Cualquier cosa por ti

Cap.3

“Soy una persona tranquila, la inquieta es mi mente”

  • La historia de un observador

Nicolás:

No puedo dormir, tenerla tan cerca no me deja dormir, siento que si cierro los ojos, cuando los habrá ya no estará.

Hace unos días no quería volver a Raarta, me quería quedar en Nirvana, mi reino en el cual mi vida es perfecta, Raegan me obligo a venir ya que tenía mucho tiempo sin hacerlo, como estaba solo y Melissa había salido de viaje decidí venir, y que bella sorpresa me he llevado, encontré a mi mate, la cual es una niña caprichosa, grosera, súper bonita, la princesa más hermosa que yo haya visto, tiene una encantadora sonrisa, una peculiar manera de ser y no es como las demás.

Ella es… no tengo palabras, solo una y la distingue completamente y es imposible, desde el primer momento en que la vi, note que no está dispuesta a seguir las reglas de alguien más que no sean las de ella.

¿Cómo puede ser tan perfecta? – Mi lobo Bart la observa dormir con determinación – es hermosa – confirma muy feliz.

La miro con atención y tiene total razón, para solo tener 14 años tiene mucho cuerpo, aparenta tener unos 17 o más. Por encima de la camisa puedo notar que no trae sujetador, su cabellera obscura y su piel pálida la hacen ver provocativa.

Hay que marcarla – propone ansioso.

¿Estás loco? – Le pregunto espantado – estas buscando que se despierte echa una fiera y nos arranque la cabeza y nos eche fuego ¿no has visto sus cambios de humor? Casi que le pido unas clases a su padre para poder mantener la calma y no darle con un bate

¡No hables así de ella! – dice molesto, mi ojo izquierdo pincha y duele mucho. Pongo mi mano derecha sobre este y trato de evitar quejarme.

¡Bart! – Me quejo – ¡Basta! Si no la despierto – lo amenazo y él se queda quieto.

Dormida se ve dulce, serena, apacible, algo totalmente diferente de cómo cuando esta despierta, solo ha pasado un día y note que es impulsiva, loca, mal hablada, imponente, sarcástica y un sin fin de malos hábitos. Pero todo eso se resume a que es ella, es todo lo que detesto en una persona y ella lo tiene, y me hace amar lo que odio, sinceramente no estoy confundido sé que la amo, sus gestos, con solo verla una sola vez supe que es lo que siempre espere.

Beso su mejilla, y ella se remueve un poco, tomo su mentón y le beso sobre sus labios, los muevo con delicadeza, poco a poco ella me sigue el beso, me separo con delicadeza y deja salir un suspiro.

¿Aun duerme? – me pregunto extrañado.

Echo un vistazo a su cuerpo, la camisa que le di está un poco subida, dejándome un perfecto panorama de su plano vientre, y su cadera, su trasero es redondito, desde aquí parece un corazón.

Debo dejar de verla, no podré aguantar si sigo así – tomo una almohada y me tapo la cara.

Siento como sube su cabeza a mi pecho, destapo mi cara y veo como enreda sus piernas en la mía abrazando la mitad de mi torso, acaricia mi pecho desnudo con su mano izquierda.

- Hueles rico – dice con voz pastosa.

Despliego una sonrisa boba.

- ¿me puedes abrazar? – sube su carita y mis ojos conectan con esos hermosos luceros azules. Asiento ya que siento que si hablo arruinare el momento.

Ella se estira y mete su carita en mi cuello, abrazo la mitad de su cuerpo apegándola a mí, su cálida respiración me tranquiliza, su dulce aroma a fresas y menta son una droga, no pienso dejarla ir, y si debo jugar sucio para que se quede con migo lo hare.

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Samanta:

No me puedo mover, algo me aplasta, abro los ojos con lentitud y por la poca luz que me regala una lámpara veo a Nicolás encima de mí. Pesa un montón, me asfixia, lo empujo y el gruñe incomodo, tiene mi cintura sujeta, me suelto con cuidado de su agarre.

Me detengo a observarle, su rostro es muy atractivo, tiene el cabello un poco largo, por lo menos como no está peinado, su cabello liso cubre levemente sus ojos, sus labios son carnosos y rojizos, sus facciones son bien definidas, parece modelo porno.

Se te van a salir los ojos si lo sigues viendo así – quimera también se lo está comiendo con la mirada, pero prefiere burlarse de mí.

Es muy lindo, es obvio que lo vea, cuando no se dé cuenta, ni este consiente ¡Por que! Despierto ni loca lo veo de esta manera

Te reto a que le des un pico – siento como unas mariposas revolotean en mi estómago.

¿Pico? – finjo estar confundida.

Si un besito en los labios – siento como arde la sangre bajo mis mejillas, trago grueso y me acerco a Nicolás.

Muerdo lascivamente mi labio inferior, trato de contener mi respiración y me acerco despacio a sus labios viéndolos detenidamente. Ya sobre estos, siento lo cálido y suavecitos que son, en vez de uno le doy dos o tres, bueno varios, siento una fuerte brisa en mi oído derecho, levanto con cuidado mi cara y veo a Nicolás despierto viéndome directamente.




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