Cruel Realidad

Capítulo 24

Las habitaciones nuestras no quedaban tan lejos y ya faltaba poco para que nos encerraran, no paré en ningún lugar y fui directo al cuarto, no quería encontrarme a los guardias fastidiosos y que me lastimaran como todos los días. Desde lejos reconocí a alguien, Ángela, de sus ojos claros miel, salían varias lágrimas que los rozaban, estaba llorando ¿Por qué? Camine hasta ella, pero alguien me tomó del brazo y no me dejó acercarme más, volteé a ver de quién se trataba, era un guardia.

Me solté con fuerza, estaba a punto de hablar, aunque no se lo permití. 

–Ya sé. No tienen porque repetirme que tengo que ir ya a la habitación.

El guardia puso los ojos en blanco y no se alejaba de mí. Ya no tenía más opción así que deje a Ángela a un lado y camine hasta mi cuarto. Desde lejos ví a Rous llevándosela, se veía muy triste, pero no podía hacer nada.

En la esquina de la pared de mi cuarto, habían puesto una mesa de noche, encima de ella se encontraban unas pastillas y un vaso de agua, al lado de eso se encontraba una pequeña hoja de papel con algo escrito, era una carta. Sin dudar la empecé a leer, apenas supe de quien era apreté las manos formando puños.

«Sé que ya despertaste, tomate estas pastillas para que no sientas dolor en la noche, espero que duermas bien amor, tengo que salir una semana con Antonella, hasta que por fin se cumplió tu deseo, pero solo es una semana así que no te emociones ATT: Alejandro»

Arrugue el pedazo de papel y procedí a romperlo en varios pedacitos pequeños. 

Idiota.

Antes de acostarme, mire una última vez mi ojo en espejo, el parche me incomodaba mucho y ya no lo soportaba. Hoy no quería ir al cuartel, no quería ver a nadie, además no era tan mala opción quedarme toda la noche amarrada y encerrada, aunque quería hacer algo y esa la única razón por la que tenía ganas de ir al cuartel. 

Extrañaba a mi mamá, quería llamarla y saber cómo estaba. Un mes sin saber nada de mí debe ser la peor sensación para una madre. Al final terminé aceptando la idea en mi cabeza de si ir, pero antes tenía que esperar a que los guardias se fueran y la seguridad bajara un poco. Uno de ellos, llegó y me puso las cadenas, espere varias horas a que todo se calmara y cuando tuve la oportunidad me desate.

Decidí dejar el parche ya que me incomodaba demasiado.

El reloj marcaba las 12 de la noche en punto, salí precavida y durante todo el tiempo que llevo encerrada aprendí muchas cosas de las que me alegro, llegue a la entrada del cuartel sin ser descubierta, ya adentro me encontré con Rous se encontraba sentada en el sofá. 

Tirándome al lado de ella empecé a mirar hacia arriba.

–Todavía no entiendo cómo fue que llegó todo esto aquí –dije.

–Yo tampoco –empezó a mirarme con una sonrisa en sus labios –Veo que no tienes el parche puesto.

–Incomodá.

–Tus ojos se ven hermosos así.

–No digas tonterías.

–No las digo, se ven raros y lo raro es genial.

–Rous –formó una sonrisa –Tú eres genial. 

–Igual a ti.

Le di un golpe con la almohada que tenía cerca, ella solo se limitó a sonreír.

–¿Y los demás? –Pregunte.

–De Cristián y Brian no sé nada, Ángela no piensa venir por unas semana –Se levantó del sofá mirando los computadores – ¿Quieres ver lo que averiguamos mientras estabas dormida? 

¿Por qué Ángela no quería venir? De pronto fue lo que sucedió esta tarde, Cristián debió ir a buscarla después de hablar conmigo, de seguro le comento lo mismo que a mí y por eso estaba llorando. El amor es maldito, nunca esperé sentirme de esta manera, siento decepción de mi misma y por lo que presiento Ángela está pasando por lo mismo que yo.

Ya estoy al lado del Rous mirando algunos documentos que tienen con información que pueda ayudar. 

–Mira –Señaló Rous –La única manera para lograr salir de aquí es una puerta escondida detrás de la sala en donde ellos siempre siempre se reúnen, logramos tener acceso a la cámara de ahí.

–Continua.

–Alrededor de la clínica se encuentran 20 guardias, para deshacernos de ellos tenemos que agregar algo a sus bebidas que los duerma.

–¿Cómo lograremos agregar algo a las bebidas ? y peor aún ¿Cómo la encontramos?  

–El plan tiene algunas fallas y toca mejorarlas.

–¿Algo más que encontraron? –Pregunte.

–Un jet privado aparte del helicóptero, no sabemos cómo se van usar, pero son de mucha ayuda. 

–Mientras estuve dormida, lograron mucho.

–Tenemos una misión y haremos lo posible por cumplirla, mientras tanto toca esperar y seguir investigando.

Iba a hablar cuando llegó Brian, tenía un morado en la mejilla y estaba roja. No nos miró y siguió directo al computador. Rous y yo nos miramos confundidas y ella solo alzo los hombros. Ella caminó sin hacer ruido y le dio un beso en la mejilla a Brian, mientras se paraba por detrás de él.




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