Cuando a mi vida llegó

Capítulo Uno

 

Mi corazón latía de forma rápida que temía que pudiera dejar de funcionar, los recuerdos y las pesadillas dejadas después de aquella noche siguen siendo tan fuertes como la primera vez que a mi mente vinieron, nada era igual y todo había cambiado en mi vida.

Yo no, no era igual.

Me senté en mi cama y dejé que mi respiración tratara de controlarse, pero nada era suficiente, nada podía cambiar el dolor que a mi venia cuando todo era de esa forma en noches como esta.

26 de abril del 2015

Si un recuerdo es algo de lo que no has cerrado u olvidado entonces ¿Cómo es que uno cierra ese ciclo malo y/ o esperado?

Esa es una pregunta que llevo haciéndome desde hace tres años en donde la respuesta nunca logro encontrar, necesité de mucha fuerza para poder hablar y que mi padre me pudiera abrazar, nada fue igual una vez salí de aquel hospital.

Vuelve a suceder con la misma intensidad y creo ya no poder más.

¿Qué es lo que alguien como yo debe de hacer, para dejar ir el mal y el dolor que hay dentro?

¿Qué?

La costumbre de escribir en aquella libreta no fue nada grata hasta que un día sentí como yo iba a derrumbarme, mi mente estaba cansada al igual que mi cuerpo de no poder dejar atrás lo que tanto daño nos hizo en un su momento.

Nunca pudo ser detenido, ese adefesio de persona desapareció.

***

̶ ¿Cómo que no vendrás a la escuela? ̶ escucho por el teléfono los reclamos de Elisa ̶ Habíamos quedado en que nos iríamos juntas ¿Recuerdas?

─Se en lo que habías quedado, pero mis fuerzas no son muchas no creo soportar lo que conlleva a un día de clases─ digo una vez ella deja sus quejas─ lamento esto, pero esta vez fueron más fuertes, sentí que estaba otra vez en aquella situación y no fue precisamente placer lo que sentí Elisa.

─En verdad que lo entiendo...

Por primera vez en muchos años de amistad con ella creo que he ganado una batalla con ella acerca de algo, pero no creo que me la deje pasar fácilmente.

"...Pero para tu mala suerte ya estoy acá, y déjame decirte que te meterás a bañar ahora mismo Noa.

Escucho la puerta abrirse y lo único que puedo hacer es terminar la llamada y levantarme de donde estoy sentada. Ni siquiera la miro y eso hace que ella se sienta más poderosa, simplemente la paso de largo y me voy a bañar.

─Tienes 10 minutos Noa.

─Jódete mala amiga.

****

─ ¿Segura que te sientes con ganas de ir a la escuela, cariño? ─ escucho preguntar a mi mamá cuando estoy por entrar a la cocina─ No me molestaría en que faltaras hoy, lo comprendería perfectamente.

No hubo necesidad de mirar a Elisa porque sentía su mirada de advertencia diciéndome que no tenía escapatoria.

─Estoy completamente segura de que tengo fuerzas suficientes para ir a la escuela mamá.

La abrazo y tomo lo que es mi juego de naranja hecho por ella y unas cuantas galletas.

─Señora gracias por el desayuno, pero se nos hace tarde y no tenemos que llegar tarde, creo que hay un nuevo alumno y quisiera que Noa y yo fuésemos las primeras en platicar con él.

Mi madre la miro insegura y yo solo me encogí de hombros, ella podría hablar con él yo simplemente no lo haría.

El camino a la escuela no fue tan diferente como otras veces, siempre veíamos lo mismo que eran personas apuradas y otras no tanto. Nos quedaba cerca de mi casa así que no era mucho el camino.

─ ¿En verdad no le hablaras al chico nuevo Noa? ─ pregunto. Ella sabía perfectamente la respuesta, pero admito que le agradezco que me quiera ayudar a superar el trauma.

─No lo haré Elisa, pero tú puedes ser su amiga y si quieres hasta ligarlo te doy mi permiso.

Ya no volví hablar durante el camino, solo trataba de recordar la parte del libro en la que me había quedado, esa era mi meta.

Sentí como un jalón hizo que mi culo tocara el suelo y no me agrado mucho.

─ ¿Es que acaso no estás poniendo atención al camino Noa? ─ Escuche la voz de mi amiga reclamándome y no comprendía─ Por Dios casi te atropella aquel hombre del carro lujoso y tu perdida en tu mente No.

─ ¿Lo siento?

─Nada de lo siento, casi haces que tu madre me culpe por toda una vida por no cuidar de su hija.

─Tranquilízate mujer, envejecerás muy pronto. ─ dije con gracia y ella no me miro muy bien.

Miré hacia donde se encontraba todavía aquel auto lujoso y nadie bajó de ahí solo se quedó quieto y con las ventanas arriba. Me pareció tan extraño y mal educado de su parte, pero no le tome importancia solo me levante y limpie mi culo para seguir caminando.

─Tenemos que seguir con nuestro camino o no llegaras a tiempo para ser la primera en hablarle al chico nuevo y obtendremos un retardo por tu culpa, Elisa─ le dije mientras acomodaba mi mochila.

Lo que restaba para llegar a la escuela se convirtió en una casi carrera, teníamos buen tiempo, pero no el suficiente para que yo acomodara mis cosas para la clase de matemáticas.




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