Milena se encontraba enfrente de mí, mis manos estaban atadas en la parte de atrás de la silla. Ella miraba algunas notas y pocas veces volteaba a verme, estaba enojada por lo que le paso a Antonella y tardaron tres semanas en decidir qué hacer conmigo. Ahora estoy aquí esperando hace cuatro horas a que decidan que van hacerme.
Antonella llego empujando la puerta, su nariz ya estaba curada apenas me vio su enojo aumento queriéndome matar. Oculte la sonrisa que forme apartando la mirada, intente estar sería algo que era imposible.
Antes de que me trajeran a este lugar tuvieron que esperar a que Antonella se mejorara ya que la mano se me pasó pegándole, ni de la cama podía parase y no querían tomar decisiones sin que ella se diera cuenta al parecer el MILN acelero el proceso de curación.
Milena aparto todo lo que tenía a su lado –Micaela, vuelve a pasar lo mismo otra vez y te va a ir mal.
Antonella abrió la boca –Eso no es justo –Se cruzó de brazos.
-No me culpes a mí –Milena la miro con enojo.
Me desamarraron de la silla ya me sabia el camino hasta llegar al patio no tuvieron que agarrarme los brazos a la fuerza como antes lo hacían, estaba mejorando y engañándolos al mismo tiempo.
Camine por todo el patio distrayéndome de lo que había a mi alrededor estas tres semanas estuvieron un poco buenas excepto cuando me llevaban asacar el AEM, así me dijo Cristián que se llamaba lo que nos sacaban. Aparte este lugar es grande tiene varios sitios los cuales no he visitado, pero que más adelante hare.
No habíamos ido al cuartel, Milena empezó a sospechar después de lo que paso en la cocina y puso guardias a vigilarnos a cada rato de lo que hacíamos entonces esta vez tuvieron que hacerle caso a Brian de no ir.
Mientras caminaba me tropecé con un chico que estaba sentado en el piso llorando, caí al piso y me di justo en la boca, no sé quién de los dos sufrió un golpe peor lo que si sabía era que ahora mi boca dolía y ardía al mismo tiempo.
Me pare rápido y me acerque al chico quien se estaba sobando la cara –Ten más cuidado –Dijo.
-Lo siento –Seguí caminando. El chico parecía estar sufriendo mucho peor del resto, suspire antes de devolverme y sentarme junto a él -¿Por qué lloras? –Lo único que conseguía era que me ignorara, con la camiseta empezó a secarse las lágrimas que estaban parando de salir.
«Que gran pregunta, siento muchas veces soy muy boda, para hacer ese tipo de preguntas de seguro el chico llora porque está encerrado al igual que todos aquí»
Puso los ojos en blanco –Lárgate –Dijo con brusquedad en su voz.
Como terca que soy no me fui esperando que el hablara conmigo solo por un momento –No me voy a ir, quiero saber qué es lo que te pasa –Tenía claro que no debía meterme en problemas, pero él estaba demasiado mal.
Él se quedó mirándome por un rato en ningún momento aparte la mirada con la esperanza de que me hablara por lo menos una palabra. Cuando por fin estaba a punto de mencionar algo llego Antonella a arruinarlo todo con su boca chillona.
«No puede ser verdad, otra vez»
A la estúpida no le basto conque le rompiera la nariz.
La mire con malicia antes de abrir mi boca -¡Oh! Hola Antonella, ¿Cómo estás? ¿Se te ofrece algo? O mejor aún de gustaría volver a tener la nariz rota.
Algún día le van a salir arrugas si sigue enojando como lo está ahora –A ver niñita, esto no se va a quedar así puede que no te hallan castigado, pero cuando llegue el momento de sacarte el AEM no lo va hacer Alejandro si no yo –Me amenazaba. Todavía no entiendo porque todos creen que soy una niña.
-Mira cuanto miedo me das querida.
El chico que seguía mi lado hablo justo a tiempo, ya que ella estaba a punto de tirarse contra mí, soy cociente de que Milena me dijo que esto no podía volver a pasar, juro que estoy a punto de yo también tirármele encima.
-Espera un momento eres Micaela –Por fin logre con ayuda de Antonella que hablara y sonaba más feliz de lo que estaba –No puedo creer enserio le rompiste la nariz a esta –Señalo a la rubia maniática que se encontraba a nuestro lado.
-¡Cierra la maldita boca Daniel! Y que te quede claro que tengo nombre.
«Maniática» Ella cree que amenazando puede conseguir algo solo porque tiene a todos bajo su poder, romperle la nariz me vasto para descubrir que no le tengo miedo además su solo presencia estresa a cualquiera y su voz chillona irrita.
Ignore a Antonella como si nunca hubiera nacido –Hola mucho gusto soy Micaela Nabal –Estire mi mano esperando con ansias que la recibiera –Aunque creo que ya me conocías –Comencé a prestarle atención a el chico.
Recibió mi mano con la mayor alegría posible –Daniel Hall. Fue genial lo que lograste el problema fue que llegue tarde y me lo perdí.
-No te preocupes puedo volver a pasar, no es cierto Antonella –Mirándola le guiñe un ojo al mismo tiempo una sonrisa se formó en él.
Cuando creí que no había esperanza de que se fuera un milagro ilumino mi vida en el momento en que sus pies caminaron en dirección contraria de la nuestra, la felicidad llego a mi vida hasta que los guardias cruzaron tres cadáveres pálidos de niños.
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Editado: 14.09.2023