Cuando a mi vida llegó

Capítulo diez

 

"Seguir e ignorar lo sucedido suena fácil, pero es lo más difícil que le puede pasar a una persona que no saber cómo dejar jalar la cuerda que le quema las manos por más que quiera soltarla.

Quiero vivir y no sé cómo lograrlo."

Abraham ha estado manejando por horas y temo que sea mucha la distancia como para no alcanzar a llegar a tiempo al colegio mañana, debe sonar raro que quiera ir al colegio cuando me han humillado de una las formas más crueles a mi parecer, pero siento que no es motivo para que faltar.

Miro a un punto indefinido por la carretera aunque eso signifique la nada porque ya haya oscurecido. No quiero decir nada y él parece estar de acuerdo con eso.

Hay un momento en el que me desconecto de todo y siento como mis ojos se cierran, me da miedo dormir por temor a soñar. No quiero soñar.

¿Cuánto tiempo ha pasado? Todo me parece tan extraño y desconocido que ni siquiera estoy realmente prestando atención al hecho de que Abraham me ha despertado y pedido que bajara del auto para dirigirnos a una casa muy bonita donde todo parece sacado de un sueño de algún diseñador de interiores.

─ ¿Dónde estamos? ─ pregunto, pero el solo me sonríe de forma amable antes de tomar mi mano y guiarme escaleras arriba en busca de una habitación, por un momento muy rápido pienso que compartiremos habitación y aunque me aterra la idea de estar cerca de un hombre no puedo evitar imaginarme durmiendo en la misma cama que él.

Él se detiene frente a una habitación antes de girarse y mirarme de frente, cuando por fin puedo verle la cara no puedo contener soltar un suspiro y sentir que lo miro con cara de tonta, pero no se me puede culpar cuando después de todo siento que me estoy dejando llevar por la marea en esto del tema del amor.

Que puedo admitir aunque sea para mí misma en un cien por ciento el que estoy enamorada de él, que le quiero y siento que con una intensidad enorme.

─ ¿Ahí es donde dormiré? ─ pregunto ya que el parece muy concentrado en mirarme, claro que yo me encontraba en el mismo estado.

─No, bueno si─ dice pareciendo avergonzado por no poder aclarar lo que quiere decir─... Quiero decir que si, aquí dormirás, pero también dormiré yo. Contigo.

Para hacer más obvia la declaración él se apunta con un dedo y luego lo hace dirigiéndose a mí.

─Bien, entonces donde me puedo cambiar o ¿tendré que hacerlo frente a ti?

No dice nada por varios segundo y yo solo soy capaz de sonreír un poco mientras alzo una de mis cejas.

─ ¿Y bien? ─ vuelvo a preguntar para ver si reacciona.

─Eres hermosa─ dice y yo solo sonrió tímidamente.

Me parece tonto que después de su alocada personalidad esto me esté dando timidez.

─Bueno gracias, pero aún no respondes a mi pregunta. ─ digo y camino hacia él para pararme frente a él─ Solo tienes que indicarme donde está el baño, luego de que me cambie podrás babear todo lo que quieras frente a mí.

Dicho eso elevo mi mano y acaricio su mandíbula.

─El baño esta tras de esa puerta─ Vuelvo elevar una de mis cejas, tanto para que el baño estuviera detrás de esa puerta. Debí suponerlo.

Camino hacia la puerta y la abro para entrar, antes de cerrar la puerta me volteo y lo miro mientras noto una sonrisa crecer en mi rostro para dedicársela y decirle un "Gracias, Abraham"

Cuando salgo del baño no veo a Abraham dentro de la habitación, así que mi limito a detallarla en su totalidad. Es muy amplia y con colores neutrales, me gusta.

─Ahora ya puedo babear frente a ti, Noa. ─ escucho la voz de Abraham y salto─ Tranquila, solo soy yo, te he traído algo de comida supongo que debes tener hambre.

─Gracias, pero no tengo hambre─ digo y camino hacia la cama.

─Bien, pero mañana comerás o yo me molestare contigo ─ dice mientras veo como deja la bandeja con la comida que trajo en una mesa cerca de la puerta antes de caminar hacia mí.

─Se que es estúpido que te pregunte esto, pero ¿Cómo estás? ─ siento como acaricia mi mejilla y cierro los ojos.

─ Me siento mal, pero no quiero hablar de ello en esto momento no hoy por favor.

Parece que le suplico que no me haga hablarle de ello, como si él me estuviera obligando, pero no importa si eso es la vista que le estoy dando. No siento las fuerzas suficientes para disimular mi debilidad, creo que a partir de hoy no sé cómo la podre sobrellevar.

─Bien cuando te sientas preparada para hablarme de lo que sucedió hoy y con suerte lo que te sucedió antes de que yo llegara a tu vida.

Por un momento estoy tranquila de saber que me dará mi espacio para contarle lo que sucedió hoy.

─Gracias─ lo abrazo y cierro mis ojos.

31 de mayo del 2015

Me encuentro sentada en uno de los amplios sillones mientras espero a que Abraham vuelva del colegio, la comida ya la he preparado desde hace varias horas solo queda que la caliente cuando él llegue para que comamos tranquilos.

No hay nada que mirar que sea bastante interesante en la televisión y la señal no es muy buena aquí, así que solo me limito ver una película de la cual no se su nombre.




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