Cuando a mi vida llegó

Capítulo ocho

"Ojos grandes.

Sus ojos en verdad son grandes y me parecen asombrosos, no como los que uno suele leer en los libros de aquellos escritores. De esos que te describen al personaje lo más perfecto posible y eso no me gusta, pero he de admitir que sus ojos si me agradan más de lo que me gustaría admitir.

Me quedo sin armas para combatir y creo que me gusta."

****

14 de mayo del 2015

─Noa ¿Por qué aun sigues acostada? ─ escucho a mi papá preguntar y solo lo ignoro por un momento─ ¿Qué no se supone que deberías estar en la escuela en este momento cariño?

─Si debería, pero la última vez que fui me desmaye y tuve una pesadilla en lo que parece mi lapso de desmayo─ me siento en mi cama y espero a que me responda, pero no dice nada y supongo que se irá en algún momento.

─ ¿Las pesadillas volvieron? ─ pregunta con duda y miedo en su voz.

─No lo sé en realidad papá─ lo miro y siento una lagrima correr por mi mejilla─, no quiero que vuelvan otra vez. Por primera vez siento que estoy en paz y avanzando desde lo sucedido aquel día.

Me siento mejor en mi cama y lo veo entrar a mi habitación, él se sienta a mi lado en la cama mientras sus brazos me rodean con fuerza. Quiero más abrazos como esos en mi vida y que nunca acaben de ser posible.

─Tu mereces la paz y la tranquilidad que tanto anhelas─ dice y siento un beso en mi cabeza─, me alegra que ahora sientas que estas avanzando y por favor no nos dejes a tu madre y a mi fuera de tu avance. Nosotros también queremos avanzar.

─Avanzaríamos de manera más notoria si mamá dejara de llamarle a todas horas─ digo y él me mira sin decir nada ─, sabes que es cierto que aun la llama y que trata de ocultarlo de mí, pero ya la he escuchado en muchas ocasiones. Ella no merece su amor y preocupación, ella hizo no lo detuvo y solo se marchó entonces dime ¿qué tipo de persona es ella y de qué derecho es acreedora para solo tratarnos de esa manera?

Papá solo deja salir el aire de sus pulmones y me abraza de una forma tan protectora, yo en cambio siento una lagrima deslizarse por mi mejilla.

"Si vuelve a esta casa yo misma me voy de aquí. No la quiero cerca de mí.

─Puedo soportar mi derrota con la educación que con esfuerzo trate de inculcarle a tu hermana, pero nunca en la vida podre siquiera imaginar que tú desaparezcas de mi vida, hermosa─ dice y me aprieta en su abrazo─. Jamás lo soportaría.

****

1:00 p.m.

Abraham

"Debo decir que después de aquella declaración tuya no he dejado de pensar en su persona, pero ahora que lo pienso lo que más me da vueltas por la mente es lo que parece tu traición."

"¿Mi traición?

Debes de explicarte un poco más, no te entiendo."

Abraham.

"Claro con gusto te explicare..."

1:10 p.m.

"No quiero sonar ansiosa, pero sigo esperando tu explicación, Abraham."

Abraham.

"Porque mejor no abres la puerta de tu cuarto"

¿Qué es lo que le pasa a este loco?

"¿Mi puerta?"

Abraham

"Claro hablo de la puerta de tu habitación. Parezco tonto aquí parado afuera sin una respuesta de tu parte"

Me levanto de mi cama y camino hacia la puerta. Cuando la abro me topo de frente con la mirada de él pareciendo aliviado de que abriera.

─Qué bueno que abriste. ─ dice pasando y lo encuentro sentado en lo que llamo mi cueva, que es mi cama toda desordenada.

─ ¿Por qué lo dices? ─ pregunto y camino hacia él para meterme en mi cama.

Él se sienta con la espalda hacia la puerta y me mira fijamente con los ojos entrecerrados.

─ ¿Por qué me miras de esa forma? ─ vuelvo a preguntar y me hago bolita.

─ ¿Por qué has faltado hoy a clases?

La que ahora entrecierra los ojos soy yo, me parece ofensivo que no me responda y que me pregunte eso. Tal vez lo único que quiero es solo callar y no querer responderle esta vez como siempre hago.

─Bueno supongo que él que tiene que hablar en mayor cantidad eres tú y no entiendo que haces aquí a decir verdad─ digo y me siento justo en frente de él.

Miro a cualquier otro lado que no tenga que ver con su mera presencia o su rostro, pero me parece casi imposible no sentir esa incesante atracción hacia esos enormes ojos que tiene en esa cabeza suya. Me molesta ese hecho, y él no lo debe de saber.

─Lo sé, pero el que me respondas esa pregunta esta adjunta al hecho de tu traición hacia mi─ dice y pone su mano sobre mi pierna que está cubierta por mi cobija, que si me lo preguntan es muy suave. ─, ya que de esa forma dictaminare que tan grande es tu traición y así podre otorgarte un castigo o una pena.

Lo miro fijamente y ruedo los ojos.




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