Cruce A Otro Mundo

14

— apartir de ahora servirán a esta mujer 

Las mujeres miraron a kagune y asintieron.

— No quiero que me sirvan 

" Si lo hacen ni podré escapar".

— birra esa mentalidad de ti.

Ella lo miro y sus ojos inocentes era como si preguntara a que se refiere.

— Note tus ganas de escapar desde que estabas en el lado norte.

"Mierda, que tipo tan observador".

— No puedes irte, ya que eres de mucha ayuda, Abasi.

— majestad 

Respondió el guardia mientras entraba y se inclina 

— apartir de ahora serás su guarda 

Los ojos de las personas en el lugar se abrieron con sorpresa.

Pero los de Abasi no cambiaron y Asintió

— entendido.

El emperador miro los ojos llenos de ira de kagune y se burló.

— para la otra vida inténtalo, se le dará el pabellón al lado de mi.

Esto asustó a todos pero aún así asintieron, dos doncellas se adelantaron y la ayudaron a ponerse de pie.

— nos retiramos majestad 

Ella salió de la habitación y al fin pudo respirar, todos entendieron como se sentía.

El pabellón que le habían dado estaba muy cerca del de el emperador.

Al entrar fue recibida por un enorme espacio vacío, a los lados habían varios árboles, a las cuales se les caía las hojas, frente a ella había una enorme casa, sus dos columnas eran altas y de un color pastel, su puerta era bastante pesadas, al entrar se podía observar que los pasillos tenían más columnas de color negro, después de pasar por los pasillos se podía ver la sala de visitas, varios muebles de la mejor calidad, en el centro había una silla aterciopelada enorme, era donde e se sentaba la anfitriona de la casa, más Alfonso estaba las habitaciones, y el baño, había varios lagos artificiales rodeando la enorme construcción.

 

— mi señora hemos preparado el baño.

Kagune se puso de pie y se dirigió hacia el baño.

La bañera era del tamaño de una piscina.

— quiero estar sola.

— si 

Las puertas se cerraron, ella se quitó la ropa y se hundió en la bañera, sus lágrimas se confundieron con el agua.

— tienes que ser fuerte, puede que no regreses, se fuerte.

Se repetía después de un tiempo salió del baño, fue arreglada por las doncellas.

Está vez llevaba una prenda que cubría su pecho, también su espalda,  dejando su abdomen a la vista, esta ves tenía una falda que cubría bien la parte delantera y la de atrás, pero era abierta por los lados,  todo era un conjunto de color azul rey con bordes dorados, zapatos de tacón de color grisáceo.

Llevaba una capa en sus hombros de color gris brillante, su largo cabello caía como cascadas en su espalda.

— está lista la cens mi señora.

— pueden comer, no tengo hambre.

Todas miraron los platos pero no sé atrevieron a tocarlos, ella no les presto atención.

— sir Abasi me gustaría ir al lugar donde están los caballeros.

Abasi solo Asintió y lideró el camino.

Dos de las doncellas la seguían, ambos se dirigieron al lado sur, al ver entrar tal belleza muchos no pudieron apartar su mirada, pero al ver que Abasi la guiaba se obligaron a girar su cabeza, al parecer era de su majestad.

pronto llegaron a una torre.

— señora aquí está la mujer que estaba con usted.

— gracias

Ella entro en la habitación y vio a los doctores y a Akila junto a la cama de annipe.

— necesito que me dejen sola con ella.

Todos miraron a la mujer que los interrumpió, en ese momento vieron a Abasi sacar una ficha de un material dorado.

Todos asintieron 

— nos despedimos conserte 

La habitación se quedó en silencio, ella corrió hacia la cama y sonríe.

— piensas dormir toda la vida bella durmiente.

Annipe abrió uno de sus ojos al ver que solo estaba ella la abrazo y empezó a llorar, ella acaricio su espalda.

— todo estará bien, calma.

 




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