Cruel Realidad

Capítulo 2

La vergüenza empezó a extenderse por todo mi cuerpo. Todos en la academia nos observaban, lo único que hacía era taparme la cara. ¿Por qué tenía que pasar esto hoy? Alejandro estaba que estallaba de ira, logre tranquilizarlo solo un poco, él seguía enojado… empecé a acariciarle la mejilla con la palma de mi mano, me tomo desprevenía, puso sus manos en mi cuello besándome. Empezó a tranquilizarse, seguía devorándose mis labios hasta que los dejo rojos.

Sentí su respiración en mi cuello cuando me abrazo… la moto de él se encontraba al lado de nosotros, me senté para poder quedar a su altura y mandarle una sonrisa. Me pasó el casco y me dio un último abrazo.

-¿Estas bien? –Asintió, pero no parecía estar bien.

Cada vez que veía su moto sentía que algún día se la iba a robar, enserio me encantaba demasiado. Si tan solo mi mamá me dejara tener una moto sería feliz, el problema es el discurso que siempre me da “Las motos son peligrosas y sabes muy bien que las odio.

-Micael… Micael… ¡Micaela! -Tanto me distraje que no me di cuenta de que Alejo me estaba hablando.

-Dime amor.

- ¿En qué piensas?

-En ti, lo hermoso que eres y cuanto te amo - «Mentira, pensaba en que deberías regalarme tu hermosa y divina moto o si no voy hacer yo la que te la robe»

En ese momento me entro curiosidad de saber a dónde me iba a llevar esta vez, cada lugar al que me ha llevado estos meses que hemos estado saliendo me ha encantado.

Volvió a mirarme –Me tienes loco.

Cada vez que miro esos divinos ojos verdes me enloquecen. En el momento en el que se encuentra distraído le robo un beso. Nunca me voy a cansar de repetir que lo amo por más celoso que sea.

-Amor, ¿A dónde me vas a llevar? –Le pregunte.

-Ya te dije que es una sorpresa.

-Quiero saber.

-Pronto lo descubrirás… necesito que te pongas la venda –Antes de ponérmela pude notar como su expresión cambiaba se empezó a sentir un poco nervioso, baje la venda y no me la puse.

- ¿Estas bien?

-Ponte la venda –Me ordeno en un tono frio que no conocía de él.

-No me hables así -Le dije enojada, me puse la venda, él se me acerco por detrás y la apretó mucho más fuerte, para que yo no pudiera ver.

-Perdóname -Me dio un beso en la mejilla.

 

Me baje de la moto para que él se subiera y eso fue lo que hizo, me puse el casco antes de que me guiara, le apreté la cintura fuerte. Estaba enojada con él, quería que se fuera, pero cada afecto que me brindaba, me hacía cambiar de opinión.

Cuando la moto paro espere que Alejo me ayudara a bajar -¿Estas lista?

-Ya me puedo quitar la venda –Dije casi suplicándole.

-No estabas enojada -Con mis manos busque su rostro para besarlo.

-Ya no -Sentí su calidad respiración cerca de mis labios.

-Cuando entremos te la quitas, yo te aviso.

-Ya –Tenía muchas ansias.

-No -Me jalo, para no perderme.

Caminamos mucho, escuchaba muchos ruidos “Venga y pruebe nuestros nuevos sabores de helados” “La ropa más linda se encuentra en nuestra tienda”, esto parecía una plaza de mercado. Sentí cuando subimos una escalera eléctrica, eso significaba que no estábamos en una plaza.

El celular de Alejo empezó a sonar, él solo colgaba. Seguía y seguía vibrando, no tuvo más opción que contestar -Ahorita te llamo -Le escuche decir. Estaba actuando raro, ya me estaba preocupando.

-Ya puedes quitarte la venda –Me dijo mientras me abrazaba por detrás.

Me la quite. Estábamos en un centro comercial al lado de un cine, me emocione mucho. No es que nunca hubiera venido a un cine, pero mi amor por ver películas me mataba, él sabía perfectamente como era cuando me invitaban a ver una película, había veces que cancelaba las fiestas a las que me invitaban por ir a un estreno.

-Amor… ¿Te gusto la sorpresa?

- ¿Vamos a ver una película? –Le Pregunte emocionada, esperaba que digiera que sí y que no fuera hacer una broma.

-Sí y hay más.

-Te amo tanto Alejandro, siempre me sorprendes –Dije emocionada mientras lo abrazaba.

-Y qué película, ¿Quieres ver?

-Una de terror.

- ¿Segura?, no te da miedo.

-Muy segura.

Alejo compro las boletas para ver una nueva película se llamaba “Nuevas vidas” era una de las películas de terror antiguas un género que me gustaba mucho. Mientras Alejo reclamaba la comida fui al baño y saque mi celular de la maleta para ver si había recibido alguna llamada de mi mamá, por el momento ninguna, regrese con mi novio ansiosa.

Después de dos horas metidos en una sala de cine salimos a caminar al parque, él me compro un globo de corazón y me dio un beso en los labios desprevenida, pasamos por muchos lugares desde un mimo hasta una mini sala de cine, en total dure cuatro horas fuera de mi casa, Dora debía estar muy preocupada a esta hora.




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