecha de la casa. Ángela se quedó llorando incómoda en la esquina donde él la había arrastrado pegando el rostro en la pared fría, el chico estaba temblando de terror y Adalia le dió toques en el hombro como lo había hecho con Ángela, peo este desconfiado de ella se alejaba y se acostó en el colchón llorando.

—Tranquilo, vamos a salir pronto. Solo hay que esperar que le den el dinero que piden —Susurró Ángela en la esquina, intentaba darle consuelo al chico, pero no podía a la lejanía que  estaba y para el colmo estaba muy amordazada sentía que sus músculos estaban contraídos.

—Entonces Luis como vamos a saber que llegó el mensaje —Cuestionó Adalia mirando hacia Ángela.

—Una madre haría lo que fuera por su hijo, es obvio que si no tenía comunicación con ellos irá allá mismo —Dijo él, sacó el arma y empezó a ponerle las balas, ocho en total.

—¿Solo ochos?

—Estan caras y no me devolviste el dinero que te dí.

—Lo use para comprarle la ropa a Ángela y algo de comer para algunos días, yo si pienso bien, pero tú no. No podemos estar saliendo y entrando mucho de aquí, la gente cercana puede sospechar.

—La gente cercana son drogadictos que no dirán nada, en caso de que se den cuenta que lo dudo están muy pendiente a conseguir para su droga que otra cosa.

Luis se levantó y agarró por un brazo a Ángela, está se quejó por los amarres, la jaló así hasta el colchón donde la tiró al lado del adolescente de catorce años, Ángela se acercó a él poniendo su cabeza junto a la de él.

—Te prometo que vamos a salir de aquí. Bien! —Susurró, el chico afirmó con la cabeza lentamente.

Pasaron algunas horas y llegó la noche, la nota no estaba tan clara como el detective y el grupo policíaco había pensado que lo debía ser.

—Esta diciendo como qué, le lleve veinticuatro millones de peso ordenados en una valijas negras en billetes de mil hasta la casona en bulevar número veintisiete, no sabía que ahí había una casona, en la lancha. ¿Que es la lancha? —Dijo Gabriel mirando otra vez la nota con el celo fruncido.

—Tal vez está construida hace poco, yo paso por ahí cuando vengo a trabajar y nunca me fijé y en esta esquina hay una casa; pero, puede ser —Comentó Rafael.

—¿Entonces que vas hacer?

—Nada, le voy a pedir al banco mundial que me pase al banco central una cantidad que sume veinticuatro millones antes de mañana —Dijo Nikolais empezando a mandar algunos mensajes.

—¿Es una cantidad elevada? —Cuestionó el detective.

—Si usted logra rescatar a mi novia con vida le daré el doble de este dinero, créame tengo mucho más para dar, solo quiero tener a mi chica sana y salva y ese adolescente también —El detective afirmó con la cabeza.

A las ocho de la noche se le otorgó el permiso a Nikolais para que cobrará veinticuatro millones de pesos dominicanos, el banco ya estaba cerrado, pero como era cuestión de vida o muerte le permitieron al joven principe irlo a buscar con algunos oficiales de la policía, el banquero le dió los billetes como el secuestrador lo había pedido. Llegaron a la casa de Darling faltando diez para las nueve.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.