Sin piedad
Un sentimiento es un detonante para cualquier situación y depende mucho de que tan intenso sea, cuantos sentimientos tengas acumulados ya sean buenos o malos se llegan a convertir en una bomba, un ejemplo, el odio, puedes odiar una cosa, un objeto, una comida, pero sin duda el odio hacia una persona es mucho más fuerte y penetrante, no soportar verla, estar cerca y hablar, puede provocar una ola de sentimientos tan grandes, como enojo, fastidio, repulsión... eso, puede ser una bomba preparada a punto de ser explotada, destruyendo todo a su paso y cuando hablo de todo es porque incluso puedes llegar a destruirte a ti mismo. El acto que haya cometido esa persona para ser odiada tan intensamente puede marcar una sentencia, mantener una mala energía y vivir con ello e incluso... puede llegar a matar o morir.
Me hace cuestionarme si la persona que ha estado matando gente, alguna vez le hice algo que me llegara a sentenciar de esa manera, directa e indirectamente pude haberle hecho daño a una persona, mi mente colapsa en pensar lo que haría conmigo si lo tuviera enfrente.
Y una vez más voy cayendo en mis pensamientos más oscuros, donde la tormenta crece y la culpa acecha.
Esas chicas están muertas por algo que yo hice y lo peor, es que no estoy segura de que pudo hacer sido.
Sigo estando en la habitación sentada frente al enorme piano a mi disposición, pero mis manos no se mueven, quería callar todos estos pensamientos que me atormentan cada vez que pienso en esas chicas, me hace sentir enferma y sin salida, se instala una punzada en mi pecho y duele, me da la sensación de que algo va a pasar, quizá solo es sugestión, según Elahia aquí estoy a salvo.
Solo relájate y haz lo que se te da bien.
El sonido de cada tecla puede ser algo muy ensordecedor, pero no molesto, llevo años comprendiendo que lo hace tan especial este instrumento, pero descubrí que la persona que lo toca es lo que lo hace especial, es increíble cómo puedes plasmar cómo te sientes en tantas notas musicales, es exquisito escucharlo, pero no de una manera morbosa, más bien como algo hermoso y perfecto. Una de tantas maravillas.
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Estos lugares me traen muchos recuerdos, paseo entre los pasillos oscuros en silencio, unas de mis manos aprietan con fuerza el afilado cuchillo, mi único amigo, quien siempre está ahí para ayudarme a cometer actos tan placenteros, donde me ayuda a cometer actos artísticos y atroces.
Entre a la gran cocina y veo a la misma anciana de siempre, la tonta vieja que siempre me pego cuando niño, la vieja que nos cuidaba cuando papa no estaba. Se ve tan malditamente deliciosa de espaldas, vulnerable, sin tener una mínima idea de lo que voy hacer con ella ahora que está a mi vista, completamente sola.
Aún recuerdo lo que hizo...
Flash back
Estaba con mi hermano tratando de hacerle un pastel a mama por su cumpleaños y para animarla, más que nada animarla, ya que últimamente la veo más decaída y triste, ella dice que se encuentra bien, pero ninguno de mis hermanos le creemos.
-¿Niños?
Un perfume horrible inunda mis fosas nasales e inmediatamente se quién es, pues el perfume corriente y la voz insoportable es de la "sirvienta" que contrato mi papa, a pesar de estar más pequeños mis hermanos y yo, sabemos para que la contrato, pues en las noches se escuchan sus fuertes pasos dirigiéndose a la habitación de papa, para después escucharla gritar como gata en celo, eso pasa cuando mama no está en casa.
- ¿¡Pero que están haciendo malditos mocosos!? miren este mugrero, ¿¡Qué carajos es eso!? - Señalo el pastel que estamos haciendo y hace una cara de asco haciéndola ver más fea de lo que ya era.
-Es tu cara, claro está- Respondo sincero y mi hermano ríe, nuestro pastel no salió como esperábamos, esta crudo y el color café oscuro le da un tonto como la mierda.
A ella se le pone roja la cara del enojo y se acerca para tomarme de la camisa con fuerza-Escúchenme bastardos, van a limpiar este cochinero o tendrán problemas conmigo, en especial tu- Dijo con sorna y encajando sus uñas postizas en mi brazo, me empujo y ella salió de la cocina para después perderse.
Era obvio que no íbamos a limpiar, aun cuando existía la posibilidad de que papa nos pegara.
Llego la noche y como siempre me detenía a ver a la niña linda desde la ventana de mi hermano, aprovechando que él se iba con papa.
La niña hacia su tarea y por momentos bostezaba y hacia caras de frustración, era placentero verla...
De pronto siento que alguien me jala de la camisa y hace voltearme- Vaya, al parecer alguien es un niño pervertido, has sido un niño malo y los niños malos deben ser castigados.
Me empujó hacia la cama y mientras pasaba esa primera vez, todo se volvió color rojo y mi odio nació y mi sed de sangre creció.
-Si dices algo de esto, le contare a tu padre y al padre de esa niña que la espías durante las noches, no querrás meterte en problemas con esa familia ¿verdad?
Fin del flash back.
Suspiro fuerte y me acerco lentamente y realmente no le tomo tanta importancia a lo que está haciendo, tal vez le está preparando la cena a mi querida Amelia, mi querida y bonita Amelia.
La vieja se queda quita y eso me pone en alerta, ya se dio cuenta, ella voltea rápidamente y veo que en su mano algo arrugada y temblorosa sostiene un cuchillo, su cara de sorpresa lo dice todo.
-Tu...
-Sorpresa, sorpresa, vine aquí por un objetivo, pero el destino me cruzo contigo de nuevo, dicen que las cosas pasan por algo ¿verdad Sonia?
-No, espera Jo.....
Antes de que pudiera decir mi nombre me abalanzo contra ella y caemos los dos al piso, ella suelta un quejido de dolor y lucha- No espera, por favor tengo hijas- me subo encima de ella y me mira aterrorizada. No hay piedad, ella trata de gritar, pero le tapó su asquerosa boca.
Editado: 29.04.2022