Cruel Realidad

Capítulo 12

Rous se tardó más de lo esperado y mientras llegaba aproveché para mirarme en un espejo que tenía algunas esquinas polvorientas, también en la derecha una grieta lo perforaba. Deslice los dedos rozando los morados que marcaban mis brazos, en las muñecas quedaron también marcas, parecían pulseras que las rodeaban en cada parte, dolía mucho y dudaba que se fueran a curar pronto, los morados son los más difícil de eliminar del cuerpo. 

Otra herida en el abdomen se fue curando, nunca había tenido el privilegio de mirar cómo se curaban, los pedazos de piel se pegaban y en poco tiempo quedó marcada una cicatriz. 

Era espeluznante ver la manera en que curaba, por esa razón nunca las miraba siempre tuve miedo de ver cómo se volvía regenerar cada parte de mí, hasta el día de hoy que por fin pude ver bien. 

Escuché unos pasos acercándose. 

Roxanne se sentó, seguí mirándome en el espejo mientras ella se acomodaba. Traía el cabello recogido en una coleta, su cuerpo sudaba por todas partes y la blusa estaba empapada, de seguro estuvo entrenando. Ella agarró la blusa mía para tirarmela, comencé a acomodarla y al mismo tiempo me senté a su lado. 

Empezó a mirarme.

–¿Me necesitas? –dijo.

–Sí –fui directo al punto –Tengo una pregunta.

–¿Si? ¿Cuál es?

Recostado en la puerta se encontraba Cristián, no quería que se enterará lo que pensaba preguntarle a Roxanne.

–Puedes esperar afuera, por favor –pedí con amabilidad –Es privado lo que necesito preguntarle a Roxanne. 

Asintió saliendo de la habitación. 

–Ro-us –Corrigió ella. 

Siempre me confundo, no entiendo porque no le gusta que la llamen por su nombre, aunque Cristián es el único que la llama Roxanne y no protesta, es extraño. 

Intentaré llamarla como le gusta, a mi tampoco me gustaría que nombrarán un nombre que no me gustará. 

–Entiendo, Rous. 

Sonrió.

–¿Qué pregunta tenías? 

–Ah sí, ya se me estaba olvidando –Tengo nervios, no habló de esto con nadie ni con mamá –Lo que nos dan después de tomar después de sacar el AEM ¿Tiene efectos secundarios? –Doy vueltas al asunto, no sé cómo decirle lo que quiero preguntar exactamente.

–¿A qué te refieres? 

–Es que –Hago silencio –Mmm, no sé cómo decirlo. 

–¿Te pasa algo? –Su vista no deja la mía, lo que produce que mueva los dedos inquietos.

–Se suponía que… –Otro silencio «Vamos Micaela, es normal» –La regla tenía que llegarme la semana pasada –Por fin lo dije, suspiré con alivio después de soltarlo. 

La vergüenza la sentía en el interior, no entiendo porque siempre tuve angustia al hablar de estos temas incluso con mamá, quien no entendía la razón por la que huía siempre al escuchar eso. 

Si con ella daba temor ni me imagino como sería con los chicos. Se supone que si no llega estoy embarazada y una virgen con un bebé dentro lo veo imposible, por eso busco la ayuda de Rous, necesito que alguien me explique qué es lo que está pasando .

–Y no te llega ¿Verdad? –Asentí apenada –Tampoco te va a llegar. 

–¿Qué? –Ahora estaba confundida y aliviada, saber que no tengo un bebé en el vientre es un alivio –¿Por qué no llega? 

–Como tú misma mencionaste, son efectos secundarios. 

Serán peligrosos estos efectos secundarios, porque estar sin cólicos es genial. 

–Hay más efectos –dijo de la nada. 

–¡Cómo que hay más! –La miré aún más sorprendida. 

–Si –No paraba de reírse, yo no veía lo gracioso y si esos efectos causaban daño al cuerpo. 

–Por favor dime qué es algo bueno –casi suplique, no quería enserio que algo malo pasará por culpa de eso.

–No es tan malo, primero –levantó el dedo índice –Te curas como te pudiste dar cuenta, segundo –Ya tenía dos dedos levantados –No nos llega y por último no podemos quedar embarazadas. 

–¡Que! –Una vez más se podía notar la sorpresa en mis ojos, ella empezó a reírse –Eso significa que..

–Podemos tener sexo sin preocupaciones, sí. 

Alce una ceja. 

–¿Eso es bueno? –Tuve curiosidad de saber si no iba afectar nuestro organismo o iba a causarnos daño. 

Durante muchos años ví películas en dónde realizaban experimentos con humanos y siempre los efectos secundarios causaban lesiones fuertes las cuales quedaban marcadas de por vida. 

–Por una parte sí –respondió. 

–¿Y por la otra?

–También es buena –Una curva cruzó sus labios, la sonrisa daba a entender que eso le gustaba, así que no tenía porque preocuparme –Micaela date cuenta, imagina poder hacer de todo sin preocupaciones. 

–¿Lo has hecho? 

–Obvio, es lo único bueno aquí –Aparte un poco la mirada –Deberías intentarlo, aprovecha. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.