Elahia Jensen
Sabado
Miro por todos lados y no veo a Sana en ningún sitio, maldita sea...
Bajo mi vestido con las manos ya que se a subido un poco y quito mis tacones con cuidado de no hacer ruido, mi cuerpo esta tieso pero aun así camino hasta abrir la puerta y bajar silenciosamente por las escaleras, tomo el bate y el gas pimienta entre mis manos con fuerza, escucho un poco de murmullos y puedo deducir que esa voz es de hombre, mi cuerpo retrocede y levanto el bate al escuchar un vaso romperse, mi respiración esta muy agitada y siento mi corazón en la garganta, estoy tan asustada que no tardare mucho para gritar con todas mis fuerzas, pero recuerdo el entrenamiento de papá y trato de tranquilizarme.
¿Y si es un ladrón, un violador, un asesino o peor, es todo junto?
Los ruidos se escuchan en la cocina y yo estoy atrás de la pared, bien Amelia, solo golpealo con el bate y después rociale gas pimienta, tomo una respiración profunda y cuento hasta tres.
Uno
Dos
Agarro mas fuerte el bate y... tres
Salgo rápido de mi escondite grito al momento de tratar de golpear al hombre, otro grito se escucha y cierro los ojos, mi corazón esta a mil por hora y aun tengo el bate entre mis manos.
¿Lo golpeé? abro los ojos y veo a mi padre deteniendo el bate con sus manos, me mira horrorizado y confundido.
— ¿Tratas de matarme o que Amelia? ¿Estas loca? que susto hija.
Retrocedo tratando de asimilar todo — Y...yo...yo — No puedo hablar, cierro mis ojos y suspiro de alivio, tiro el bate y abrazo a papá, este me corresponde y ahora me siento a salvo entre sus brazos—Lo siento mucho papá, yo acababa de llegar y después escuche ruidos, me asuste mucho, pensé que era un ladrón o un asesino.
— Esta bien, shh, lo siento si te asuste, se que te dije que no iba a llegar pero vine a buscar unos documentos de la estación— Me separe de el y lo mire, se veía cansado.
— De verdad lo siento papá, ¿quieres que te ayude en algo? te ves muy cansado, ¿ya comiste?
El me miro con una sonrisa y beso mi frente —Estoy bien hija, solo que aun no podemos dar con el asesino de las chicas, aunque es curioso, las chicas tienen un parecido a t...—Se quedo callado y lo vi ponerse pálido, espere a que continuara pero no lo hizo.
— ¿A quien se parecen papá? — Pregunte intrigada.
El no me contesto y camino hasta la salida, lo seguí como perrito y se dirigió hasta su patrulla, pero claro, como no pude ver las luces de la patrulla, que tonta Amelia, ademas de que las alarmas hubieran sonado si alguien hubiese entrado a robar, el me miro por unos segundos para después tomar su radio-comunicador.
— Necesito a dos patrullas en la calle Randon, numero 23, ahora.
Fruncí el ceño ¿para que quiere dos patrullas en nuestra calle?
— Papá ¿que sucede?
El se giro y me tomo de las manos — Cariño, por favor quédate en casa y ya no salgas— Miro la casa de a lado y apretó su mandíbula— Cierra bien todo, las patrullas no tardan en venir, estarán vigilando la casa, por favor, no hagas preguntas, te explicare luego, recuerda los botones de seguridad, no me gusta dejarte sola cariño, pero debo detener a ese mal nacido, el esta muy cerca de nosotros y tu eres un blanco perfecto para el ya que soy el jefe de policía, nos vemos en unas horas, te amo— Volvió a besar mi frente y después de diez minutos las patrullas llegaron.
— Quiero que una patrulla vigile mi casa y que la otra vigile la calle.
— Si jefe.
— Por cierto ella es mi hija, Amelia— Salude sin ganas a los cuatro policías y estos sonrieron—Por favor, cuídenla.
Se subió a su patrulla y se despidió con la mano.
— Un gusto señorita Amelia, usted vaya a descansar, nosotros estaremos vigilando, si algo sucede no dudaremos en avisarle.
— Gracias, adiós — Me gire para irme, mire por un segundo la casa del vecino, fue muy raro la expresión de mi padre cuando el la vio, entre a la casa asegurándome de dejar bien cerrado, mire el reloj de la sala y son las dos de la madrugada, dios mio.
Subí hasta mi habitación ahora que me acuerdo Sana no esta.
— ¡Sana!
Hice un ruido extraño con mis labios, llamándola, pero no hubo respuesta, busque por todos lados pero no esta, debió ir a cazar ruedores, de vez en cuando ella se iba como una hora para después llegar con un ratón en la boca y aventármelo en mi ventana, según dicen que es como un agradecimiento, pero es un poco raro, ahora que me acuerdo no la vi cuando Tommy vino por mi.
Volví a mi habitación y me asome por mi ventana para ver si no esta en el jardín, pero no, lo único que veo son las luces de las patrullas, resignada, cerré la ventana junto con las cortinas.
Mi celular volvió a vibrar, empece a temblar, que esto no se haga costumbre por favor, lo tome dudosa y vi que tenia un mensaje.
Desconocido
No siempre tu padre va a estar ahí para protegerte.
Editado: 29.04.2022