Juego
*Estación de policía
—¡Jefe, jefe, hubo un accidente en la calle Santers, al parecer fue desastroso!
El chico nuevo, Santiago, tenía al jefe de policía fuera de sus casillas, llevaba desde la mañana gritando y hablando, no lograba callarlo.
Lo único que necesitaba era un momento de paz, pero al parecer no lograba estar tranquilo, pues un mal presentimiento se le instalo en el pecho desde que su hija salió furiosa de la estación.
La llamo varias veces, pero no hubo respuesta, impaciente se agarra el puente de la nariz y suspira frustrado.
—Iremos ahora mismo.
Santiago sale corriendo a tropezones y con el detrás sale el jefe.
Una punzada de dolor se le instalo en el pecho cuando llegaron al lugar e incremento más cuando vio un coche conocido.
—No, no puede ser.
Alterado y con el corazón a punto de ser vomitado sale disparado de la patrulla. Cuando se acerca observa que está destrozado el coche de su hija. El mundo se le viene abajo...
— ¡Amelia!— Un grito de horror sale de su garganta y se acerca más para observar y confirmar que es ella la que ha sufrido un accidente.
—Por favor no.
Sus ojos visualizan a una chica de pelo liso mojado de sangre junto con su rostro, esta recargada en el volante, parece como si estuviera muerta.
Todo pasa en cámara lenta y cada vez más se hace un infierno para el pobre policía, un paramédico se acerca y hace que se aleje, pero este le grita diciendo que es su hija.
—No, esto no puede estar pasando, por favor...
—Señor necesito que se calme, la sacaremos del coche y la trasladaremos al hospital.
Estaba en shock, las lágrimas quisieron salir, pero las retuvo, ¿qué paso? ¿qué carajos fue lo que paso?
Tardaron un poco en sacar a Amelia del coche, apenas y se le notaba el rostro, una voz en un susurro le dijo que tal vez no era su hija, pero al revisar rápidamente la palma de su mano izquierda y notar que tenía su marca de nacimiento todas sus esperanzas cayeron, es ella.
No podía procesar bien lo que pasaba, solo veía a Amelia ensangrentada y con heridas graves. Sin darse cuenta, ya estaba en la ambulancia en camino al hospital.
Veía como la gente que estaba con él en la ambulancia la revisaban y la conectaban para darle oxígeno.
Una vez llegando al hospital la atendieron rápidamente y una doctora lo detuvo diciendo que ya no podía pasar...
Ha estado sentado en la silla blanca, golpeando su pie contra el piso, recrea la imagen del accidente y en un salto se levantó exaltado, se lleva las manos al pequeño radio que lleva en el pantalón
—Aquí el Jefe de policía, respondan.
—Sí señor, lo escucho— La voz de Santiago se escucha temerosa.
—Quiero que me investigues el coche que arremato contra el de mi hija, dame informe de la persona que venía manejando, ahora.
—Sí señor, ya lo hice y el que venía conduciendo está muerto, estoy seguro de que no fue un accidente señor.
— ¿Porque lo dices?
—Revisamos las cámaras, el hombre que venía manejando salió de la nada, una vez que se estrelló con el auto de su hija llega otro sujeto y le dispara al hombre, dando a entender que aún seguía vivo, se acerca al auto de su hija y le apunta con el arma, pero huyo del lugar porque un auto se paró para ayudar, el fue quien llamo a la ambulancia — Aprieta el radio con fuerza, eso solo explica una cosa...
—Fue intento de homicidio, quiero a todos trabajando hasta encontrar a ese maldito hijo de perra.
—Sí señor.
Se toca el puente de su nariz y respira para intentar calmarse, saca su teléfono y marca.
—Jensen
—Mi hija tuvo un accidente, ven ahora mismo al hospital.
Volvió a sentarse, esperando a que algún doctor llegara con noticias, pero al cabo de un rato a lo lejos vio a Elahia caminando hacia la recepción.
—Elahia, por aquí—Elahia voltea y camina hacia él.
—Señor, lo siento mucho.
—Tenemos que hablas de un asunto importante sobre Amelia.
Un doctor sale de emergencias y el jefe lo mira con ganas de morir.
—Sherif, su hija sufrió de un muy fuerte golpe en la cabeza y tiene dos costillas rotas, logramos estabilizarla, ya puede pasar a verla, pero tendremos que mantenerla el observación, es posible que pueda despertar en unas horas.
Sin pensarlo dos veces siguió al doctor y al entrar a la habitación se le oprimió el pecho, ella se veía tan vulnerable y blanca, tenía una venda en la cabeza y muchos cables conectados a ella.
Se sentó a un lado de la camilla y tomo su mano.
—Perdón por no estar ahí para protegerte, pero te juro que encontrare a ese mal nacido.
**********
*En otro lado
—¿Hiciste lo que te pedí? — Estaba sentado, fumando como era de costumbre y el hombre que estaba junto a la puerta asintió.
—Bien, retírate.
Se quedó aun sentado en la silla de cuero café, sonriendo con satisfacción, sabía que esto era el comienzo de su juego y que esta vez no la dejaría escapar, sabe que ella ya lo obedecerá sin chistar y que la tendrá bajo su total control, su sonrisa se ensancha más y después deja escapar el humo...
Aprovecho para invadir su casa y colocar cámaras, así la tendría más vigilada, aunque se preguntó porque había tanto desorden en su habitación, como si hubiera tenido una pelea.
—Señor me informan que ella tuvo un accidente de auto, pero mis contactos dicen que fue un intento de homicidio.
El hombre lo mira furioso, apaga su cigarro hasta aplastarlo.
— ¿Ella está bien? — Pregunta con un intento de calmar su ira.
—Sí señor.
—Quiero que investigues quien fue y que estés un paso más adelante que la policía.
Editado: 29.04.2022