Crown of darkness

Ventuno.

El fin de semana llega con un soplo de calma en mi rutina. Durante estos días, el entrenamiento con Lorenzo se suspende, dejándome tiempo libre para explorar la mansión y dedicarme a mis hobbies. Sin embargo, la tranquilidad del fin de semana se ve interrumpida cuando, al caer la noche, recibo una llamada inesperada de Lorenzo.

A casi medianoche, después de una cena solitaria, me encuentro en mi habitación cuando el sonido del timbre me sorprende. Al abrir la puerta, encuentro a Lorenzo en el umbral, con una expresión neutral.

—Angelo quiere verte —dice simplemente.

Mi corazón se acelera al escuchar el nombre de Angelo después de tres semanas sin verlo. A pesar de la regularidad de la rutina, su ausencia se ha sentido como un vacío constante. Sin perder tiempo, me dirijo a la oficina de Angelo, con la mente llena de preguntas y una sensación de nerviosismo mezclada con emoción.

Al llegar a la oficina, me encuentro con la puerta entreabierta y la luz tenue que emana del interior. La figura de Angelo se recorta en la penumbra, su silueta familiar destacando en la oscuridad. Me invita a pasar con un gesto de la mano, y al entrar, siento una mezcla de alivio y ansiedad.

—Isabel —dice Angelo, su voz cargada de un tono ligero y casi juguetón—. ¡Por fin! Pensé que me habías olvidado.

Me acerco, y mientras lo hago, una sonrisa se dibuja en mi rostro. Aunque su rostro sigue oculto en la oscuridad, el simple hecho de verlo me llena de una calidez inesperada.

—No, para nada —respondo—. He estado bien, solo ocupada con la rutina.

Angelo parece pensativo por un momento antes de hablar de nuevo.

—Hablando de ocupada... ¿Por qué no has utilizado la tarjeta de crédito que te di? —pregunta, con un tono que mezcla curiosidad y autoridad.

Me detengo, sorprendida por la pregunta. No había considerado usarla, en parte porque no estaba segura de qué comprar ni por dónde empezar. Además, no me sentía cómoda gastando dinero sin una razón concreta.

—No... no he usado la tarjeta —admito—. No estaba segura de qué comprar o cómo hacerlo.

Angelo se reclina en su silla, y su voz toma un tono más firme, aunque sigue manteniendo una leve sonrisa.

—Bueno, pues eso va a cambiar. Quiero que utilices esa tarjeta. Mañana, quiero ver mi teléfono lleno de notificaciones bancarias —dice con un matiz de diversión en su voz—. No te preocupes por ser formal o demasiado contenida. Compra lo que te apetezca, pero asegúrate de usarla.

Me siento aliviada al escuchar su tono relajado y comprensivo. A pesar de todo, sigue siendo un hombre con un enfoque humano detrás de su fachada de poder. Asiento con una sonrisa.

—Está bien. Lo haré.

Angelo se levanta de su silla, y al hacerlo, la luz débil revela más detalles de su rostro. Sus ojos grises, profundos y serenos, están enfocados en mí. La preocupación que sentí por no saber cómo gastar el dinero se desvanece un poco con el consuelo de su presencia.

—Me alegra verte después de tanto tiempo —digo sinceramente—. No he tenido noticias tuyas en semanas.

Angelo asiente, y su tono se vuelve más suave.

—Lo sé. He estado en Italia resolviendo algunos asuntos importantes. Pero estoy aquí ahora, y me alegra verte también.

Mi corazón se siente más ligero al escuchar sus palabras. Aunque la situación en la que nos encontramos es complicada, estos pequeños momentos de conexión hacen que todo parezca un poco más soportable.

—¿Algún otro consejo o indicación antes de que me vaya? —pregunto, intentando mantener la conversación ligera.

Angelo sonríe, y su mirada se suaviza aún más.

—Solo uno: disfruta de la experiencia. La vida es demasiado corta para no aprovechar las oportunidades que se te presentan.

Con esas palabras, Angelo se aproxima a mí y, aunque la luz sigue siendo tenue, puedo sentir la calidez de su presencia. Es un recordatorio de que, a pesar de las circunstancias, hay momentos de genuina humanidad y conexión que podemos disfrutar.

—Gracias, Angelo. Lo haré —respondo, sintiéndome más animada de lo que he estado en semanas.

Angelo asiente y, con un último gesto de despedida, me señala la puerta.

—Ahora, ve y haz esas compras. Nos vemos pronto.

Salgo de la oficina con una nueva energía y una sonrisa en el rostro. La perspectiva de usar la tarjeta de crédito y disfrutar de un poco de libertad material es un pequeño consuelo en medio de esta situación tan enrevesada. Mientras me alejo, me siento agradecida por el breve pero significativo encuentro, y me preparo para enfrentar lo que venga con una renovada determinación.

El domingo por la mañana llega con una brisa fresca que parece prometedora. Me despierto temprano, animada por la idea de salir de la mansión y hacer algo que no sea la rutina diaria. Me visto con ropa cómoda y casual, lista para lo que espero sea un día lleno de nuevas experiencias.

A las 8:00 a.m., Lorenzo llega a mi habitación con un par de guardias que se encargan de la seguridad. La camioneta blindada está lista para partir, y me siento un poco nerviosa pero emocionada por la oportunidad de explorar y comprar cosas para mí.

—Buenos días, Isabel —saluda Lorenzo mientras abro la puerta—. Hoy es un día libre de entrenamiento. Vamos a ir de compras.

—Buenos días, Lorenzo —respondo, sintiendo una pequeña burbujeante alegría en mi pecho—. Estoy lista.

Nos dirigimos a la camioneta blindada, que está preparada para nuestro viaje. Durante el trayecto hacia el centro comercial, Lorenzo me pregunta sobre mis preferencias y gustos, y me siento agradecida por su amabilidad. Aunque el viaje es breve, me da tiempo para pensar en las compras que quiero hacer y en las cosas que realmente necesito.

El primer destino es un elegante centro comercial, y tan pronto como llegamos, me siento abrumada por la variedad de tiendas y productos. El centro comercial es vasto y lujoso, con escaparates llenos de moda y artículos exclusivos. Lorenzo me da la libertad de explorar y me asegura que no tengo que preocuparme por el presupuesto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.