Crucero de citas

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Ethan me había llevado a casa de Carl quería pasar la noche allí. Vivía en el condado de Onondaga a varias horas de la ciudad. Durante el camino no decía nada, mi mente se sentía vacía como si me arrancaron algo importante y era obvio Carl se fue. No podía pensar ni siquiera en el reality sabiendo que mañana me espera el vuelo.

-Oye ¿quieres algo de tomar? Me pregunto mientras toco mi mano.

-No gracias.

-Llegaremos al menos en dos horas podemos pararnos en un café cerca, ¿Qué dices?

-Bueno solo un minuto.

A varios kilómetros se encontraba un café así que paramos, nos sentamos uno frente al otro.

-Jane, sé que mañana me iré, pero no quiero dejar las cosas así.

- ¿Así como Ethan?

-Disculpe ¿van a desear algo de tomar? Se acerca una joven.

-Dos cafés expresos por favor.

-Enseguida.

Aquella pregunta fue incómoda para mi, no tengo cabeza para pensar en una relación con Ethan. No creo que pueda funcionar, no ahora.

-Jane aun espero tu respuesta.

-No lo sé, mira los dos nos iremos mañana a destinos diferentes no es posible.

-Claro que lo es, solo estaré varias semanas y luego volveré. Por favor, confía en mí.

Al pasar un tiempo seguimos en carretera, aun no logro entender como todo paso en solo dos días. Desde el regreso de Ethan hasta la muerte de Carl. El teléfono de Ethan había sonado, solo miro y continuo al volante.

- ¿No vas a contestar? Le pregunte mientras lo miraba desconcertada.

-No es importante, tú lo eres ahora. Respondió.

-Pero eso no basto, aun el teléfono seguía sonando. Parecía verdaderamente importante.

- ¿Puedes contestar por favor? Puede ser algo importante.

--Bueno ok.

-Si. Claro nos vemos mañana gracias. Solo eso pudo decir a aquella llamada.

-Sabes que, prefiero caminar déjame aquí.

- ¡Estas loca! aún falta una hora en carretera.

-No es nada.

-Jane por favor, dejémonos de estupideces.

-Para el auto.

- ¿Qué?

-Que detengas el auto. ¡Maldición!

Hizo caso omiso a mi petición, baje del auto inmediatamente en medio de la nada. Ethan bajo detrás de mi gritando.

- ¿Qué diablos pasa contigo Jane?

- ¿Sabes qué pasa?

-No, dime.

-Que te odio Ethan, odio el día que llegaste a mi vida, que volviste aparecer. Odio cada parte de ti. Pero ¿sabes lo que más odio? Que Carl tenía razón al momento que te fuiste. No vales la pena, siempre me lo decía y él fue el único que me ayudo a superar ese dolor por más de un año. Así que vete, no quiero verte. Por favor.

Mis manos temblaban, las lágrimas invadían toda mi cara ¿Cómo pude decirle todo eso? Me preguntaba, ¿Qué pasara ahora? ¿se ira? Sus manos estaban contraídas al carro, supongo que no sabía que decir, solo me miro, sus lágrimas también empapaban su rostro. Se acercó levemente y me levanto la mejilla.

- ¿Eso es lo que quieres?

-Si Ethan, necesito que salgas de mi vida.

-Bien.

Volvió a su auto sin mirar atrás. Se marchó.

Llame a Carey para que pasara por mí, ya que estoy en medio de la nada. –Por favor puedes venir por mí, te mandare la ubicación.  –¿Te sientes bien Jane? –Sí, solo ven.

En lo que Carey llegaba, encontré una piedra grande, me senté y puse mi bolso a un lado. Debería salir de aquí lo más rápido posible, pensaba. El vuelo puedo adelantarlo, así que llame a la aerolínea para posponer mi vuelo mañana en la mañana.

-Sí, aerolínea WEST ¿en qué podemos ayudar?

-Necesito cambiar mi vuelo, para mañana a primera hora por favor.

Habían pedido mi identidad y listo, mi vuelo quedo pautado a primera hora.

Carey había llegado. –que rápido, le dije. -Andaba cerca, así que ¿a dónde vamos? -A casa respondí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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