CAPÍTULO 3
Alex
Cuando llegué al instituto lo primero que hice fue ir a saludar a Buck.
—¡Ey bro! ¿Qué tal? —dije dándole la mano.
—Bien, ¿y tú qué tal?
—Bien. Esta tarde no me vengas a buscar a casa para ir a entrenar, iré con la moto.
—Vale, voy a clase ya. ¿Vienes?
—Adelántate ahora voy —dije señalando con la cabeza a Rosy.
Cogí los libros de la taquilla mientras Rosy se acercaba.
—¡Hola! Puedo ir esta tarde a tu casa hasta que vaya a entrenar. Ya sabes cómo se pone mi madre los viernes.
—Hoy no, lo siento. Mis padres se van y tengo que ayudarles.
—Vale, bueno, pues supongo que nos veremos después del entrenamiento.
—No creo que pueda, Buck se viene a mi casa —dije mientras lo señalaba
Rosy asintió con la cabeza y se fue hacia clase. Yo también. Siempre corría el rumor de que éramos novios, pero no había tocado a Rosy nunca, ni un pelo. En primero sí me gustaba, pero yo a ella no. <<Tengo suficientes problemas como para estar en una relación, me dijo una vez>>.
Cuando entré en clase vi a Buck sentado detrás de Clarie, estaba loco por ella, ese era su tema de conversación, lo guapa que era Clarie, me decía siempre. Me senté a su lado, delante tenía a Aria. La clase comenzó y yo no podía concentrarme porque Aria no paraba de moverse.
—¿Te estás enterando de algo? —dije susurrado.
—No, no paro de mirar a Clarie y tú a Aria, que te veo.
—¡Pero qué dices! Es porque no para de moverse.
—Mentiroso.
Puse los ojos en blanco e intenté concentrarme en la clase. Por fin acabó y pude irme a desayunar. Me reencontré con Rosy en la cafetería y nos sentamos juntos.
—¿Qué tal las clases?
—Podrían estar mejor —dijo mientras tomaba su café.
—¿Qué te ha pasado ya?
—Pues que un gilipollas me ha roto los apuntes de catalán.
—Anda y ¿qué le has dicho?
—Pues que era un gilipollas y que me los tendría que hacer y con buena letra.
—¿Y ha aceptado?
15
—¡Pues claro!
—Muy bien, si no voy yo.
—No necesito que un hombre me rescate —dijo mientras se marchaba.
—Vale, muy bien, pues me voy a otro sitio.
Fui a la biblioteca del instituto donde Aria se pasaba la mayor parte del tiempo. Entré y vi su rostro, feliz mientras leía un libro. Me acerqué silenciosamente para no molestar a los demás y que la bibliotecaria no me echara de allí. Me senté a su lado, me miró y cerró el libro.
—¿Qué tal? —pregunté.
—Bien, ¿y tú? —preguntó incorporándose en el sofá.
—Bien, ¿cómo es que estás aquí y no con Luck?
—Estamos enfadados.
—Ah, te quería preguntar una cosa. ¿Quieres venir a cenar con Buck y conmigo?
—He quedado con Clarie, pero ¡vale! —dijo cerrando el libro.
—Les vendrá bien a Buck y a Clarie encontrarse por sorpresa.
—Sí, no paran de mirarse.
—Ya, bueno, ¡nos vemos esta noche! En mi casa a las diez.
—¡Vale, perfecto!
Fui a mis dos últimas clases que eran de historia y arte. No me gustaba nada historia, nunca me enteraba de nada, pero aprobaba la asignatura, y arte, sí que me gustaba, no dibujaba de maravilla, pero me quedaban bien los dibujos que hacía. Fui a casa, cuando llegué mi madre estaba haciendo las maletas, se iban a las siete.
—¡Hola!, ¿qué tal? —dije cerrando la puerta.
—Hola. Un poco cansada —dijo guardando su ropa.
Cuando se iban de viaje mamá se quedaba toda la noche alerta, pensando en qué poner en las maletas, en llegar a tiempo y dejar todo recogido. Siempre le daba vueltas a las cosas.
—¿Me has hecho la comida? Si no, me la hago yo o pido algo —dije mientras abría la nevera.
—No, no me ha dado tiempo. Hazte algo —dijo mientras cerraba una de las maletas.
—¡Vale!
Me hice lo único que sabía hacer, arroz con tomate. Era rápido y sencillo. Cuando acabé de “cocinar”, cogí una Coca-Cola y me senté en la mesa del comedor mientras encendía la televisión. Puse mi programa favorito: Got Talent. Cuando acabé de comer me fui directo a la habitación para echarme una siesta antes del entreno de las siete y media.
Me desperté cuando unos nudillos tocaron la puerta.
—¡Entra! —dije con la voz dormida.
—Tu madre y yo nos vamos ya —dijo mi padre con voz serena.
16
Me incorporé rápido y asentí.
—Baja y despídete de ella —dijo mientras salía.