Cuando a mi vida llegó

Capítulo nueve

 

"Él las derrumbara.

¿Acaso me encuentro loca por darle paso libre a mis tierras? ¿Necesito ayuda de un especialista?

Es todo muy confuso, pero es él no lo ve de esa forma, nada de lo que sucede debería ser de esta forma."

28 de mayo del 2015.

Mi vida en este momento tiene un cierto parecido a la primer película de la saga crepúsculo donde Edward pasa a recoger a Bella y así ir juntos a la escuela, todo es muy parecido pero aquí la diferencia es que el coche de Abraham en verdad me gusta y no estamos en Forks.

Escucho los cantos de mi madre y como mi padre le sigue en su juego, y en verdad opino que alguien debería decirle a mi padre que cantar no es su fuerte. Es una lástima que toda mi familia cercana se encuentre regada por el mundo y con una gran parte en su lugar de origen, que es México.

Barcelona es muy bello, pero sigue siendo una ciudad que no encaja lo suficiente en mí para que la considere mía.

Ya tengo todo listo y me encuentro con el uniforme puesto desde hace ya más de 20 minutos, es justo entonces que me doy cuenta que mi vida no tiene tanto parecido con crepúsculo, sino con la película de "3MSC"( tres metros sobre el cielo), la diferencia es que Katina no es mexicana al igual que yo y Hache no es un motociclista que vive su vida a 100 kilómetros por hora; pero también la Dani de mi vida no es para nada buena persona y cotillera como la proveniente de la película.

─ ¡Noa, Abraham ya ha llegado! ─ escucho a mi madre decir, pero el desorden de música y personas cantando sigue. Esto va para largo por lo que veo.

No le respondo porque sé que sería imposible que me escuchara, se ha levantado muy feliz y mi padre le sigue su juego. Un buen matrimonio a pesar de todo.

Decido que es mejor no recordar nada sobre lo sucedido y que debo tomar mis cosas, aunque no esperaba que Abraham fuese mi acompañante el día de hoy para ir a la escuela tenía la ligera esperanza que Elisa llegara para irnos juntas. No sucedió y ahora tengo a este torbellino de persona con un carro lujoso que me llevará a la escuela.

Cierro la puerta de mi habitación y camino directo hacia las escaleras para dirigirme al meollo del asunto divertido de esta mañana y ver si aun puedo mirar algo de lo que ha sido desde que desperté. Espero que los vecinos no se molesten.

Ellos están cantando y no reconozco la canción, pero lo que sí y no me sorprende es que Abraham se encuentre siguiéndoles la corriente, canta muy bien y no lo puedo negar pero lo único que logrará es alentarnos más. Supongo que la canción es proveniente de México y no de acá.

Me recargo en la pared para admirar lo que ha sido muy pocas veces desde hace mucho tiempo. Ellos han vuelto a cantar.

─Únete a nosotros, cariño─ dice papá, pero sabe que yo no sé cantar ni bailar así que solo niego con la cabeza y hago un movimiento con la cabeza para decirle que le sedo mi lugar.

Así duran unos cuantos minutos hasta que Abraham simplemente se detiene y se me une al modo espectador.

─Tengo una pregunta para ti─ dice y yo dejo de ver a mis padres para mirarlo a él.

─Es de buena educación que se salude primero y luego se inicie la conversación, ¿sabes? ─ digo sin dejarlo de ver, luego sonrío─ Hola, buenos días.

─Hola, buenos días para ti─ dice y luego rueda los ojos. Lindos ojos ─. Te lo diré en vista que tú no me lo preguntarás. ¿Por qué no tienes el acento español?

─Porque soy mexicana.

─Ahora lo entiendo─ dice y sonríe, luego mira algo en su celular─, se hace tarde y debemos irnos si queremos llegar con tiempo, Noa.

─Ehh... Claro. Ya me voy mamá.

─Adiós, cariño.

****

El rugir del motor es muy impresionante, igual que la moto de hache.

Veo las calles pasar y solo pienso en cuan complicadas son las cosas la mayoría de las veces, en donde solo tengo como únicas pruebas la terquedad de la gente y la vida privada de las mismas.

Miro mi reloj y noto que aún queda más de una hora para que el toque de la campana del colegio.

─Vamos con demasiado tiempo de anticipación, Abraham─ digo y dejo de mirar por la ventana para voltear a verle─ ¿A dónde me llevas Abraham?

─A un lugar muy bello que estoy seguro de que te gustará.

Es lo único que dice y no sé si confiar en él o pedirle que me deje justo aquí.

─Bien, solo espero no me vayas a raptar.

El ríe de forma escandalosa y me mira por un momento muy pequeño.

─Creo que ya lo he hecho, Noa.

─Bien, pues en ese caso espero y me lleves a la playa donde se gravo la escena de Babi y Hache. ─ digo en medio de risas, pero en verdad me gustaría conocerla.

─Pudiera ser que se haga una realidad, Noa.

─ ¿Pero tú estás bromeando verdad? ─lo miro muy sorprendida de sus palabras, pero él ni siquiera me mira. Solo sigue conduciendo.

Pudiera decir que todo es la misma forma que en la película, que todas las calles son iguales, pero no es así, quiero que no sea de la misma forma que en la película. Similar tal vez, pero con exactitud no porque entonces que caso tiene el estar viajando en un coche muy espectacular a una playa que me parece muy espectacular.




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