Sus ojos oscuros, crueles y penetrantes se quedaron fijos en los míos. El aire entrecortado y la sensación de muerte me paralizaron. A pesar de que sostengo mi cuello la sangre no deja de brotar, sonrió en forma espeluznante, con la maldad en aquella hilera de dientes blancos manchado de sangre. Este es mi fin, es el final de mi vida... como humana.